Por Walter C. Medina
ENTREVISTA A ISABEL PÉREZ SEGOVIA
Isabel Pérez Segovia, Secretaria General de la Juventud del Partido Comunista Mexicano, y parte de la Dirección Colectiva de la alianza social alternativa de la izquierda de la ciudad de México, dialogó con Ximena Donamaría en el bloque “Charla de Café” del espacio radial “Cenizas de Babilonia. Diáspora Española”, que emite AM830 Radio del Pueblo.
Activista de la educación, de derechos de la mujer y de la organización juvenil, Pérez Segovia ofreció un panorama del nuevo horizonte que se abre en México tras el triunfo de Claudia Sheinbaum en las presidenciales del pasado domingo. “es algo muy importante porque algunos considerábamos que era muy complicado que hubiera una mujer que pudiera llegar a ser presidenta, porque a pesar de que hay muchísima apertura, la realidad es que sigue siendo un ambiente bastante machista y para las mueres es muy difícil acceder a estos espacios”, sostuvo durante la entrevista en la que también se refirió a los avances en materia de género que ya están en la agenda de la flamante presidenta.
¿Cómo fue el proceso para que gane la presidencia por primera vez en doscientos años una mujer? ¿Qué llevó a la sociedad de México a confiar en ella?
Es sorprenderte en cierto modo porque la realidad es que hasta hace al menos un año todavía no se avizoraba que la contienda fuera mayoritariamente de candidatas. Si se preveía que en algún momento Claudia pudiera saltar a la candidatura de la presidencia, pero creo que el panorama que no se contemplaba era la contienda con la oposición, pero fue un proceso importante porque además de defenderse un proyecto, también se está defendiendo el tema de la paridad.
Afortunadamente aquí en México contamos con varias acciones afirmativas y protocolos que han garantizado que poco a poco la mujer se vaya inmiscuyendo más en la política; eso ha facilitado que las compañeras mujeres puedan acceder a cargos de la elección popular de una manera un poco más fácil, sin embargo han salido otras complicaciones.
Creo que en algún momento se tendrán que volver a revisar las acciones afirmativas y la parte reglamentaria para la contienda porque las complicaciones han ido cambiando con el paso de los años; sin embargo podemos decir que sí tenemos una buena política que nos ayuda a garantizar cierto porcentaje de representación de la mujer en los cargos de elección popular.
¿Cómo es el movimiento feminista en México? ¿Hay políticas de contención de violencia de género y feminicidios?
Ha habido un fenómeno interesante a partir de la aparición del Me Too y de varias plataformas que empezaron a dar a conocer los abusos y las situaciones que pasa la mujer mexicana a diario. Creo que se empezó a dividir el movimiento, una parte se radicalizó en cierta forma muy rápida, muy efervescente; y está la otra parte que se quiso conservar en el tenor que habían estado trabajando desde las organizaciones civiles, organizaciones sociales, pero siempre desde una manera pacífica, activa pero no agresiva.
La parte que se radicaliza tuvo dos grandes bloques que se dividieron. Uno que empezó a jalar su accionar a la parte de la derecha más recalcitrante al tema de empezar a participar en eventos que organizaba la oposición.
Se convocaba a estas actividades diciendo que eran de forma ciudadana o se convocaba de forma anónima o a través de la sociedad civil, sin embargo se terminó sabiendo que sí había cierta tendencia e influencia por parte de organizaciones religiosas o partidarias a la ideología del pan del PRI que estaban incluyéndose dentro de estos movimientos.
Entonces se da un quiebre y con ese quiebre empieza a haber otra parte que empieza a alar un poco más de forma independiente, sin querer mezclarse con partidos, desde la idea de ser totalmente social. Se queda el movimiento muy dividido, obviamente hay una visión general que todo el movimiento feminista en México comparte.
