Por Miguel Angel Ferris Gil Corresponsal en París, TU VOZ.
Los primeros resultados que arrojan las urnas en los Estados clave para el vuelco electoral han derribado las vanas esperanzas de los sectores progresistas norteamericanos y noqueado las opiniones públicas de la mayoría de países con sistemas de democracia liberal.
Mujeres y jóvenes han perdido su apuesta mayoritaria frente al negacionismo de muchos hombres y de los sectores conservadores en plena ola distópica mundial. Durante los últimos años la industria del cine ha recreado en nuestro imaginario colectivo multitud de cintas con desastres apocalípticos y escenarios inconcebibles que cuestionan gravemente hacia dónde nos dirigimos como Humanidad y, sobre todo, al mando de la nave Planeta Tierra que al parecer navega sin rumbo en el océano sideral.
Ante el shock de los resultados en la otrora potencia mundial y primera democracia de la historia contemporánea, no podemos quedarnos sólo con el análisis pormenorizado de los aspectos que han contribuido a la debacle de Kamala Harris y de las élites del Capitalismo con rostro humano.
El neoliberalismo en su etapa actual ha apretado el acelerador y ha entronizado a personajes de perfil psicópata que, como Milei y Trump, representan las soluciones más extremas para frenar el cambio necesario hacia un mundo más justo y sostenible. Ahora que las voces lúcidas y éticamente ejemplares de intelectuales como Noam Chomsky o estadistas como Mujica se van apagando, es cuando necesitamos ver la luz al final del túnel, ya que sólo el sentimiento de esperanza, sumado al motor de la indignación y la percepción real del peligro, nos pueden rearmar para contraponer un mundo mejor al señalado por los portavoces del inframundo y el malismo.
Según el historiador italiano Steven Forti, experto en las extremas derechas mundiales, Trump ha sabido conectar mejor que su oponente más allá de la política, es decir en lo afectivo y emocional, con el americano medio. También ha sido favorecido por la imparable polarización y la radicalización de las derechas, arrastradas a su campo o incluso canibalizadas por los sectores más reaccionarios e iliberales.
Con el triunfo de Trump el nuevo modelo de Autocracias electorales, es decir de los países que manteniendo el modelo aparente democrático han ido vaciando su contenido por dentro, se está imponiendo en el trendingtopic internacional.
Hemos pasado de 42 a 31 naciones con un régimen basado en el respeto de los derechos y libertades constitucionales en consonancia con la declaración de los Derechos Humanos, quitando el hecho de que tampoco en estos se respetan los llamados derechos sociales y ambientales, es decir, los de tercera generaciónDías habrá para extraer consecuencias del fenómeno que ahora contemplamos con honda preocupación. Latinoamérica de nuevo se enfrenta a una nueva etapa en las relaciones de dominación del Gran Hermano del Norte sobre sus endebles democracias.
En España las derechas ultramontanas se felicitan de la victoria del maltratador de mujeres, países y minorías. Estamos en estado de alarma, y no sólo en Valencia.
«Aprecio el análisis crítico del artículo sobre la victoria de Trump y el auge de líderes populistas que ponen en riesgo las estructuras democráticas. Sin embargo, también me pregunto si estos cambios reflejan el descontento de sectores de la sociedad que sienten que sus voces no han sido escuchadas en los sistemas tradicionales. Más que temer por la democracia, ¿no deberíamos enfocarnos en fortalecerla, buscando formas de participación que representen a todos y reduzcan la polarización? Aunque el avance de modelos autoritarios preocupa, creo que es importante analizar cómo mejorar nuestras instituciones para que sean verdaderamente inclusivas y resistentes a estos desafíos.»
PD: Mil gracias Miguel Angel por este artículo tan completo e interesante.
Sabes que cuentas con toda mi admiración.
Isabel