Por Walter C. Medina
ENTREVISTA A CAROLINA VALENCIA
Entrevistada por Francisco López para el programa “Cenizas de babilonia. Diáspora Española”, la Comunicadora y activista por el feminismo y los derechos de la tierra, Carolina Valencia, se refirió a la situación de violencia por la que atraviesan las mujeres de Latinoamérica. “Es aberrante.
Este año en Colombia llevamos 745 mujeres asesinadas. El país con más mujeres asesinadas es Brasil con 1702 mujeres en 2023”, sostuvo.
Se celebró el 25 N, día en el que se reivindica la eliminación de la violencia contra las mujeres. ¿Qué nos puedes contar de esta fecha? ¿Qué significa y por qué se celebra el 25 N?
El Día Internacional de la Violencia contra la Mujer empezó a celebrarse en 1999, fecha que conmemora el asesinato de las hermanas Mirabal en República Dominicana. La ONU da esta fecha para celebrar este importante día de las violencias contra las mujeres. Tenemos datos que están generando una emergencia feminista, contra la violencia, contra los feminicidios.
Cada diez minutos una mujer es asesinada en el mundo. El slogan de este año en la ONU es Únete Para Poner Fin a la Violencia Contra las Mujeres. Se calcula que una de cada tres mujeres ha sido víctima de violencia física o sexual al menos una vez en su vida. El enemigo está dentro de la familia en muchísimos de estos casos.
Con la visibilización de estas agresiones contra la mujer, ¿crees que ha cambiado algo en la opinión pública, o sigue siendo un tema tabú?
Afortunadamente yo creo que sí ha cambiado la manera de verlo, ya no es un tabú, se está generando esta narración a nivel mundial de toda la violencia que la mujer ha sufrido a lo largo de la vida; de las violencias que hemos visto en nuestras compañeras, en las oficinas, en el colegio. Se está generando una realidad en donde las mujeres ya podemos, sin miedo, expresarnos y contar lo que nos está pasando.
¿Qué ha cambiado en cuanto a la reivindicación? ¿Cómo ha evolucionado?
Ha cambiado en la forma en la que ya las mujeres no tenemos tanto miedo a denunciar. Sigue habiendo el miedo, por supuesto, porque estamos expuestas al denunciar a nuestros agresores por amenazas, hostigamiento, a que nos asesinen. Pero creo que la sociedad está entendiendo poco a poco que las violencias contra las mujeres no son simplemente un asesinato sino que es una violación entera a los derechos humanos y a los derechos de las mujeres.
Tenemos el caso de la trata de las personas. Hay se está celebrando en Colombia una cumbre sobre la trata de personas. La trata de personas es una forma extrema de violencia contra la mujer, contra niñas, niños y adolescentes. En los escritos de García Márquez, sin hablar mal de García Márquez, obviamente, hay referencias a casos de violaciones; incluso en uno de sus últimos los libros narra violaciones a niñas.
Entonces sí ha cambiado la forma en que vemos la violencia contra las mujeres, contra las niñas, porque se está creando todo un movimiento latinoamericano en torno a esto. La sociedad se está integrando, las leyes se están aplicando poco a poco, van surgiendo nuevos derechos y leyes en los países que ya castigan con más dureza los actos de feminicidio contra las niñas.
Es aberrante. Este año en Colombia llevamos 745 mujeres asesinadas. El país con más mujeres asesinadas es Brasil con 1702 mujeres en 2023.
En Latinoamérica el hombre siente cierta supremacía sobre la mujer. ¿Esto puede ser que dispare la violencia de género o que podamos tener aquí tantos feminicidios?
Claro. Siempre ha habido esa supremacía; es la expresión extrema de los patrones patriarcales y violentos en la sociedad. El feminicidio es esa expresión máxima, y en ese sentido urgen soluciones para erradicar el flagelo que las mujeres están viviendo. Tomar medidas certeras, drásticas, rápidas para terminar con la impunidad.
Los hombres están acostumbrados a su presunción de inocencia; y la justicia se tomaba esto demasiado en serio, pero la justicia a nivel global está empezando a entender que esta manera de maltratar a las mujeres por el simple hecho de ser mujeres tiene que acabarse.
Y creo que el papel de los hombres a nivel mundial es acompañar y denunciar a sus congéneres sobre los casos de violencia machista. Ese es el apoyo que nosotras les estamos pidiendo.
En Colombia se ha derogado la Ley sobre el matrimonio infantil, que permitía casarse con doce o trece años, y que el Estado permitía. ¿Qué nos puedes decir al respecto?
El pasado 13 de noviembre se aprobó en el Senado de Colombia la Ley Son Niñas No Esposas para la eliminación del matrimonio infantil, que estaba consentido para niñas después de los 14 años. De esta manera, y citando a la autora de la ley, Colombia sale de la vergonzosa lista de países que permiten el matrimonio infantil. A partir de acá hay muchísimo trabajo por hacer.
Colombia ocupa el puesto número 20 a nivel mundial en ese ranking, de uniones de menores antes de los 18 años. En Colombia tenemos senadoras de diferentes etnias indígenas, y allí hubo un pequeño desacuerdo porque la situación de las niñas indígenas es alarmante. Violencia sexual, embarazos a edades tempranas y abandono escolar y la violencia económica. La prohibición del matrimonio infantil es un gran avance y va acompañado de una política pública.