Pero la verdad es que el movimiento feminista se dividió mucho acá en México; sin embargo se ha avanzado muchísimo en el tema de los derechos de la mujer, se implementaron muchísimas acciones que apoyaron la parte feminista de la agenda social, una de ellas es el tema de las “abogadas rosas” que cada ministerio público tiene abogadas que se encargan únicamente de apoyar, orientar y defender a las mujeres, siempre y cuando estas lo soliciten.
Se tomaron medidas como por ejemplo la legislación de que el agresor sale de casa, es decir, se legisló que el hombre que está agrediendo o el que está violentando a la mujer en el domicilio, sin importar de quién sea la propiedad, el hombre que violenta es el que tiene que salir del domicilio y dejar el espacio para los hijos y para el cónyuge maltratado.
Ese fue otro gran logro dentro del tema feminista. También se creó la línea de atención específica para víctimas de violencia. Cada vez que se pedía que algo de investigara como feminicidio, pues había un protocolo que nunca se activaba y que siempre había un pretexto porque decían que era muy complicado o que no se podía activar porque no cumplía con los requisitos.
Ahora está más activa la alerta de género, las investigaciones ahora sí se tipifican como feminicidios y se siga ya de oficio esta investigación. Se ha avanzado mucho en el tema del feminismo a pesar de las complicaciones que se han dado en la organización interna de los movimientos.
¿Con qué relato crees que se puede atraer a la juventud hacia los ideales progresistas? ¿En qué fallan los países cuando las juventudes se ponen del lado de las derechas o de las extremas derechas?
En el caso de México, sus derechos laborales. Qué implica el tema de que yo haya firmado un contrato, qué derechos tengo, qué obligaciones tengo, cómo se tiene que trabajar, pero también creo que el tema de vivienda es sobre lo que todos los jóvenes están preocupados porque las rentas son caras, la inflación sigue siendo una situación que impacta en el bolcillo de los mexicanos, sobre todo la clase trabajadora.
Trabajo y vivienda serían las primeras cosas que tendríamos que empezar a pensar, cómo lograr garantizar estos derechos para los jóvenes, sobre todo aquellos que están empezando a tener una familia o incluso aquellos que están empezando a independizarse o que por cuestiones académicas o laborales se tienen que transportar a algún otro estado de la república a la capital, entonces es muy importante que empecemos a diseñar políticas públicas contemplando esto, porque las que hay son muy pobres, y es muy complicado acceder a ellas por las cantidad de espacios que se liberan para este tipo de proyectos.
En México los jóvenes ya no están tan perdidos en política como se podía ver hace diez años cuando todavía se daban las grandes incursiones grandes y organizadas del 132, porque después del 68 y del 71, si se daban movimientos pero eran un poco más esporádicos y menos organizados.
El último gran movimiento que tuvimos fue la huelga de la Universidad Nacional Autónoma de México que fue en el 2000. Después ya no se hizo otro movimiento grande que pudiera aglutinar a los jóvenes de diferentes escuelas. Después de la pandemia volvimos a encontrarnos en las calles, nos refugiamos también en el activismo digital y buscamos la manera de reclamar nuestros derechos.
¿Cuál es tu reflexión acerca del triunfo de Claudia Sheinbaum en México?
Me quiero quedar con una parte de una entrevista que le hizo una chica cuando Claudia estaba en campaña. Una de las cosas que le preguntó es si en algún momento se imaginó que en México iba a haber una presidenta mujer. Claudia hace una mención muy importante, dice que es consiente del peso político, pero también del peso histórico. Es un logro que va a marcar el futuro y los sueños y el imaginario de todas las mexicanas.
Creo que eso es algo muy importante porque algunos considerábamos que era muy complicado que hubiera una mujer que pudiera llegar a ser presidenta, porque a pesar de que hay muchísima apertura, la realidad es que sigue siendo un ambiente bastante machista y para las mueres es muy difícil acceder a estos espacios. Creo que vamos a tener un mayor impulso de la agenda de género.