Por Walter C. Medina
ENTREVISTA A MARÍA ALARCÓN
Francisco López y Ximena Donamaría entrevistaron a María Alarcón, Coordinadora de la Comisión de Política Exterior Soberana del Instituto Patria, quien actualmente se encuentra en China.
Para el bloque “La Entrevista”, del programa radial “Cenizas de Babilonia. Diáspora Española” (AM830 Radio del Pueblo), Alarcón expuso su opinión respecto de la actual geopolítica, habló de la relación de Argentina con China, del interés político de Donald Trump por Latinoamérica y el Caribe, y dedicó un espacio de reflexión sobre la condena a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
“Tenemos que luchar muy cerca de nuestro pueblo, militando cara a cara para hacer entender que no solamente queremos la libertad de Cristina porque es inocente, sino que también queremos modificar esta conducta de la Corte y del gobierno, y para eso necesitamos tener más bancas en la Cámara de Diputados en octubre”, sostuvo.
¿Qué te ha llevado a China? Bueno, es mi vieja 41 a China. Me he dedicado desde el 2010 que fui por primera vez con Cristina como presidenta de la Nación, yo era Secretaria de Estado del gobierno de Cristina, y desde allí me dediqué a articular muchas áreas del Estado con China, a pedido de la presidenta, y no me desprendí más de ese país que elegimos como socio importante, como segundo socio estratégico de Argentina, y siempre he trabajado con ello.

Me he puesto ese laburo al hombro, he estudiado mucho, he formado una estructura de confianza con el Estado chino, con las empresas, y trabajamos lo sub-nacional, porque lo importante cuando tenemos estas etapas de gobiernos que no los llamaría liberales porque creo que es discutir en otro ámbito de la política, sino destructores y destructores de la soberanía.
Los lazos con un país como China no se pueden dejar enfriar; hay que construir mucho y tenemos que concentrarnos para volver a gobernar los peronistas, y en eso estamos trabajando también lo sub-nacional con China.
¿Cómo ves la relación de Argentina con China en estos momentos? Ellos están preocupados y ocupados. La preocupación y el diagnóstico ya lo tenemos bien clarito, pero están viendo, porque ya estaban preocupados antes de que Donald Trump ganara en Estados Unidos, y nos habían anticipado que la llegada de Trump a esta nueva presidencia iba a ser muy distinta a la anterior.
Y ellos no estaban preocupados por los chinos ni por China, estaban preocupados por el mundo, sobre todo por Latinoamérica y el Caribe. Y la preocupación de ellos era cierta. Nos dijeron van a querer usar aquello del patio trasero como nunca, y eso es la realidad. Ven a Latinoamérica y al Caribe complicado, pero ellos siempre para adelante porque tienen mucha paciencia y desarrollo de programa de gobierno de mediano plazo y de largo plazo.
Por eso también la embestida de China en Perú con el puerto de Chancay; primero en Panamá, luego en Brasil, en donde están con una fortaleza impresionante. Inmediatamente Trump atacó a Lula poniendo los aranceles porque allí anuncian este gran desarrollo muy interesante, de la conexión y de la infraestructura como es unir el puerto de Santos con el de Chancay con una ruta férrea. Ese movimiento logístico los pone muy nerviosos, porque además son inversiones de enorme poder.
Y a Argentina la ven con preocupación por lo que está pasando en estos momentos, como muy metidos debajo de los pantalones de Trump y sin hacer nada al respecto, porque cuando China avanza un poco sobre Argentina, salen con los tapones de punta. Igual están alentándonos a seguir construyendo, y nosotros no vamos a dejar de hacerlo.
¿Cómo la ves a Cristina en relación a su prisión domiciliaria? Ella está bien, lúcida, con esa sapiencia que tiene, y esa característica de las lideresas y de los líderes que siempre están anticipándose a los tiempos, por eso son líderes y el resto somos dirigentes. Ella está en ese ámbito, muy estudiosa, mirando minuciosamente lo que está pasando en Argentina, en cada pedazo de territorio, y también mirando lo geopolítico, siempre con una mirada más amplia acerca de lo que está ocurriendo en el mundo.
Yo la veo muy bien pero no dejo de pensar que está presa. Ella está bárbara, pero está presa; y además está proscripta. El signo de la proscripción, para nosotros los que vivimos la otra etapa de la Argentina tan dura, de un gobierno de facto como el gobierno militar, nos hace romper el estado democrático.

Nosotros venimos desde la amenaza de muerte a Cristina, con una pistola en la cabeza, y que no se sepa nada, que nadie mueva la causa, que todo quede como está, después de haber sido dos veces presidenta de este país, y vice-presidenta. Y además hoy la que conduce el partido político más importante de Latinoamérica.
Entonces es bastante fuerte, no obstante nosotros no estamos más que concentrados en saber cómo tenemos que ayudar a esta situación que creemos que va a ser transitoria, y va a depender mucho no solamente de la defensa, que tiene buenos abogados para que la defiendan, sino también del pueblo, de nosotros, de la militancia.
Porque la causa de Cristina es inapelable porque falló la Corte; no es lo mismo que la causa de Lula, a quien lo libera la Corte. A Cristina la condena la Corte sin juicio, y además es un caso inédito en la República Argentina, de una causa donde ella fue sobreseída, reabierta para ponerla presa, directamente.
A nosotros nos queda el Congreso de la Nación, y en eso tenemos que estar concentrados en esta etapa, tenemos que luchar muy cerca de nuestro pueblo, militando cara a cara para hacer entender que no solamente queremos la libertad de Cristina porque es inocente, sino que también queremos modificar esta conducta de la Corte y del gobierno, y para eso necesitamos tener más bancas en la Cámara de Diputados en octubre.