CRISTINA FERNÁNDEZ. «De la muerte civil al magnicidio, las élites no esperan».

El denominador común de todos los graves casos de Lawfare que conocemos contra destacados dirigentes de la izquierda que han ocupado o aspiran a posicionarse como máximos representantes electos en sus países es la constatación de una operación de caza al político planeada comúnmente por una alianza de sectores interesados en mantener un determinado status quo político o económico.

Estos autores intelectuales de la guerra judicial y mediática emprendida actualmente son los mismos que, hace tan sólo unas décadas organizaban o colaboraban con los golpes de Estado que ensangrentaron el cono Sur de América Latina, con la colaboración de las Agencias y organismos internacionales al servicio de la supremacía norteamericana y el silencio cómplice, cuando no mercenario, de los principales medios de comunicación de cada país violentado.

No hay nada más que tirar del hilo, como en las novelas policiacas, para descubrir a quienes beneficia directamente la parálisis, el caos o la regresión de las políticas emprendidas o anunciadas por los y las dirigentes perseguidos, cuya ‘muerte civil’ se desea obtener a cualquier precio. 

Plan Cóndor.

Dependiendo de las características, historia y sectores económicos que predominan en cada nación en estas joint-ventures criminales podemos encontrar altas cúpulas empresariales y financieras, una derecha rentista y ultramontana, directores de medios de desinformación, jueces y fiscales corruptos y sectores minoritarios pero muy violentos de las Cloacas policiales y las Fuerzas Armadas. Todos los condimentos necesarios para operar una larga e inhumana cacería ante la cual las garantías y sistemas de alarma de las Democracias concedidas actuales no pueden evitar su consumación. Unos ponen la financiación, otros vigilan y graban ilegalmente, los hay quienes exponen las falsas pruebas en la plaza pública y luego actúan los que detienen y judicializan a la víctima. Y así no hace falta una eliminación física o un golpe militar clásico.

Sin embargo, de un tiempo a esta parte, las élites económicas que se reúnen en Clubs mundiales selectos en sus herméticas cumbres alejadas del mundanal ruido del aumento de la pobreza y las consecuencias letales de la Globalización, han variado su estrategia tradicional y, en su loca carrera por la acumulación ilimitada de riquezas y Poder terrenal, han decidido prescindir de los consensos forjados en los rescoldos del final de la Segunda Guerra Mundial y abandonar a su suerte las Democracias liberales occidentales. 

El fascismo en España.

La moda o tendencia es ahora la promoción de un darwinismo social sin frenos ni fronteras y a nivel político el ascenso de gobiernos y regímenes autoritarios, fascistas si se precia, que garanticen los máximos beneficios dentro del juego del sacrosanto ‘Libre Mercado’. Por ello sus candidatos preferidos son bien sea exbanqueros o millonarios, bien sea exmilitares en retiro o psicópatas en búsqueda de fortuna, amparando todo ello en un creciente ambiente de odio, miedo, desinformación, negacionismos y provocaciones cuyo objetivo no es sino preparar el clima político adecuado para el ascenso de un líder amparado por todos los apoyos necesarios y tratado con devoción por quienes deciden nuestra Agenda mediática diaria.

Con un escenario belicista acrecentado por las pretensiones hegemonistas de Estados Unidos, la recomposición del mapa geoestratégico mundial por la disputa china y rusa y el rearme dialéctico de los principales medios occidentales al servicio del Atlantismo militar y económico, las mencionadas élites, ya sean regionales o multinacionales, deciden prescindir de la política como medio de gestionar los conflictos (para ellos siempre de intereses), abocándonos a la Ley del más fuerte y manteniendo intacta la impunidad total de los inductores.

La prensa mediática detrás de las Cloacas.

La impaciencia de los grupos de poder, en los casos en que no baste o hayan fracasado los montajes de Lawfare para que la ciudadanía se desafecte de sus líderes más apoyados, pasa por la ‘solución final’, es decir la eliminación física de estos a cargo de cualquier perturbado, fanático ultra o individuo desesperado a quien le puedan “cargar el muerto” borrando las huellas en el transcurso de la investigación policial, judicial o mediática.

En el caso de Cristina Fernández de Kitchner el linchamiento previo mediático y la trama criminalizadora judicial han llevado al intento de magnicidio. En Colombia ha sido una práctica tradicional de la ultraderecha. Los cinco candidatos a la presidencia de izquierdas anteriores a Petro, con opciones de triunfo la mayoría, fueron asesinados antes de llegar a las urnas. A Manuel Zelaya, en Honduras, lo sacaron en pijama directamente de su casa en un helicóptero yankee para no manchar las paredes de su residencia. El Plan Cóndor nunca ha dejado de funcionar, tan sólo ha modernizado sus métodos y se ha preocupado de subcontratar todo y no dejar rastros.

En Podemos sabemos muy bien cómo opera sobre estas cuestiones el Deep State o Estado profundo, en nuestro caso español el mismo aparato franquista que no fue nunca desmantelado o depurado en los acuerdos de la tan modélica Transición política a la Democracia. Las Cloacas del Estado, policiales, judiciales y mediáticas actúan con total impunidad espiando, acosando, incriminando y difamando a nuestros principales líderes y lideresas, creando un ‘estado de opinión’ de rechazo a quienes en el 2016 encabezaron las encuestas para presidir un primer gobierno de Coalición de izquierdas inédito en la Unión Europea.

DEMOCRACIA

Recientemente se han destapado los audios que retratan y certifican las numerosas operaciones de Lawfare dirigidas contra Pablo Iglesias, Monedero, Irene Montero y tantas otras figuras públicas del partido y del gobierno. Las responsabilidades directas, los silencios cómplices y las complacencias no disimuladas se reparten en buena parte del espectro político beneficiario de tales delitos. La extrema derecha crece con ello, blanqueada y auspiciada por los medios. El acoso físico y psicológico, en forma de escrache, al vicepresidente Iglesias y su familia, por parte del lobby ultraconservador duró más de un año, un caso inédito en Europa.

La respuesta popular al acoso primero y al intento de asesinato después de Cristina FK debe ser el punto de inflexión para la reacción de toda la sociedad, de los y las defensoras de la política y la Democracia real como formas supremas de la convivencia y los Derechos y Libertades de la ciudadanía. Argentina, España, Colombia, Chile, Bolívia, Perú, Honduras, México y tantos otros países cuyos gobiernos están amenazados por esta nueva estrategia homicida y liberticida deben encontrar caminos de colaboración que eviten la consumación de los turbios propósitos de quienes han decidido prescindir de la paz y la democracia. Nos va el futuro en ello.

Miguel Angel Ferrís (portavoz Red de Círculos de Podemos en Europa)

El pueblo en Defensa de Cristina un día después del Atentado

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Sitio protegido por Google reCAPTCHA. Ver políticas de privacidad y términos de servicio.

Desarrollo Web Efemosse