Por: Carolina Valencia Bernal. Periodista Colombiana
“Muchos huyen de las guerras, pero muchos más huyen de los salarios exterminados y de los suelos arrasados. Los náufragos de la globalización peregrinan inventando caminos, queriendo casa, golpeando puertas: las puertas que se abren, mágicamente, al paso del dinero, se cierran en sus narices. Algunos consiguen colarse”.Eduardo Galeano
Desde siempre hemos escuchado que la civilización tal y como la conocemos hoy, se hizo a base de migraciones y que el trabajo sucio de occidente lo realizan los migrantes del sur global que son mano de obra barata; porque es cierto aquello de que el subdesarrollo latinoamericano se forjó a merced del enriquecimiento de las potencias coloniales y aún en el siglo XXI sigue siendo así, solo tenemos que voltear a mirar hacia África Subsahariana que se concibe como el Nuevo Dorado; solo detallemos EL Congo, una tierra rica, pero su población mendiga cada día trabajo en la explotación minera para lograr comer al día.

La migración del mundo pobre hacia el rico es la consecuencia del empobrecimiento de los países llamados del “tercer mundo” por parte de las potencias industrializadas que han saqueado y expoliado sus riquezas a merced de promesas de desarrollo jamás cumplidas.
Otros ingredientes que propician el odio hacia los migrantes es la xenofobia, el rechazo a lo extranjero y el racismo discriminación por origen étnico; ambos repercuten directamente en la criminalización de la migración en países de la Unión Europea (cada vez más cercanos a las ultraderechas) y en este segundo mandato de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, este último ha iniciado la guerra contra migración, deportando ya a cientos de personas que se encuentran es su país de manera irregular.
Y así, comienza nuevamente el calvario para miles de ciudadanos que en busca del “sueño americano” salieron de sus países con la esperanza de poder encontrar una estabilidad económica para solventar las necesidades de sus familias en sus países de origen.
DE AMENAZAS A HECHOS
Trump regresó al poder y con sus medidas contra la población migrante en Estados Unidos. Los decretos que firmara la semana pasada tras su posesión, van desde declarar una invasión en la frontera hasta poner fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento.
Y así como durante el fin de semana empezaron las primeras deportaciones tuvieron como destino, México, Guatemala, Brasil y Colombia y se efectuaron en aviones militares.

Un total de 265 guatemaltecos; 4.094 mexicanos, 88 brasileros y 160 colombianos. En imágenes hemos visto a los migrantes encadenados abordando los aviones militares.
CONFLICTO DIPLOMÁTICO COLOMBIA vs ESTADOS UNIDOS POR DEPORTACIONES MASIVAS
El domingo 26 de enero, el presidente colombiano Gustavo Petro, se negó a recibir dos aviones miliares con ciudadanos colombianos deportados por la administración Trump, iniciando una crisis diplomática que se tramitó mediante mensaje en la red social X.
Esto desató la furia de Donald Trump, quien anunció sanciones y aumento de aranceles a productos colombianos por cuestionar sus medidas migratorias. Trump afirmó que esta postura de Petro ponía en peligro la seguridad nacional y pública de Estados Unidos.
Se aumentaría entonces en un 25% los aranceles a productos colombianos y en una semana lo elevaría al 50%, se anularían las visas a los funcionarios del gobierno y sus familias; la suspensión de otorgamiento de visas ya programadas y de citas para la obtención de visados en la Embajada de ese país en Colombia; también anunció sanciones económicas y bancarias.
Petro reaccionó furiosamente, refiriendo que también aumentaría el 25% sobre las importaciones a productos estadounidenses y que también llegarían al 50% y llamó a Trump “esclavista blanco” y también se refirió a los más de 15.000 estadounidenses que viven en Colombia de manera irregular, solicitando regularicen su situación.
El presidente colombiano exigió entonces, dignidad y respeto para las personas deportadas y puso a disposición el avión presidencial para trasladar a los ciudadanos colombianos de territorio de Estados Unidos a Colombia.
«Los Estados Unidos no pueden tratar como delincuentes a los migrantes colombianos», escribió Petro en su cuenta de X.
«No puedo hacer que los migrantes (se) queden en un país que no los quiere; pero si ese país los devuelve debe ser con dignidad y respeto con ellos y con nuestro país», agregó en otro mensaje.
También solicitó que se establezcan protocolos que no denigren los derechos de las personas, ya que los migrantes no son delincuentes.
Zanjado el inconveniente los migrantes están en camino a Colombia, mientas que los cuerpos diplomáticos de ambos países están en conversaciones que permitan llegar a acuerdos que permitan volver a la “normalidad” comercial y diplomática.

EL TEMOR DE SER UN DELINCUENTE POR MIGRAR
Mientras tanto el miedo entre los migrantes que siguen en territorio Trump crece, al punto que muchos han decidido retornar voluntariamente antes de que sean deportados. Es el mismo miedo que experimentan los migrantes en España, Francia o Alemania, el temor a ser encontrados sin papeles y sufrir deportaciones o ir presos por su condición de “ilegales”.
Lo que es evidente es el auge de los partidos de ultraderecha que ejercen un discurso de odio hacia la migración, a pesar de la demanda de mano de obra para los países que conforman la Unión Europea, los cuales pretenden limitar la inmigración ilegal.
La distancia entre criminalización y libertad se estrecha aún más, con medidas como la de Javier Milei en Argentina y su plan de construir una cerca fronteriza entre su país y Bolivia, lo cual raya en la indecencia y la violación a los derechos humanos. Porque migrar es un derecho recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos; El derecho a migrar incluye: Circular libremente, elegir dónde vivir, salir de cualquier país, regresar al país de origen.
En todo caso, esta crisis migratoria ha resultado en una hermandad Latinoamérica más fuerte y unida con orgullo y dignidad para defender esta Patria Grande, en la que Estados Unidos es cada vez más repudiado y se consolida la colaboración estratégica entre países del sur global para combatir la hegemonía con que Estados Unidos en cabeza de Trump pretende hacerse con más fronteras a través de la colonización.
Al parecer el ser humano nunca aprenderá a convivir como especie. Como bien dicen los Tigres del Norte: América nació libre, el hombre la dividió.
No puedo entender en dos generaciones se olvidan del abuelito migrante?