MUJERES DE LA HISTORIA; LUCIA SÁNCHEZ SAORNIL

Por Fernando Ortega; El Berguedá , Catalunya

Poesía y fuego en la lucha obrera

En la España de finales del siglo XIX, el destino de una mujer estaba escrito de antemano: hogar, silencio, obediencia. Pero en 1895, en Madrid, nació una niña que decidió torcer ese guion.

Lucía Sánchez Saornil fue poeta, trabajadora telefónica, militante anarquista, lesbiana en un país que castigaba la diferencia y, sobre todo, una revolucionaria convencida de que la emancipación no sería tal sin las mujeres en primera fila.

Poesía contra la norma

Lucía comenzó escribiendo versos modernistas en revistas literarias, a menudo bajo seudónimos masculinos para poder ser tomada en serio en los círculos culturales.

Su poesía exploraba los temas prohibidos: el deseo entre mujeres, la libertad como horizonte vital, la rebeldía frente a la norma.

Esa doble vida —poeta de vanguardia y obrera en la centralita telefónica— marcó una sensibilidad única: sabía que la belleza de los versos no servía de nada si la injusticia dominaba la vida cotidiana.

Obrera y militante

Trabajadora en la Compañía Telefónica, conoció de cerca la explotación y la precariedad. Allí entró en contacto con la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), el gran sindicato anarquista, y encontró el espacio donde unir poesía y acción. Su militancia fue creciendo hasta convertirse en una de las voces más lúcidas de la izquierda libertaria.

Pero Lucía pronto se dio cuenta de algo: ni siquiera dentro del anarquismo las mujeres tenían un lugar propio. La revolución de los hombres las seguía relegando a la cocina, a la crianza, a la retaguardia.

Esa certeza fue la chispa para una de las experiencias más insólitas del siglo XX. Mujeres Libres: la revolución en femenino.

En 1936, junto a Mercedes Comaposada y Amparo Poch y Gascón, fundó Mujeres Libres, una organización autónoma de mujeres anarquistas que llegó a reunir a más de 20.000 afiliadas en plena Guerra Civil.

Su objetivo era claro: la “doble lucha”. No bastaba con combatir al fascismo; había que combatir también el patriarcado dentro de las propias filas.

Mujeres Libres organizó alfabetización para obreras, formación profesional, guarderías colectivas, charlas de sexualidad, cursos de autodefensa.

Por primera vez, miles de mujeres tomaban la palabra, se formaban, se reconocían como protagonistas de la historia. Lucía insistía: “No habrá emancipación si no estamos nosotras. Ninguna barricada estará completa sin mujeres.

El exilio y el silencio»

La derrota republicana en 1939 supuso un corte brutal. Como tantas, Lucía se exilió a Francia, pero la ocupación nazi la empujó a volver clandestinamente a España. El franquismo la condenó al silencio. Lesbiana, obrera, anarquista: tres marcas de peligro en una España que perseguía cualquier diferencia.

Sobrevivió como pudo, escribiendo a escondidas, ocultando su identidad, borrada de la memoria oficial. Murió en Valencia en 1970, sin reconocimiento, sin homenajes, sin apenas rastro.

Rescate de una voz

Durante décadas, su nombre apenas circuló en memorias clandestinas y entre compañeras que la recordaban como una mujer de fuego. Fue a partir de los años ochenta y noventa cuando investigadoras y colectivos feministas comenzaron a rescatar su figura.

Hoy, su obra poética se estudia en universidades y su papel en Mujeres Libres se reconoce como pionero en la historia del feminismo obrero europeo.

Lucía Sánchez Saornil ya no es solo una nota al pie: es un referente. Su vida encarna esa verdad incómoda que la historia oficial quiso esconder: que la revolución sin mujeres no es revolución, y que la poesía también puede ser un arma cargada de futuro.

Epílogo: memoria que arde

De sus versos resuena aún un grito que sigue vigente:“Nosotras tenemos un derecho nuevo:el de crear con nuestras manosla vida misma que nos niegan.”Lucía fue invisible en vida, pero su ejemplo es hoy advertencia contra la amnesia.

Cada vez que una mujer toma la palabra, cada vez que se exige igualdad real en sindicatos, partidos o colectivos, su legado se hace presente.Porque no hay revolución posible si no somos libres todas.

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