Por Jesús Rivero, Redacción de Revista TU VOZ, Rosario, Argentina
La visita diplomática de tres días a China, del mandatario vietnamita, To Lam, evidencia la flexibilidad diplomática llamada “bambú “, para no alinearse con un bloque particular.
To Lam llegó a China el pasado 18 de agosto. Es la primera visita oficial al extranjero desde que fue elegido como secretario general del Partido Comunista de Vietnam, el puesto de mayor poder en su país, a comienzo de agosto.
El presidente de la República Popular China, Xi Jinping, felicitó a principios de agosto a su homólogo vietnamita por su nombramiento como secretario general del Partido Comunista de Vietnam, expresando su deseo de trabajar juntos para desarrollar “una comunidad con destino compartido”.
En este sentido, este año el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, se reunió con su homólogo vietnamita, Bui Thanh Son, advirtiendo sobre las confrontaciones de bloques en la región, en un claro esfuerzo por mantener la estabilidad en la zona.La “objetividad” diplomática de Vietnam, orientada a maximizar sus propios intereses, ha transpuesto los diversos continentes, recibiendo en menos de un año al presidente de Rusia, Vladimir Putin, al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y al presidente de la República Popular China, Xi Jinping, quienes visitaron al país en septiembre y diciembre, respectivamente.
Es decir, Vietnam mantiene alianza estratégicas con los tres paises: adquiere armamento de Rusia, cuenta con China como su principal socio comercial y recurre a Estados Unidos para fortalecer su posición en disputas territoriales con el gigante asiático, mientras en Washington, Moscú y Pekín buscan equilibrar su influencia en la región a través de Hanói. En este sentido, Vietnam sin duda tiene una proyección geopolítica en desarrollo.