Rusia y Libia han mantenido relaciones diplomáticas y económicas durante varios años. En el ámbito militar, se firmaron contratos por valor de cerca de 2.000 millones de dólares en 2008, que incluían la creación de una empresa para fabricar armas de fuego y municiones, así como otra para el mantenimiento y reparación de tanques soviéticos T-72 .
Entre los acuerdos militares se encontraban la venta de seis aviones de entrenamiento Yak-130, y se estaban discutiendo propuestas para la venta de 12 interceptores pesados Su-35, 36 vehículos con sistemas antiaéreos Pantsir-S1 y dos divisiones de sistemas antiaéreos S-300MPU-2. Sin embargo, estas negociaciones fueron lentas y no se concretaron debido a la falta de voluntad de Libia para cerrar los contratos y a la presión de otros países como Francia .
Es importante destacar que la relación entre Rusia y Libia se ha visto afectada por la guerra civil en Libia y la posterior intervención internacional. Rusia se abstuvo de votar en la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que autorizaba la intervención militar en Libia, lo que permitió que la resolución se aprobara. La base naval de Rusia en Libia es un tema de interés actual.
Aunque Rusia aun mantiene su presencia militar en Siria, ha expresado incertidumbre sobre el futuro de sus bases en ese país. Esto ha llevado a la consideración de alternativas en África, particularmente en Libia y Sudán.
En Libia, Rusia ha estado mejorando sus instalaciones militares, especialmente en los aeropuertos cerca de Benghazi, como al Khadim. También se han reportado renovaciones en otros aeropuertos en el centro y suroeste de Libia, como al Qardabiyah, al Jufra y Brak al Shati. Estas mejoras permitirían que los aviones de carga rusos, como los Il-76, aterricen y despeguen con mayor facilidad. Además, Rusia tiene idea de establecer y fortalecee una base naval en Tobruk, lo que ayudaría a compensar la posible pérdida de su base en Tartus, Siria.
Sin embargo, es importante destacar que la situación en Libia es compleja y políticamente inestable, lo que podría afectar los planes de Rusia. En resumen, aunque Rusia ha estado fortaleciendo su presencia militar en Libia, todavía hay un proceso de establecer y consolidar sus bases en el país.
La situación política en Libia y la posible oposición de otros actores regionales podrían influir en los planes de Rusia; Ya desde Junio de este año Buques de guerra rusos atracan en Libia clasificando fuerte apoyo a las fuerzas de Khalifa HaftarAlex Ribeiro, 22 de junio de 2024. En gestos que reflejan las crecientes relaciones entre Rusia y las fuerzas de Khalifa Haftar, que gobiernan el Este de Libia, cabe destacar que dos buques de guerra rusos atracaron el pasado en la base naval de Tobruk después de una visita similar a Egipto.
En una ceremonia oficial por esta presencia , las fuerzas navales afiliadas a Haftar dieron una cálida bienvenida al crucero lanzamisiles «Variag» y a la fragata «Almirante Chabannnikov» de la Armada rusa. El Estado Mayor de la Armada llegó a aclarar entonces que la visita de tres días tenia como objetivo «fortalecer las relaciones de cooperación y coordinación entre las marinas libia y rusa en los ámbitos de formación, mantenimiento, apoyo logístico, intercambio de experiencias y cooperación en seguridad marítima».
Este paso se enmarca en las directrices del mariscal Haftar para «impulsar la construcción de las fuerzas armadas libias», según declaraciones del mando general de las Fuerzas Armadas. En el mismo contexto, fuentes militares revelaron que más de 250 oficiales y estudiantes del este de Libia están actualmente estudiando en academias militares rusas, 100 de ellos en academias navales.
El fortalecimiento de las relaciones militares con Rusia se enmarca en los esfuerzos del mando general para restablecer las «relaciones de amistad de larga data» con Moscú, según su comunicado oficial, en referencia a los sólidos lazos que existían entre el régimen de Gadafi y la antigua Unión Soviética.
El viceministro de Defensa ruso, Yunus-bek Yevkurov, llegó a visitar las áreas bajo control de Haftar en el marco de la coordinación de la cooperación conjunta, un movimiento que fue condenado por el gobierno de unidad nacional reconocido internacionalmente.
Estos movimientos apuntan al fortalecimiento de la influencia rusa en Libia después de años de apoyo militar a las fuerzas del Este del país, frente a los intentos de Turquía y Qatar de llevar a Haftar a la mesa de negociaciones tras sus derrotas militares en 2020.
Con el estancamiento del proceso político y el aumento de las divisiones regionales en el país, Moscú despliega todo su peso para capitalizar su baza militar en Libia, presagiando una mayor complejidad en el panorama y socavando las esperanzas de paz.
La pasada visita del viceministro de Defensa de Rusia a Libia, refleja el interés de Moscú en convertir a esta nación africana en un punto clave para influir en la región, según un analista. Chiara Lovotti, experta en Medio Oriente y Norte de África del grupo de expertos italiano ISPI, señaló que Rusia busca obtener oro, diamantes y desempeñar un papel destacado en el sur global, término utilizado para referirse a los países en desarrollo y sus aliados orientales.
Durante sus visitas a Bengasi, el funcionario ruso Yunus-Bek Yevkurov se reunió con el señor de la guerra del este de Libia, el general Khalifa Hifter, consolidando la relación forjada en 2020, cuando la organización mercenaria rusa Wagner Group respaldó el intento fallido de Hifter por derrocar al gobierno respaldado por la ONU en el oeste de Libia.
Después de la muerte de Yevgeny Prigozhin, líder de Wagner, el año pasado, Yevkurov ha asumido el control de los mercenarios de Wagner, renombrándolos como el Cuerpo Africano de Rusia. Personal militar superviso la llegada de ayuda transportada por un avión de transporte ruso Ilyushin Il-76TD para los supervivientes de las inundaciones que sumergieron en su momento la ciudad de Derna, en el este de Libia.
Se anticipo que este cuerpo no solo estuvo compuesto por personal ruso regular, sino que mantiene una lógica mercenaria, ofreciendo algunos servicios a cambio de tarifas y llevando a cabo operaciones encubiertas. En el este de Libia, donde se estima la presencia de 800 a 1,000 rusos, las bases aéreas como Al Jufra sirven como escala para vuelos militares rusos hacia el sur, incluyendo la República Centroafricana, donde Rusia ha respaldado al gobierno en su lucha contra rebeldes.
A medida que la influencia francesa disminuye en África, Rusia ha buscado acercarse a líderes militares en Níger y Mali, países visitados por Yevkurov en el pasado. Además, Rusia siempre contemplo la posibilidad de usar la ciudad costera Tobruk como base naval, proporcionándole una tercera base en el Mediterráneo junto a Tartus y Latakia en Siria( ahora en cuestiónamiento) La perspectiva de establecer una base naval en Libia podría fortalecer la presencia rusa e incrementar su influencia en el norte de África, según Nick Childs, analista naval del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres. Sin embargo, la viabilidad de estas instalaciones determinará la capacidad de Rusia para mantener una presencia naval efectiva en la región.