Los forcluidos de la alienación, Argentina

Por Jesús Rivero, Redacción Revista Tu Voz, Rosario, Argentina.

Hay un resto, un gran resto que se maximiza como el capital de los poseedores del mismo. Con una diferencia económica por ende material, que los hace forcluidos (escindidos) de la posesión del efecto de la fuerza de su trabajo, es decir el capital.

A su vez alienados y alineados a su trabajo, a un sistema que sólo busca su rentabilidad a cualquier costo. Alienados (no conscientes) de la fuerza de su trabajo u la gran extracción del plus valor de los poseedores de los medios de producción que buscan de una forma pulsional sin registro del otro, maximizar sus capitales.Si nos remitimos a algún concepto hegeliana de la dialéctica amo-esclavo, nos encontramos en un callejón tanatico en donde el proletario (trabajador) no tiene elección, es la esclavitud en algún momento antigua, ahora contemporánea de tomar el trabajo y ni por asomo la libertad.

Trabajo y libertad en el sentido hegeliano. Con esto no quiero decir que la libertad exista en su plenitud, pero quizá la elección sea parte de ella.¿Cómo volver a pensar la elección?Quizá, con interrogantes ¿por qué? ¿para y como? ¿para quién? Este último interrogante es fundamental (fundante) ¿para quién? Desajena al sujeto de su identidad y enajena de su amo. Es decir, ese capital, gran capital, es producto de su fuerza de trabajo, es suyo. Y su amo es el único obstáculo, frente a lo suyo.

Es decir la organización política-juridica y tecnológica del trabajo contemporánea es el mayor robo de la historia.Este pensar no es cartesiano con el cogito ergo sum “pienso luego existo”. Con el pensar me refiero a esa historia inconsciente, en donde el inconsciente es político y no a la inversa.

Este gran resto se maximiza a niveles alarmantes a nivel internacional, que es un gran problema para la propia máquina capitalista, que gira sin parar.Ahora me limitaré a lo nacional, que está determinado y constituido por lo internacional, en otro momento retomar la máquina a nivel global.

Los datos de pobreza del año 2024 se conocerán oficialmente recién el 31 de marzo de este año, pero estas proyecciones que venimos haciendo son una realidad, una base material de la cotidianeidad del ciudadano que manifiesta que mas del 50% de la población es pobre.Para resaltar, el método que utiliza el gobierno representado por Javier Milei, pero sostenido estructuralmente por los mismos de siempre, como el Ministro de Economía Luis Caputo, ex-ministro de Economía del gobierno de Mauricio Macri, quien endeudo a la Argentina por medio del Fondo Monetario Internacional con mas de 47.000.000 millones de dólares, con su fuga al exterior y Federico Sturzengger, entre otros, sumado al círculo rojo nacional e internacional.

Solo mide el “ingreso familiar”, un cálculo Monetario. Deja de lado el acceso a la salud, el empleo, los servicios básicos y una vivienda digna. Para que una familia de cuatro miembros no sea pobre tiene que juntar aproximadamente $1.033.716 por mes y $453.384 para no ser indigente.

Son datos muy lejanos, de hecho el cálculo de los propios trabajadores técnicos del INDEC les da una cifra mucho mayor: sólo para acceder a los consumos mínimos se necesita $1.800.000.Este gobierno no da puntada sin hilo por eso además de bajar la inflación en diciembre y enero asume to las partidas de Asignación Universal por Hijo.

No alcanzan para sostener una familia pero si para sortear esos valores que mi del el INDEC.Otros datos de la realidad confirman que ha habido un retroceso en los ingreso populares. Los salarios reales de los trabajadores privados registrados perdieron un 5% en el último año, los estatales entre 15% y 20% y los informales más aún. El salario Social y Complementario quedó escindido del Salario Mínimo Vital y Móvil, nada.

La teoría del derrame sea materializado en su máxima expresión, las transferencias de los ingresos de los asalariados, sus sindicatos, obras sociales y el Estado, hacia los poseedores del gran capital fue de 26, 6 billones de pesos, aproximadamente. El trabajador formal del sector privado y público se ha reducido por el avance tecnológico y las intervenciones del ejecutivo con cierres arbitrarios de instituciones públicas y empresas que han tenido que cerrar forzosamente como efecto de la crisis macro-económica.

Frente a este Estado, en donde una de sus definiciones es “una forma de organización política” el diagnóstico no es alentador, ese gran resto se va a maximizar exponencialmente sin límites. Lo observamos con la creciente demanda en los espacios comunitarios (comedores) quienes se han hecho cargo de lo que el Estado no se ha hecho cargo.

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