Micaela Roldan , Argentina
Victoria Villarruel, candidata a la vicepresidencia en la candidatura de Javier Milei por el Partido Fascista amigo de VOX libertad Avanza en Argentina, ha dado un nuevo paso, exponiendo sus verdaderos orígenes ultraderechistas, desatando un escándalo por organizar un evento oficial que niega los crímenes de lesa humanidad cometidos por los militares durante la última dictadura en ese país (1976-1983) y que dejaron un saldo de 30.000 desaparecidos infinidad de mujeres violadas y Bebés Robados.
Lo mas grave de este «Homenaje a las víctimas del terrorismo» es que se realizaron en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, sede oficial y representativa del gobierno de la Ciudad de tintes derechistas.
De manera simultánea también se desarrollo una marcha de repudio ante el negacionismo que empieza a inundar el debate público, justo el año en el que se cumplen 40 años de la llegada de la democracia.
Villarruel, quien es actualmente diputada, es conocida por crear una organización que promueve la llamada «teoría de los dos demonios», una narrativa que pretende hacer creer que en Argentina una hubo una guerra entre partes equivalentes: por un lado, los militares que dieron el golpe de Estado en 1976, y por otro las guerrillas Montoneros y Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).
Sin embargo, la jurisprudencia internacional establece que delitos como secuestros, torturas, homicidios y desapariciones, que cometen los representantes estatales, tienen una gravedad y son delitos, porque las autoridades tienen la responsabilidad de proteger a la ciudadanía y de ser los primeros en cumplir las leyes. Cuando no lo hacen, como en este caso, se trata de crímenes de lesa humanidad que nunca prescriben.
Además, en el caso de Argentina está demostrado que la dictadura aniquiló a las guerrillas en pocos años, pero continuó la represión de manera indiscriminada en contra de todos los opositores, ya fueran sindicalistas, intelectuales, estudiantes universitarios, docentes o activistas de derechos humanos.
Villarruel justifica el golpe de Estado de 1976, dice que fue una guerra y niega el terrorismo de Estado: Victoria Villarruel piensa lo mismo que el Tigre Acosta, Alfredo Astiz, Díaz Bessone, Saint Jean, Videla, Massera y Harguindeguy. Villarruel es negacionista y colaboradora indispensable de los genocidas del golpe de Estado al intentar recuperar el protagonismo nuevamente de las fuerzas Armadas tal vez pensando como vicepresidenta junto a un hipotético gobierno de Milei con un ejército donde piensa incrementar en un 2% el presupuesto dotándolo con una cantidad cercana a los 13.000 millones de dólares y asi devolverle el poder para consolidar una posible nueva dictadura frente al pueblo.
De hecho, jamás ha reconocido que en Argentina hubo terrorismo de Estado, algo que han dictaminado incluso tribunales internacionales. Para Villarruel, el terrorismo lo cometieron las guerrillas y los militares lo único que hicieron fue «poner orden», Inadmisible y Grotesco.
En el evento participaron Lorenza Ferrari, madre de Laura, una estudiante de 18 años que murió por la explosión de un coche bomba de Montoneros en 1975; Graciela Saraspe, hija de Héctor Saraspe, el encargado de un bar que fue asesinado por el ERP en 1974; y el de Arturo Larrabure, hijo de de un militar secuestrado y asesinado por el ERP.
La selección de víctimas no es casual, ya que estos crímenes se cometieron justo antes del golpe de Estado, lo que pretendio justificar la «necesidad» de que los militares tomaran el poder para terminar con las guerrillas.
Tenemos que recordar que Villarruel visitaba en prisión al fallecido dictador Jorge Rafael Videla; al policía Miguel Etchecolatz, quien fue uno de los represores más temibles durante la dictadura; y a Alberto González, condenado por delitos sexuales contra mujeres secuestradas.
Aparte es una militante pro genocidas, que apoya a los imputados en los juicios, desde sus inicios apareciendo su nombre en el cuaderno en el que Etchecolatz se organizaba para el juicio del año 2006 y no precisamente como abogada.
La diputada también niega el número de víctimas y la existencia de los centros clandestinos de represión, y minimiza el hecho de que los represores hayan robado alrededor de 500 bebés o niños, de los cuales Abuelas de Plaza de Mayo han logrado recuperar a 133.
Aparte de las asociaciones Madres y Abuelas de la plaza de Mayo o HIJOS , los secretarios de Derechos Humanos de 15 provincias se pronunciaron conjuntamente para advertir que a los genocidas no se los homenajea, sino que se los juzga dentro del Estado de derecho y se los condena exponiendo:
«La teoría de los dos demonios es un argumento falaz que busca legitimar los crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado, enmarcándolos en una guerra que no existió. Lo que sí existió fue un plan sistemático de exterminio, un genocidio ideado y ejecutado por el Estado dictatorial».
Victoria Montenegro, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura, expuso la gravedad de este tipo de actos.
«Lo que debe interpelarnos es la representación institucional que logró el negacionismo, porque este acto lo hacen expresándose a través de sus diputados», señaló.
A pesar de las críticas Villarruel duplicó la apuesta y reivindicó su postura «Les molesta que pidamos derechos humanos para todos y que sepamos la verdad de lo que hicieron los terroristas, quieren amedrentarnos con escraches y amenazas como en los 70» intentando ocultar la verdad de esre acto.
En su apoyo salió Claudio Avruj, exsecretario de Derechos Humanos durante el Gobierno de Mauricio Macri, quien aseguró que no se trata de un acto «negacionista» sino del «derecho al recuerdo».
Resumiendo Villarruel desafió el discurso político de las últimas décadas con este homenaje a: “víctimas del terrorismo” encabezando este acto en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, mientras que en el interior y ante la prensa simpatizantes defendían la dictadura miiitar y jeraban los desaparecidos o la duda de la apropiacion dd bebes.
El pueblo Argentino con el grito de Nunca Más, tiene que denunciar que Villarruel representa a un sector de la sociedad que respaldó el golpe de Estado y que siempre ha defendido a los militares y negado sus crímenes, pero ahora al ser parte de la candidatura fascista que ganó las elecciones primarias realizadas el pasado 13 de agosto puede estar al frente del gobierno y el peligro de un nuevo golpe institucional es una realidad.