Un informe de la ONG Global Witness reveló que al menos 120 defensores ambientales fueron asesinados o desaparecieron en América Latina durante 2024, lo que convierte nuevamente a la región en la más peligrosa del mundo para quienes protegen la tierra y los recursos naturales.
De los 143 casos documentados a nivel mundial, 120 ocurrieron en América Latina. Colombia encabezó la lista con 48 asesinatos, seguida por Guatemala con 20 y México con 18. En este último país también se registró una desaparición, al igual que en Honduras y Chile.
El aumento más alarmante se produjo en Guatemala, donde los asesinatos se quintuplicaron respecto a 2023, convirtiéndose en el país con la tasa per cápita más alta de muertes de ambientalistas en el mundo. Brasil reportó 12 víctimas.
Causas estructurales y actores involucrados
El informe señala que la violencia se relaciona con disputas por tierras, industrias extractivas, agroindustria y crimen organizado, al que atribuyó al menos 42 ataques. Casi un tercio de las víctimas fueron indígenas, quienes sufrieron el 94 por ciento de los ataques en la región.
Organizaciones como Amazon Watch denunciaron que redes criminales vinculadas al tráfico de drogas, oro y madera intensificaron los ataques en la Amazonía.En Colombia, líderes comunitarios de Cauca y Putumayo reportaron amenazas de grupos armados, minería ilegal y proyectos petroleros.
Escazú y la deuda pendiente de los Estados
Global Witness, con sede en Londres, recordó que desde 2012 documentó más de dos mil 250 asesinatos y desapariciones de defensores ambientales en el mundo.Solo en 2018 se contabilizaron mil casos en América Latina, casi tres cuartas partes del total global, coincidiendo con la adopción del Acuerdo de Escazú.
El tratado obliga a los gobiernos a garantizar acceso a información ambiental, participación pública en decisiones y medidas efectivas para prevenir y sancionar ataques contra ambientalistas.
Sin embargo, el informe subraya que su implementación sigue siendo insuficiente en la mayoría de los países de la región.
Fuente: La Jornada
