LA NUEVA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD NACIONAL DE ESTADOS UNIDOS: SU IMPACTO EN AMÉRICA LATINA Y EL PERÚ.

Frente Democrático del Pueblo, Redacción, Lima, Peru.

Trump viene por los minerales estratégicos, las inversiones públicas y contener la penetración china

Estados Unidos (EEUU) publicó su nueva Estrategia de Seguridad Nacional; el texto introduce un concepto provocador: el “corolario Trump” a la Doctrina Monroe (América para los americanos), aquella fórmula de 1823 que afirmaba la primacía de EE.UU. en el hemisferio occidental.
Hoy, esa idea reaparece como primera prioridad de EE.UU. y anuncia una realineación profunda de su política exterior hacia América Latina.

Además, el documento de 33 páginas denominado “Estrategia de Seguridad Nacional” fija la visión del gobierno de Donald Trump hacia el mundo y orienta el trabajo de todas sus agencias y embajadas, incluida la de Lima.

REALINEACIÓN ECONÓMICA Y MILITAR DE AMÉRICA LATINA
La novedad para América Latina y el Perú es que nuestra región adquiere importancia y centralidad en la estrategia norteamericana. Este realineamiento tiene dos carriles: el militar y el económico.

  • En el plano militar, la estrategia plantea un aumento de la presencia de la Guardia Costera y la Armada norteamericana en la región, así como despliegues específicos para “asegurar la frontera y derrotar a los cárteles”, incluso mediante fuerza letal si fuera necesario.
  • En el plano económico es donde se juega el partido más relevante para el Perú. EE. UU. anuncia una diplomacia comercial más activa, orientada a fortalecer cadenas de suministro críticas dentro de América Latina, reducir la dependencia de proveedores extrarregionales y promover inversiones estadounidenses en energía, tecnología y, sobre todo, minería estratégica.
    Al mismo tiempo, señala que trabajará sus embajadas para limitar la presencia de empresas extranjeras (léase, chinas) en infraestructuras consideradas sensibles.

LAS EMBAJADAS DE EE. UU. TIENEN QUE TRABAJAR EN LOS PAÍSES PARA CONSEGUIR OBRAS Y NEGOCIOS.
En su nueva Estrategia de Seguridad Nacional de EE. UU. especifica que todas las embajadas norteamericanas esparcidas en el mundo tienen que trabajar para quedarse con los contratos del estado de los países donde están.
Asimismo, señalan que todo funcionario de EE.UU. que interactúe con estos países tiene que entender que parte de su trabajo es ayudar a las compañías americanas a competir y ganar.

Además, el gobierno de Estados Unidos va a identificar la adquisición estratégica y las inversiones para las empresas estadounidenses en la región y las va a financiar.
Al mismo tiempo, las embajadas tienen que hacer todo el esfuerzo para expulsar (push out) a las empresas extranjeras.

EE. UU. Está decidido construir toda la infraestructura en la región; no solo se quieren quedar con los negocios, sino que van a empujar a que se vayan las empresas extranjeras, especialmente las chinas.

Cabe recordar que, por la corrupción del club de la construcción y de las empresas brasileñas, las obras públicas del país actualmente las ejecutan empresas chinas y españolas principalmente.
Así que estamos avisados; de aquí en adelante las empresas norteamericanas con su embajada presionarán por ganar las licitaciones de la inversión pública nacional.

Además, el gobierno de Trump levantó las sanciones a las empresas estadounidenses por pagar coimas, así que vendrán a pagar el diezmo a la tecnocracia neoliberal del país. La corrupción se fortalece con el sello de EE.UU. con la marca Trump.

TRUMP VIENE POR NUESTROS MINERALES ESTRATÉGICOS
En la guerra comercial con China, Trump puso altos aranceles a los productos industriales chinos; la respuesta del gigante asiático han sido aranceles recíprocos, pero el arma fundamental que ha utilizado China en la negociación ha sido su control mayoritario de los minerales estratégicos (las tierras raras).

EE.UU. quiere romper ese dominio chino, por eso la nueva Estrategia de Seguridad Nacional aprobada por Trump pone como una de sus prioridades “ampliar el acceso de Estados Unidos a los minerales y materiales esenciales”, lo que en su visión para el continente americano se señala como un “interés nacional vital y fundamental de los Estados Unidos”.

El Perú tiene estas llamadas ‘tierras raras’ que las grandes potencias imperialistas hoy se pelean. De allí el interés económico de los EE. UU. en el país; son estos minerales raros y difíciles de encontrar. Estos minerales de valor estratégico suelen salir mezclados, en cantidades pequeñas, cuando se extraen metales como el cobre, oro, zinc u otros.

Luego de ser extraídos, son exportados a otros países, principalmente a China, donde son refinados y las tierras raras se apropian y lo utilizan para su desarrollo industrial, tecnológico y militar. Sin pagar ningún sol al Perú, menos que sirva para el desarrollo industrial al país. Es un robo a cielo abierto.

EL PERÚ EN EL CENTRO DEL TABLERO GLOBAL DE LA DISPUTA IMPERIALISTA
La nueva estrategia de EE. UU. coloca al Perú en un lugar inesperado: de la periferia, al centro de la disputa por América Latina de las grandes potencias imperialistas. Por eso Donald Trump anunció la intención de designar al Perú como aliado estratégico fuera de la OTAN.
En lo concreto, EE. UU. busca asegurar minerales críticos y desplazar a China de sectores estratégicos de la región.

El Perú es uno de los mayores productores de cobre del mundo y, al mismo tiempo, uno de los más profundamente integrados económicamente con China. El megapuerto de Chancay, la operación de Las Bambas y el creciente predominio de capitales chinos en la minería peruana son vistos en EE.UU. como señales de una influencia que desean contrarrestar.

China es nuestro principal socio comercial, y su peso en el sector minero nos hace especialmente sensibles a cualquier presión estadounidense. Ya EE.UU. amenazó de imponer aranceles a productos vinculados al megapuerto de Chancay. Y si la tensión escala, el Perú podría verse forzado a tomar decisiones costosas.

Durante los últimos 25 años, tras la firma del TLC, el Perú ha vivido en relativa indiferencia para la política exterior de EE. UU. Esa etapa puede estar llegando a su fin. Con la próxima llegada del nuevo embajador estadounidense, Bernie Navarro, es casi seguro que nuestro país recibirá un nivel de atención que no ha visto en décadas. Y en pleno proceso electoral para elegir presidente y la representación parlamentaria en abril del 2026.

En síntesis, no por gusto Trump anunció su intención de designar al Perú como aliado estratégico fuera de la OTAN, disque por tener “prioridades comunes como la seguridad nacional y la lucha contra el crimen organizado”.
En realidad, Trump quiere nuestros minerales estratégicos y las obras públicas y contener la penetración china en el país. En ese contexto, el Perú se convierte en campo de batalla de las grandes potencias imperialistas.

Foto Portada : Donald Trump / Hugo de Zela Cancillería de Peru

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