“Siempre pensamos que a mi mamá la iban a soltar” Desaparecidos.

Por Walter C. Medina

ENTREVISTA A CECILIA DE VICENTI

Cecilia De Vicenti recordó la lucha de su madre Azucena, secuestrada y desaparecida por los responsables del genocidio llevado a cabo por la Junta Militar entre 1976 y 1983

En una extensa charla con Ximena Donamaría y Francisco López, Cecelia De Vicenti expresó su preocupación por la noticia que se conoció en estos días, y que da cuenta de la visita de diputados y diputadas que visitaron a responsables del genocidio perpetrado en Argentina por la Junta Militar entre 1976 y 1983.  “Lo más terrible es que son diputados que fueron votados por el voto popular, con los cuales yo no acuerdo. ¿Cómo pueden ir a defender a gente que fue legalmente juzgada y condenada, y que tiene que estar en prisión de por vida?”, sostuvo durante la entrevista para el programa radial “Cenizas de Babilonia. Diáspora Española” que emite AM830 Radio del Pueblo.

Cecilia De Vicenti es activista por los Derechos Humanos, hermana de Néstor De Vicente, militante de Montoneros secuestrado y desaparecido por la Dictadura Militar, el 30 de noviembre de 1976; hija de Azucena Villaflor de De Vicenti, secuestrada el 10 de diciembre de 1977 y desaparecida hasta 2005, cuando sus restos fueron identificados por el equipo argentino de antropología forense 

¿Qué nos puedes decir del acto por los derechos humanos, del que fuiste oradora,  que se desarrolló en la antigua ESMA?

Me encantó que me tocara en ese panel, porque no era los paneles de los argentinos que uno está más acostumbrado a participar. Que estuviese España y Argentina me pareció excelente, y escuchar otras voces también me pareció sumamente enriquecedor 

¿Qué recordáis del momento en el cual tu hermano y su pareja fueron secuestrados por la dictadura?

Era bastante inconsciente. Tenía quince años pero no era una joven que tuviese ningún tipo de actividad; yo estudiaba música en el Conservatorio Manuel de Falla, iba a la escuela secundaria Normal 5, pero no estaba para nada involucrada en política ni sabía mucho, así que la desaparición de mi hermano y su pareja me sorprendió. Mi mamá estaba muy mal y muy preocupada porque nadie le formaba el Habeas Corpus por mi hermano. Yo le dije que se quedara tranquila que seguramente estaba preso en algún lugar y que ya le iban a decir en dónde se encontraba. A pesar de la tristeza, yo era inconsciente de lo que pasaba en ese momento en el país.

Tu madre pertenece a la línea fundadora de las Madres de Plaza de Mayo, ¿qué nos podés contar de esto?

En realidad mi mamá fue la fundadora de las Madres pero no había dos línea de Madres como hubo después. Mi mamá ante la desesperación de que iban a presentar Habeas Corpus iba a comisarías, a hospitales, a cuarteles, y la única respuesta que recibían era una respuesta negativa. En ese momento había solo dos organismos Derechos Humanos y ninguno de los dos le daba ninguna respuesta para que las Madres se sintieran contenidas. Entonces un día que estaban en el vicariato castrense, que era uno de los lugares a donde iban a buscar información las Madres, mi mamá dijo públicamente “dejemos de estar solas y vayamos a la Plaza de Mayo a pedirle una respuesta a Videla”. Eso fue lo que provocó que mi mamá desapareciera tiempo después; porque mi mamá era una ama de casa que se ocupaba de nosotros, no era ninguna militante. El 30 de abril se juntaron catorce madres en la plaza y se dieron cuenta que era mejor ir los jueves y no los sábados. Se juntaban entre ellas para tratar de encontrar alguna actividad y lo que le pasaba era que como había Estado se Sitio, fue la policía y les dijo que no podían estar ahí juntas, charlando. “Circulen”, les dijo la policía, y fue por ello que empezaron a caminar de a dos, no en la pirámide de Mayo, sino en el monumento a Belgrano.

Imagino que haber atravesado semejante experiencia traumática, siendo vos apenas una adolescente, te habrá marcado para toda la vida y te habrá hecho mucho más fuertes. Las Madres son un ejemplo de lucha para todas las que venimos detrás.

Así es. Quien primero se infiltra en el movimiento fue Astiz. Las Madres dejan de ser catorce y pasan a ser cientos. A los militares les empieza a preocupar que sean tantas las mujeres que se juntan, y es por eso que mandan a infiltrar a Astiz y a Gustavo Niño, que tenía un hermano desaparecido. Él es quien el 10 de diciembre de 1977 secuestran a dos madres junto a un padre y un grupo de gente que estaba ayudando a juntar los fondos. Eso pasó un jueves. El viernes a la noche la vi a mi mamá rara, muy llorosa y le pregunté qué le pasaba, y me dijo “no sé cómo decirle a tu papá que se llevaron a unas madres”; porque mi papá le insistió varias veces que no fuera más a la plaza.

Tener 16 años y encontrarte que esa mañana mi mamá me preguntó que quería comer, y esa fue la última vez que la vi con vida. Es muy difícil a esa edad asumirlo. En la cabeza te pasa toda una película de terror. Yo pensaba, bueno, a mi mamá se la llevaron, le van a dar un susto. Pero los días pasaron y se convirtieron en meses, y luego en años. Nosotros siempre pensamos que a mi mamá la iban a soltar. Después pudimos conocer la historia de mi mamá gracias a unos estudiantes de la Universidad de Periodismo de La Plata que estaban haciendo su tesis y entrevistaron a personas del Partido de la Costa preguntándoles por los restos que aparecían en esa zona en 1977.

Gracias a esa investigación de ellos, en 2005 le llevan parte de la investigación a antropólogos, llegan al cementerio de General Lavalle en donde estaban enterrados los cuerpos como N.N., y gracias a ellos supimos que estaba enterrada ahí. Pudimos reconstruir toda la historia; que mi mamá estuvo tres o cuatro días en la ex ESMA, que fue torturada, porque me encontré con una ex detenida que me contó que fue subida con vida a un avión y que fue tirada viva al mar. Por eso los “vuelos de la muerte” también fueron comprobados. Porque las partidas de defunción de las personas que aparecieron decían que tenían los huesos rotos porque habían caído de gran altura. En 2005 les dije a mis hijos que me dejaran llorar como si la muerte de mi mamá fuese en ese momento; y finalmente pudimos poner sus cenizas en la plaza, que era su lugar de lucha.                         

¿Cómo ves lo que está sucediendo acerca de estos nuevos defensores de los genocidas, estos diputados que se han acercado a visitarlos a la cárcel? ¿Cómo vez que alguien pida derechos humanos para aquellos que no respetaron los derechos humanos?

El lunes fuimos a una reunión con algunos diputados de bloque para hablar de esto y contar nuestra historia. Estamos enojadísimos por el hecho de que hayan ido diputados que fueron votados por el pueblo a visitar a golpistas y genocidas. Lo más terrible es que son diputados que fueron votados por el voto popular, con los cuales yo no acuerdo. ¿Cómo pueden ir a defender a gente que fue legalmente juzgada y condenada, y que tiene que estar en prisión de por vida?. Estamos sufriendo un deterioro de toda la lucha que hemos llevado adelante por los Derechos Humanos. Mauricio Macri también intentó hacer esto dándoles el dos por uno, y sin embargo el pueblo argentino no lo dejó pasar.                

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