Por Walter C. Medina
ENTREVISTA A ALBA RUEDA , política y activista social; se desempeñó como subsecretaria de Políticas de Diversidad dentro del Ministerio de la Mujer, Géneros y Diversidad entre enero de 2020 y mayo de 2022, y pasó luego a ocupar el cargo de Representante Especial de Argentina sobre Orientación Sexual e Identidad de Género del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.

Entrevistada por Noelia Morinigo y Carolina Valencia para “Cenizas de Babilonia. Diáspora Española” (AM830 Radio del Pueblo), Rueda se refirió al retroceso en políticas de género, diversidad y derechos humanos que experimenta Argentina desde la asunción del gobierno de Javier Milei. “Lamentablemente en Argentina tenemos a un fascista de extrema-derecha.
Nuestra Corte Suprema, el último espacio de democracia al que se puede recurrir para que se cumplan las leyes y se resguarde el debido proceso judicial, está totalmente quebrado y parcializado”, sostuvo Rueda durante la entrevista en la que también reflexionó sobre el rol de la justicia.
¿Cuál es el futuro de la lucha feminista y LGTBIQ en el panorama argentino, en donde se han desmontado todas las políticas de género desde la llegada del gobierno de Javier Milei? Es verdad que es una lectura muy distinta a cómo venían desarrollándose los movimientos sociales hasta la asunción de Milei; no porque no hubieren los mismos problemas.
¿Cuáles son nuestros encuadres frente a la justicia hoy? Travesticidios, transfemicidios, crímenes basados en los prejuicios, en el odio; el acceso a la justicia la falta de imparcialidad y una mirada sesgada. Para nosotras esto significaba empoderar a nuestra comunidad y atravesar una brecha social que es muy grande para acceder a la justicia, que es estar alfabetizada jurídicamente para poder acceder a ella, entender un poco ese sistema enorme que es el ámbito judicial, y creo que es una gran tarea en términos de políticas públicas; creo que eso es una misión, poder fortalecer a nuestras comunidades, a nuestras ciudadanías, a través de una alfabetización.

El debate político, tal como lo estamos viviendo hoy en Argentina desde que asumió Milei, es realmente innegable poder ver la estructura judicial comprometida dentro de la democracia; es decir, algo que sucedió de manera distinta en Brasil de Bolsonaro es que el Tribunal Supremo jugó un rol clave, de ponerle límites a tantas violencias y tanto avasallamiento por parte de un fascista de extrema-derecha.
Lamentablemente en Argentina tenemos ahora también a un fascista de extrema-derecha; Javier Milei y su gobierno, y sobre esto, a diferencia de Brasil, nuestra Corte Suprema, el último espacio de democracia al que se puede recurrir para que se cumplan las leyes y se resguarde el debido proceso judicial y el funcionamiento en el ámbito del ejecutivo, del legislativo, está totalmente quebrado y parcializado desde la posición tradicional de la Corte Suprema argentina, que ha tenido fallos absolutamente vergonzosos en contra de la comunidad trans pero sobre el sistema democrático en general, y ahora desde hace una semana Milei por decreto designa a dos jueces de la Corte Suprema, y esto hace que tanto el uno como el otro comprometan la propia estructura de la democracia.
La experiencia de Milei nos hace situarnos en la gravedad que estamos viviendo en Argentina. No se trata solo de causas individuales en torno a lo que hay que reclamar, que es justicia y prácticas institucionales atravesadas por el sexismo y el machismo, sino que este es un llamado urgente a que nuestra ciudadanía se levante y luche por la democracia en Argentina.
Este es uno de los primeros temas que nos trae el gobierno de Milei a los movimientos sociales, a las activistas, a las defensoras de derechos humanos de cara al 8M. hay que levantarse y luchar. Podemos entrar en el debate sobre la democracia, pero sobre todo las instituciones y el resguardo de distintas instituciones en ámbitos que hacen a la noción de Estado, están profundamente comprometidos y sesgados por la extrema derecha y creo que nosotras en Argentina tenemos muestras de movimiento social en la calle.
El 1 de febrero fue una marcha multitudinaria de más de un millón de personas. Creo que las características fascistas no se reducen a un gobierno caracterizado solo de extrema derecha. Hay que plantearlo también en describir cuál es el camino a la autocracia, hay que plantearlo en cómo se estructura el debilitamiento del sistema democrático y el fortalecimiento de procesos autoritarios basados en el odio, la exclusión y la discriminación a determinados grupos poblacionales”
