“LA POLARIZACIÓN DE LA POLÍTICA ES UN HÁBITO EN AMÉRICA LATINA”

Transcripción efectuada por Walter C. Medina

Entrevista a Gabriel Bayarri.

Con motivo de las próximas elecciones generales del 22 de octubre, el antropólogo, analista de medios y especialista en Fascismos en Latinoamérica, Gabriel Bayarri, está en Argentina. “Tiempo del CREE”, el bloque presentado por Francisco López en “Cenizas de Babilonia-Diáspora Española de Radio del Pueblo AM830.

Diáspora Española”, fue el espacio en el que Bayarri explicó los fenómenos sociológicos que fuerzan a que líderes como Javier Milei o Jair Bolsonaro irrumpan en el plano de la política de la región, trayendo consigo el ideario del fascismo aggiornado al presente.

“Llegué a Argentina la semana pasada para acompañar el proceso electoral en un estudio comparativo que estoy realizando para la Universidad de Londres en el que estamos comparando el caso de Brasil, Argentina, Guatemala, Venezuela y El Salvador, y tratando de entender cuáles son los elementos que caracterizan en los períodos electorales, hasta las extremas derechas”.

¿Cómo ves el fenómeno que se está dando en Argentina con la irrupción de Javier Milei en la escena política?

La realidad es que al comparar varios países podemos observar que existen una serie de rasgos en América Latina que tienen que ver con la situación post colonial que se vive en distintos países, pero cada uno tiene sus particularidades. Hay una cosa muy interesante en el caso de Milei y es que parte del sector financiero ha declarado su rechazo al proyecto de dolarización que proponía. Sería inviable ganar las elecciones teniendo en contra a un sector como puede ser el banquero, que es tan relevante. Una de las particularidades que hace que en Argentina este tipo de discurso sea posible es que las bases orgánicas de apoyo de Milei son de intereses menos articulados que los que se pueden encontrar en el caso brasileño o en el caso de Guatemala, donde existen sectores plenamente organizados sin diferencia de opinión interna.

Esto es una cosa que sociológicamente en Argentina es distinto y que permite que Milei critique de forma abierta una serie de sectores y que cada uno de esos sectores se defina más o menos a favor.

Hay una serie de cuestiones muy interesantes. A Milei se lo define como anarco-capitalista a pesar de que mucha gente lo llamaría neofascista. A diferencia de lo que encontramos en otros países de América Latina, donde la agenda mediática y política pone en el centro a la seguridad pública, lo que en el caso argentino se ve es la cuestión económica como el punto central a través del cual se construye el resto de asuntos.

Es verdad que de forma periférica podemos ver esta bukelización del discurso punitivista, de forma que todo lo que ha tenido que ver con la normalización de un discurso de pérdida de derechos humanos que ha ocurrido en El Salvador, se puede ir viendo en otros países. El caso de Bukele cada ver queda más reproducido en el discurso de otros líderes extremistas latinoamericanos, como ocurre con Milei, con los líderes guatemaltecos, o con el propio bolsonarismo.

Todos estos líderes se guían por una pulsión de muerte, por una idea de destrucción en diversos ámbitos, una idea de destrucción interna. En el caso de Argentina se puede ver claramente al entrevistar a votantes de Milei que hablan abiertamente de destrucción del Estado, las representaciones mediáticas a través de memes, videos de Tik Tok, etc. Milei vendría a quebrar el estado desde dentro y por lo tanto esto construye una particularidad del discurso anti estatalista que en América Latina se está normalizando.

Viene también fortalecido por la nueva realidad mediática en la cual estos líderes, como Bolsonaro o como Milei, son todos influencers políticos. Son personas que de alguna forma pueden ofrecer su información sin requerir de intermediación mediática que históricamente los medios han creado para crear un relato concreto, sino que ellos ofrecen un discurso directo. Y en jun momento de crisis institucional de los medios, pues esta información desintermediada cobra peso.

¿Qué motivos pueden impulsar a que la gente prefiera que se rompa todo votando a este tipo de psicópatas de la política?

Hay distintos abordajes sociológicos. Existe un componente materialista que tendría que ver con la idea de la construcción de estas nuevas clases medias. Las personas que se han identificado con estas clases medias están dispuestas a apoyar proyectos que proponen sistemas de redistribución y quizás vean en proyectos más liberales la posibilidad de seguir ascendiendo socialmente.

En términos de retórica a mí me gustaría hablar de la importancia de cómo se constituyen los medios de comunicación en América Latina. Y aquí entra la cuestión colonia. El sistema mediático latinoamericano está caracterizado por una serie de oligarquías que concentran de forma privada ese poder mediático.

La concentración de estos medios supone que se construyan redes clientelistas muy concretas, y que por tanto se acciones mecanismos de polarización política que en otros lugares no se ven.

La polarización política que se produce en estos países normaliza un hábito, que es entender la cultura política como una cultura en la que hay que polarizar para hablar de política, es el “nosotros contra ellos”. En el “ellos” se deshumaniza, se contruye al oponente político como un monstruo y el “nosotros” sería como el ciudadano de bien, portador de derechos, meritorio de esos derechos, y por tanto es algo así como una característica peculiar que viene de la cultura postcolonial, que se ha reproducido ahora en la forma en la que los medios digitales la utilizan. Hace que las personas estén más dispuestas a entender esa polarización como una forma de hacer política.

Lo que más preocupa al electorado es la economía y la seguridad. Y sobre esto se están basando estas campañas en América Latina.

¿Crees que la economia un fundamento principal a la hora de definir quién puede ser el próximo presidente de Argentina?

La idea de democracia es en sí un significante dinámico. La percepción y la interpretación que distintos estudios muestran sobre la calidad democrática en América Latina es muy distinta a la percepción que se entiende en Europa.

Se antepone a una idea de democracia como espíritu de construcción del estado nacional, otra serie de cuestiones que garanticen una idea de libertad, que por supuesto es otro significante en movimiento. De esta forma es normal ver personas que van a hablar de que es imposible hablar de democracia sin que hablemos primero de un estado en el que la seguridad estén en el orden del día.

En la pauta de la agenda pública es un tema central y se puede ver de una forma muy clara en los países de América Central, donde el postcolonialismo ha sido recientemente atacado por la forma en la que Estados Unidos a ha afectado en la composición de la democracia en estos países, de forma que estos países no acaban de creer en su estructura democrática porque no han visto un legado de democracia de forma clara, y sin embargo ven como suben los crímenes, los homicidios, la desigualdad, la pobreza, construyendo esa paradoja por la cual las personas están dispuestas a apostar por un sistema punitivista antes que defender los mecanismos de defensa y legitimación de los derechos humanos que en las democracias liberales europeas tanto se promueven.

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