Con unas relaciones cada vez más antagónicas entre China y EEUU, los países ribereños del Mar del Este, junto al resto de miembros de la ASEAN, se ven una y otra vez más o menos presionados para que estos tomen partido por una u otra potencia, cuestión que deviene muy preocupante ya que, para estos países, todos en vías de desarrollo y alguno ya atrapado en la “trampa de los ingresos medios”
https://www.bangkokpost.com/opinion/opinion/2341332/rescuing-thailand-from-the-middle-income-trap
el continuar en la senda de crecimiento resulta esencial, no sólo para sus propios pueblos, sino también porque un aumento de la percepción ciudadana de que no se prospera más o que se ha llegado a un nivel de bienestar todavía lejano del de los países desarrollados podría incrementar aún más las tensiones políticas, tensiones que podrían ser a su vez utilizadas por una u otra potencia para que cualquiera de estos países se decantara por una u otra, con el riesgo sistémico que eso conllevaría. Por consiguiente, mantener un estatus de neutralidad y unas relaciones multilaterales al margen de la propia dinámica de conflicto entre China y EEUU, condición esta de posibilidad de continuar el crecimiento económico, debe de ser el objetivo prioritario de estos países y ni que decir tiene que un enfrentamiento, siquiera indirecto, supondría un golpe tremendo a la infraestructura económica que ha permitido sacar a centenares de millones de personas de la pobreza en los últimos 25 años.
https://www.foreignaffairs.com/china/beijing-survive-great-power-competition.
Durante las últimas semanas hemos asistido a todo un baile de visitas de alto nivel por parte tanto de mandatarios chinos o estadounidenses. Así, si el secretario de estado Blinken visitaba Vietnam a la búsqueda de elevar las relaciones al nivel de “asociación estratégica integral” (volveremos sobre este particular concepto en las relaciones internacionales).
y al mismo tiempo que una delegación de congresistas y senadores norteamericanos se reunía en el país con empresarios y diplomáticos para posteriormente dirigirse a Indonesia,
una delegación rusa encabezada por el viceprimer ministro se encontraba en Vietnam. https://en.baochinhphu.vn/russian-deputy-prime-minister-to-visit-viet-nam-111230403195729874.htm, el ministro chino de asuntos exteriores de visita a Filipinas.
para afianzar los lazos bilaterales y sobre todo, continuar las conversaciones celebradas hace varias semanas en relación al aprovechamiento conjunto de los recursos en el Mar del Este https://www.philstar.com/headlines/2023/04/18/2259860/chinese-foreign-minister-visit-philippines-weekend y después del anuncio por parte de la administración norteamericana del incremento de su presencia militar en el archipiélago y hace tres semanas, el recientemente elegido primer ministro malasio Dato Seri Anwar Ibrahim visitó China siendo testigo de la firma de varios Memorando de Entendimiento (MoU por sus siglas en inglés), que profundizan en las relaciones de cooperación entre ambas naciones https://www.thestar.com.my/news/nation/2023/04/01/malaysia-china-sign-mou-to-enhance-trade-economic-cooperation. En definitiva, una más que intensa actividad diplomática en la zona, a la que hay que añadir los intercambios entre Japón y EEUU o entre el país del sol naciente y Corea, el país de las mañanas tranquilas o entre este y Vietnam, que se ha convertido en pieza fundamental de Samsung, el mayor productor de teléfonos móviles del mundo por encima de marcas como Apple, Huawei o Xiaomi https://es.dangcongsan.vn/vietnam-la-aspiracion-de-ser-un-pais-prospero/se-espera-que-samsung-se-convierta-en-un-centro-de-formacion-de-talentos-en-vietnam-13113.html.
Ahora bien, si por parte de los Estados Unidos se utiliza como primera herramienta diplomática en la zona la denominada “Estrategia del Indo-Pacífico” que se articula en base a los siguientes principios: “Invertir en instituciones democráticas, una prensa libre y una sociedad civil dinámica; Mejorar la transparencia fiscal en el Indo-Pacífico para exponer la corrupción y propiciar reformas; Asegurar que los mares y el espacio aéreo de la región se rijan y se usen de manera acorde con el derecho internacional y Promover enfoques comunes con respecto a tecnologías críticas y emergentes, internet y el ciberespacio”,
https://www.state.gov/translations/spanish/ficha-informativa-estrategia-sobre-el-indopacifico-de-estados-unidos/, los chinos utilizan el proyecto de la Franja y la Ruta, que consiste en el desarrollo de infraestructuras de cara al desarrollo: “La Franja y la Ruta propone el desarrollo de una red multimillonaria de proyectos de infraestructura en Asia, África, Europa y América, principalmente para promover el comercio y otras formas de conectividad, al tiempo que mejora las perspectivas de desarrollo económico entre las naciones socias”. https://dialogochino.net/es/infraestructura-es/26121-la-franja-y-la-ruta-la-nueva-cara-de-china-en-america-latina/#:~:text=La%20Franja%20y%20la%20Ruta%20propone%20el%20desarrollo%20de%20una,econ%C3%B3mico%20entre%20las%20naciones%20socias https://politica-china.org/areas/politica-exterior/china-y-la-franja-y-la-ruta-bases-conceptuales-de-su-estrategia.
