Por Walter C. Medina
ENTREVISTA A PAOLA ARTEAGA
Isabel Segovia entrevistó a Paola Arteaga, Doctora por Ciencias Biomédicas, fundadora y directora científica de Bionano (WTSADCB), bióloga y directora en Ciencias Biomédicas por la UNAM, estudió tres posgrados en nanomedicina, farmacobiología y neurociencias, fundadora y directora del Startup Nanobio BWT, especializado en desarrollo de dispositivos científicos empleando nanotecnología y biotecnología.
También es consultora de la UNESCO, con el Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe, y tiene experiencia en gobierno como coordinadora de proyectos de innovación e investigación, y docencia en instituciones de educación superior, y también es miembro del Comité Técnico Nacional de Normalización de Nanotecnologías en ISO TC-229.
La entrevista tuvo lugar durante el programa radial “Cenizas de Babilonia. Diáspora Española”, programa que conduce Francisco López en AM830, Radio del Pueblo.
Arteaga dialogó con Isabel Segovia durante media hora, aproximadamente, haciendo hincapié en la actual situación por la que atraviesa el campo y el agro mexicano, en la necesidad de invertir en Ciencia y Tecnología y, además, explicando cómo las grandes transnacionales se quedan con el esfuerzo del pequeño trabajador agrícola.
“En el agro, así como en la ciencia, ha habido un olvido al campo. Estamos viendo falta de apoyo, que no nada más tiene que ver con brindar recursos económicos o de apoyo a los campesinos, sino también abrir esas brechas o reducir esas brechas de desigualdad que hay en ciencia y tecnología y en el agro, que le permitiría una mayor producción campesina, una mayor ganancia”, sostuvo durante la entrevista de la que aquí se transcribe un resumen de lo más destacado.
¿Cuál es la situación actual del desarrollo científico y tecnológico que tenemos en México?
Históricamente los problemas que nosotros presentamos son de fondo. Tenemos un rezago histórico, y tiene mucho que ver con el Producto Intenso Bruto, el porcentaje que se destina a ciencia. Por lineamientos internacionales y recomendaciones de la UNESCO y de la ONU, se tiene que asignar más del 1 por ciento del producto bruto interno para que un país pueda tener un desarrollo mínimo en ciencia y tecnología.
Nuestro país históricamente ha invertido menos del 1 por ciento; lo más que hemos logrado es 1.8 por ciento. Eso tiene mucho que ver con el rezago tecnológico que tenemos. Ya llevamos bastantes décadas con estos rezagos; entonces es difícil que en un período de gobierno se pueda resolver. Cada gobierno que ha entrado ha tratado de resolverlo desde su punto de vista.
Hasta nuestro último gobierno neoliberal, con el presidente Peña Nieto, tuvimos un intento de incorporar a la iniciativa privada al desarrollo público de la tecnología, en donde por lógica uno esperaría que la iniciativa privada también aportara fondos; pero en ese programa no fue así, sino que se destinaron fondos públicos a las grandes empresas.
Se financió a instancias que no necesitan financiamiento, porque cada una de estas grandes empresas tiene a su departamento de investigación y desarrollo, y tienen un porcentaje destinado. Cuando llega nuestro gobierno de izquierda presenta otro panorama mucho más ad hoc que fue el impulso hacia la investigación básica en universidades públicas e instituciones de investigación pública, y un apoyo hacia los becarios.
Sin embargo no fue suficiente, y ahorita este gobierno ha identificado que la tecnología va a ser el motor que va a impulsar ese desarrollo económico para ponernos a la vanguardia junto a las grandes potencias. Nosotros somos consumidores, no estamos en ese nivel de desarrollo.
¿Cuál es el mayor reto que tiene la innovación científica y tecnológica en México para vincularse con el campo?
Todo ese rezago de ciencia y tecnología que tenemos ya desde hace años, que tiene que ver con el porcentaje del PIB que se destina y de las malas decisiones que se han tomado en cuanto al enfoque le han dado para el desarrollo tecnológico del país.
Se pretende en este gobierno, a través del Plan México, precisamente al identificar que la tecnología y la innovación es lo que nos va a llevar hacia otro nivel, apoyar todas estas tecnologías. Y una de las principales áreas, una es salud, otra es transportes, que se están desarrollando tecnologías verdes, con nuestros autos eléctricos que se pretende desarrollar una nueva línea de producción.
En el agro, así como en la ciencia, si nosotros recordamos, ha habido un olvido al campo. Y el reflejos que estamos viendo de esta falta de apoyo, que no nada más tiene que ver con brindar recursos económicos o de apoyo a los campesinos, sino también abrir esas brechas o reducir esas brechas de desigualdad que hay en ciencia y tecnología e el agro, que le permitiría una mayor producción campesina, una mayor ganancia. Y tiene que ver si está ligada a esas problemáticas que tenemos.

¿Crees que el plan que acaba de presentar la presidenta en relación al plan de atención a Michoacán tiene los elementos que puedan garantizar o que ofrezcan un avance en estos temas en los que tenemos tanto rezago?
El plan Michoacán obedece estrictamente a un tema de seguridad. ¿Cuál ha sido el rezago histórico del campo? Tenemos dos grandes representantes en el agro mexicano, que son los grandes productores que vienen de trata trasnacional que también han ocupado los campos para la siembra de productos transgénicos que han representado un gran avance porque gracias a esto tenemos seguridad alimentaria, que es algo muy importante; pero han dejado olvidado al productor pequeño, que son los que enfrentan todas estas violencias.
Las grandes transnacionales no sufren ni de violencia ni de acoso; ellos van de manera muy segura a vender el producto. Contra esos grandes productores es esa brecha de desigualdad tecnológica en los grandes productos.
Entonces ¿por qué merma tanto que haya intermediarios?
Yo creo que merma tanto porque el crimen organizado los está extorsionando y obligando a vender sus productos más baratos para ellos encarecerlo. Ellos dependen de su producción anual; si se incorpora por la reducción de esa brecha de desigualdad entre los grandes productores con los granes limoneros, tendríamos una extensión de siembra o de producción más amplia, que los haría a la par o igual de grandes que una transnacional.
¿Qué consideras que podría modificarse o ajustarse en las políticas públicas que tenemos en México?
Y en los temas de inversión para que a través de la ciencia y la tecnología pudiéramos darle ese apoyo que tanto le hace falta al campo y sacar adelante el sector agrícola?
Que estas políticas públicas estén enfocadas; porque es tanta la necesidad del agro en nuestro país, y la ciencia y la tecnología casi siempre están al final del túnel. Y dentro del agro también, cuando podríamos estar viendo los medios para reducir estas brechas
