Todos los años el 8 de marzo, la Cámara de los Comunes en el Reino Unido, lee el nombre y apellido de las mujeres asesinadas por hombres en el último año. Acto cada vez es más larga desde el 2015 y donde aparecen más mujeres emigrantes de Latinoamérica y de España que sufren también violencia de género o doméstica.
En el Reino Unido al igual que en muchos países, aún persisten desafíos y barreras para lograr la igualdad entre hombres y mujeres y erradicar la violencia de género que impacta a las personas desplazadas forzosamente.
En el continente americano hay 21,4 millones de personas desplazadas forzosamente, incluyendo a refugiadas, solicitantes de asilo, desplazadas internas, apátridas, retornadas u otras personas con necesidades de protección internacional.
Los ataques contra los servicios de inmigración que dan cobertura a las mujeres migrantes en Reino Unido, sus proveedores y usuarios son la última expresión atroz del odio y la violencia racista que ha estallado en estos últimos días. El acceso a los servicios jurídicos y de apoyo y la libertad de prestarlos son esenciales para salvaguardar estás derechos básicos y contener la misoginia.
Europa y Reino Unido se enfrentan a una crisis de desplazamiento enorme y compleja una de las más grandes es su historia , donde las mujeres son las personas más afectadas junto con las niñas y niños y las personas LGTBIQ.
Detrás de la necesidad de salir de sus países de origen hay muchas razones: inseguridad y violencia, persecución, pobreza y desigualdad, violaciones de los derechos humanos, violencias de género, deterioro del orden público y el creciente impacto de los efectos del cambio climático. Las violencias de género se entrecruzan con otros tipos de discriminación como la edad, la etnia, la condición migratoria, la nacionalidad, la religión, el estado civil, la orientación sexual y la identidad de género, exponiendo la necesidad de una defensa del feminismo decolonial e inclusivo.
De esas personas, el 46% son mujeres y niñas, finde la necesidad de desplazarse las hace aún más vulnerables a distintas formas de discriminación y más expuestas a la posibilidad de sufrir violencia de género. Según ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, en su informe «Nuestro derecho a la seguridad” elaborado junto a HIAS, las condiciones de vida para muchas de estas mujeres son extremadamente precarias.
Aproximadamente el 30% de las mujeres que fueron encuestadas son jefas de hogar, es decir, se encuentran solas con hijos e hijas dependientes menores de 18 años. Las mujeres y niñas también tienen más dificultades para acceder a documentación para regularizar su situación y acceder a los servicios y derechos.
Existe una alta tasa de desempleo y empleo informal entre estas mujeres desplazadas, aun cuando están calificadas. Además factores de expulsión y factores de atracción de la población desde la perspectiva de género, el trabajo de cuidados realizado por las mujeres, las niñas, las adultas mayores y personas con identidad de género diversa y la imposibilidad de acceder a servicios de cuidado privados o provistos por los Estados son obstáculos importantes para su desarrollo y autonomía económica.
Ante la necesidad urgente de redoblar esfuerzos para atender la grave crisis de movilidad humana y desplazamiento que enfrenta Europa y Reino Unido y atender las necesidades de las mujeres y niñas y mitigar los riesgos a los que se enfrentan, ACNUR y ONU Mujeres, la entidad de las Naciones Unidas para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, reclamaron un plan de trabajo conjunto que se extienda hasta fines 2025, poniendo el foco en el desplazamiento forzado interno e internacional y en el abordar la violencia de género que, en contextos de movilidad humana, se ve agravada en las mujeres, niñas y personas LGBTIQ+ continuando estas violencias, desde el origen, durante el trayecto y en sus puntos de llegada.
Con este plan de trabajo conjunto, se intentará fortalecer la colaboración con ACNUR para que todas las mujeres y niñas tengan una vida plena y libre de violencias. Es importante desarrollar programas conjuntos para integrar la perspectiva de género en las respuestas humanitarias y en las políticas y sistemas nacionales; y promover la participación de las mujeres en situación de desplazamiento en el diseño e implementación de los planes gubernamentales para la atención de esta población.
Teniendo como objetivo que a las niñas y mujeres solicitantes de asilo, refugiadas o desplazadas se les respeten sus derechos de inclusión, registro, identidad y documentación, además, de diseñar estrategias de comunicación que pongan de relieve la situación particular de mujeres y niñas en situación de desplazamiento, incluyendo mensajes contra las diversas formas de discriminación y la violencia de género.
Sin lugar a dudas leyendo el nombre de las asesinadas en el Reino Unido se quiere concienciar a la opinión pública que la vida de las mujeres Latinoamericanas, africanas o asiáticas importa aunque parezca que nada cambia.
Cada tres días, una mujer muere a mano de un hombre en Reino Unido cuya población alcanza los 67 millones de habitantes. En 2021 fueron 147 muertas; en 2022, 118; en 2023, 98. Siendo una de cada cuatro mujeres británicas emigrante la que sufre esta violencia.Las cifras de violencia de género en Reino Unido están por encima de las de España, que con una población de 46 millones, un hombre mata a una mujer cada seis días en España, una media de 62 asesinadas al año de 2003 a 2023, a tenor de los datos del ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
La magnitud de la tragedia ha generado la formación de varias organizaciones en Reino Unido para combatir la violencia de género y apoyar a familias, como Killed Women, Centre for Women’s Justice, Refuge, Women’s Aid, Advocacy After Fatal Domestic Abuse o Imkaan (para mujeres y niñas de raza negra o minoría étnica) esta última es una de las asociaciones formadas para pedir cambios al Gobierno en favor de una mayor seguridad para las mujeres en general y las mujeres migrantes en particular que son más vulnerables.
Sin lugar a dudas combatir estas violencias es una concienciación de la sociedad en general, aparte de las políticas de apoyo y contención.