Esta sustancial diferencia entre ambos posicionamientos, el primero volcado en una suerte de injerencia en asuntos internos y de velador de la seguridad internacional, y el segundo centrado en las inversiones para propiciar el desarrollo del denominado “Sur global”, ha determinado que, por ejemplo, Singapur, tradicional aliado, se distanciara de Washington o que la propia ASEAN emitiera el “Libro Blanco sobre el Indo-Pacífico”, en el que se detalla la posición de la asociación rechazando la unilateralidad y la confrontación https://asean.org/asean2020/wp-content/uploads/2021/01/ASEAN-Outlook-on-the-Indo-Pacific_FINAL_22062019.pdf. Lo que parece bien claro es que una idea de cooperación general y multilateralidad no es del agrado de aquéllos que plantean las cosas en términos de buenos y malos y es que estamos seguros de que, a mayor nivel de cooperación, menor nivel de conflicto. No obstante, señalar que los préstamos o inversiones chinos no son gratis y podrían llegar a desestabilizar la economía de algunos países, habiéndose creado una gran narrativa en torno a la “trampa china de la deuda”, cuyo contenido se encuentra en discusión, cuando no su propia existencia https://www.iseas.edu.sg/articles-commentaries/iseas-perspective/2022-88-chinese-debt-traps-in-southeast-asia-what-the-data-say-by-darren-cheong/, narrativa que ha sido contestada por la diplomacia china en varias ocasiones http://eu.china-mission.gov.cn/eng/mh/202208/t20220826_10754334.htm.
También resulta muy interesante analizar el concepto de “Asociación Estratégica Integral”, muy en boga en los últimos tiempos, y como cada uno de los actores lo entiende de distinta forma. Así, este concepto, que contiene los conceptos de “estratégica” e “integral”, y que surge al hilo de las primeras conversaciones entre la administración norteamericana y la rusa en los años 90, a la búsqueda de mecanismos flexibles de diálogo fuera de los marcos en los que se presentan los tratados internacionales, no está exento de polémica cuando no, de interpretaciones dispares https://www.tdx.cat/handle/10803/288282#page=65. Así, “Mientras que para China una asociación estratégica es un mecanismo que vincula sus proyectos de desarrollo interno con la cooperación con el exterior (el concepto es denominado huoban guanxi), para la Unión Europea sus asociaciones estratégicas son relaciones basadas en una agenda de cooperación que puede ser políticamente amplia pero jurídicamente vaga, basada en declaraciones de buena voluntad, con el fin primordial de instrumentar su propia agenda de buena gobernanza global https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0041-86332010000100007 y para los EEUU se relaciona con sus intereses estratégicos, contenidos en la Estrategia de Desarrollo Nacional, los cuales se encuentran inmersos en su propia Estrategia de Defensa Nacional y que no es otro que la competencia con China y la posibilidad de pérdida de la hegemonía global https://www.realinstitutoelcano.org/analisis/la-nueva-estrategia-de-seguridad-nacional-de-eeuu/. Es decir, mientras que esta idea de “estratégica” para China y sus socios representan beneficios tangibles, lo que ofrecen tanto la UE como los EEUU suponen, de una manera u otra, injerencias en la política interna de los países y para la propia UE y sus relaciones con los EEUU, la imposibilidad para la primera de ser más autónoma con respecto a los segundos https://espanol.cgtn.com/n/2022-05-13/HAAHEA/intereses-estrategicos-busca-EEUU-crisis-Ucrania/index.html. Y en cuanto al término de “integral”, viene dado por el contenido de los acuerdos que pudieran firmarse, pero más importante resulta la idea de que este nivel de asociación surgiría por la necesidad de mejorar los resultados de los acuerdos vigentes, acuerdos de cooperación que ya arrojan resultados muy positivos para todas las partes. Por consiguiente, nos encontramos que dicho concepto de “asociación estratégica integral”, que tanto persiguen los países no es sino una forma de dar más visibilidad a los firmantes en la escena internacional, lo cual puede conducirlos a ser papel mojado, más allá de lo convenido en su momento https://fulcrum.sg/aseanfocus/is-aseans-comprehensive-strategic-partnership-becoming-a-farce/#:~:text=ASEAN%20accorded%20the%20Comprehensive%20Strategic,requests%20from%20other%20dialogue%20partners.
Un repaso, aunque sea breve, de los contenidos de los distintos acuerdos de cooperación firmados entre los actores requeriría de un libro completo, en el que se incluirían los datos relacionados con el comercio multilateral de todos los implicados, y las lógicas consecuencias, pero no es el objeto de este trabajo. Sin embargo, a tenor de lo anteriormente expuesto, si podemos extraer varias conclusiones. En primer lugar, el Sudeste Asiático se ha convertido en uno de los ejes sobre los que bascula el nuevo mundo multipolar que se avecina, o que ya está aquí. En segundo lugar, vistas las cifras de los países de la ASEAN, sin un entorno de paz y estabilidad se pone en serio peligro la mejora de las condiciones de vida de centenares de millones de personas. En tercer lugar, el protagonismo de la ASEAN se ha visto incrementado y convertido a la asociación en el lugar donde han de resolverse las cuestiones relacionadas con los países a los que les afectan los conflictos con China, donde las injerencias tanto de la UE como de los EEUU son vistas cada vez con más recelo, pese a los propios que despierta China en la zona, la cual considera su zona de influencia, si bien esta idea de la zona de influencia dista en sus consecuencias, al menos hasta la fecha, con lo que entienden los EEUU sobre el mismo aspecto, sobre todo a la vista de los resultados de la diplomacia norteamericana a lo largo del siglo XX en zonas que ha considerado así.
Por último, y no menos importante, hay que pensar como ven estos países la presencia de potencias occidentales. No hay que olvidar que Myanmar, Camboya, Laos, Vietnam, Indonesia y Malasia consiguieron su independencia de las metrópolis coloniales después de guerras que costaron millones de vidas y aun cuando, por ejemplo, Indonesia alcanzó su independencia de Holanda, el gobierno de Sukarno, que llevó a cabo grandes reformas en el país para el beneficio de la gente, fue derrocado con un golpe de estado que costó entre 500 000 y 1 000 000 de vidas. En Camboya, la intervención norteamericana no solo fue un crimen contra la humanidad nunca juzgado, permitió que los Jemeres Rojos alcanzaran el poder, con los tristes resultados ya conocidos. De Vietnam casi mejor no hablar. Todo el mundo conoce el desastre que supuso la intervención norteamericana, ya presente desde la guerra colonial francesa. En Laos acabaron incluso con uno de los grupos étnicos del país con la campaña de bombardeos más intensa de la historia, con más bombas que en Vietnam y muy alejados de los bombardeos en Alemania durante la II Guerra Mundial. Además, en la memoria colectiva de estos pueblos también permanecen las consecuencias de la invasión japonesa. En Vietnam, por ejemplo, costó la vida a entre 1 000 000 y 3 000 000 millones de personas debido a la confiscación de las cosechas de arroz, es decir, muerte por inanición. En Myanmar, auspiciaron un gobierno títere autor de sevicias sin fin y con la participación de la temible policía japonesa, el “Kempeitai”, cuyas actividades son tristemente recordadas. En Filipinas, el hambre, las ejecuciones y las torturas costaron la vida a entre 500 000 y 600 000 filipinos, además de secuestrar centenares de mujeres para enviarlas como “mujeres de consuelo”, para las tropas japonesas al frente o la “Masacre de Manila”, que costó 100 000 vidas. Y aceptando que todos estos países ven, de una manera u otra, a China como un país históricamente hegemónico, quienes sufrieron de verdad también saben que no fueron los chinos, sino los occidentales y sus hoy aliados japoneses quienes verdaderamente les oprimieron.
En definitiva, para estos países, hoy clave en el nuevo escenario mundial, la visión de las rivalidades actuales, esta historia pesa, y para la opinión pública también y ningún país, incluso Vietnam que tiene a China como su “enemigo histórico”, aceptarían de buen grado participar en un conflicto de la mano de quienes fueron sus opresores.
Ángel Maciá Doctorando en Sociedad, Desarrollo y Relaciones Laborales, Escuela Internacional de Doctorado. Universidad de Murcia, Cruz de la Orden al Mérito Civil. Redacción Revista TU VOZ, delegación Vietnam