Walter C. Medina
ENTREVISTA A DIEGO CAÑAMERO VALLE
Diego Cañamero Valle, Candidato a Diputado al Parlamento Europeo por Podemos en la lista de Irene Montero, dialogó con Francisco López, Ximena Donamaría y Miguel Ángel Ferris durante el bloque “La Entrevista” del programa radial “Cenizas de Babilonia. Diáspora Española”, que emite AM830 Radio del Pueblo.
Sindicalista y político, Diego Cañamero Valle fue secretario General del Sindicato de Obreros del Campo de Andalucía, Portavoz Nacional del Sindicato Andaluz de Trabajadores, y formó parte del Congreso español como Diputado por la coalición Unidas Podemos en la séptima legislatura.
¿Por qué decides presentarte como candidato a Diputado para estas elecciones europeas y qué crees que puede aportar tu experiencia en el mundo sindical a Europa?
Yo he vivido toda mi vida en el medio rural, y el medio rural en el Estado Español representa en territorio el 80 por ciento, y en población casi un 20 por ciento. Y en ese medio rural hay una mano de obra jornalera de inmigrantes, de trabajadores del campo, muy importante, numerosa, y sobre todo hay una deficiencia en los pueblos en lo sanitario, en lo educativo, hay deficiencia en infraestructura, en industria de transformación, los productos del campo no tienen precio, hay unos abusadores que son los grandes supermercados.
Tenemos la política agraria comunitaria que llega casi toda a la agricultura y al medio rural, y se llevan casi todo el dinero de Europa, que le llaman la PAC (Política Agraria Comunitaria) que va a parar al 20 por ciento de propietarios, porque en Andalucía tenemos grandes terratenientes todavía, y algunos tienen hasta treinta mil hectáreas.
Esa situación es la que yo pretendo llevar a Europa. Y me presento con Podemos porque es el proyecto más cercano a las ideas que yo he defendido siempre, y a las ideas que hemos tenido colectivamente también en nuestros grupos aquí en Andalucía; por eso me presento con Irene Montero, que es una buena candidata, joven y con unas ideas sanas, nobles, y sobre todo porque yo creo que cuando las personas tienen corazón, tienen alma, tienen sentimientos, eso forma parte del pueblo, forma parte de la izquierda.
La izquierda no es un robot, no es una maquinaria; la izquierda es bondad, es generosidad, es solidaridad y compromiso. Y yo he visto en Irene Montero y en otros compañeros de la lista de Podemos, esos valores. Y por eso yo me he prestado a participar de esta candidatura.
Y si salgo elegido y soy parlamentario europeo, voy a llevar allí este olor a campo, a tierra, a olivos; voy a llevar los problemas de los agricultores, el sufrimiento de una mano de obra jornalera que lleva siglos siendo pisoteada en Andalucía, voy a intentar que la voz del medio rural se escuche en Europa. No sé si se podrán cumplir o no teniendo en cuenta que en Europa se quieren instalar los señores de la motosierra, de la guerra, de la corrupción; y lo que hace falta instalar aquí es la democracia, la libertad, la justicia y la paz.
¿Hay mucha mano de obra de afuera en Andalucía?
Sí, hay mano de obra de afuera porque hay campañas temporeras importantes, tanto en Huelva como en Almería, donde se necesita mucha mano de obra porque una zona es invernadero y la otra zona es de cultivos y productos rojos, que es la fresa, la frambuesa, el arándano y las moras, y eso necesita mucha mano de obra.
¿Cómo te preparas para dar el salto a la mega máquina de burocracia que es el Parlamento Europeo y las instituciones que el parlamento regula? ¿Sobre qué puntos crees que puede concentrarse la experiencia de tanta veteranía para conseguir que ese mega espacio de macro política de grandes números, de burócratas súper tecnificados sea sensible a la realidad de las cooperativas, de los movimientos vecinales y demás?
Yo soy un jornalero que no pude ir a la escuela nunca, que empecé a trabajar con seis años para ayudar a la familia, somos una familia de trece hermanos. A los ocho años me puse a trabajar de sol a sol, ganando un salario. A los dieciséis la preocupación política de la dictadura franquista me motivó a incorporarme a la vida sindical y a la reivindicación de los jornaleros; de ahí vengo yo.
Después he sido Secretario General del Sindicato del Campo durante mucho tiempo, después en el Sindicato de los Trabajadores, he sido alcalde de mi pueblo durante diez años, he sido diputado en Madrid, y ahora me presento. Yo creo que mi experiencia, que no es académica, no tengo ningún máster; a mí me gustaría las alfombras rojas o azules del Parlamento Europeo lleve el polvo del campo; esto es lo que significa un trabajador que ha vivido y ha soportado la explotación, la injusticia y también las palizas en tiempos de la dictadura, luchando por la democracia; he estado en la cárcel cinco veces. Yo jamás he insultado a nadie, soy un pacifista convencido, estoy en contra de todas las guerras, soy una persona ecológica y que lucha por el medio ambiente.
Entonces mi experiencia no académica, pero sí de haber participado en convenios colectivos, de haber hecho luchas, tengo experiencia en las ocupaciones pacíficas de fincas porque hay grandes latifundios en Andalucía. Es un atraso para la Humanidad que la tierra esté en manos de cuatro terratenientes, porque la tierra es un don de la naturaleza, no es de nadie; y para los creyentes será un don de Dios.
La tierra no es de nadie, es como el agua, como el oxígeno, como la luz, como el sol, y tiene que estar al servicio del ser humano. La tierra tiene que ser la despensa que nos alimenta, por eso tiene que estar en manos públicas y del pueblo. No estoy diciendo con esto que los pequeños agricultores no puedan tener su propiedad, pero esos grandes terratenientes son un insulto a la inteligencia humana.
En la democracia de los sistemas de libre mercado, llamado capitalismo, las instituciones están diseñadas para que tú, una vez que llegues allí, te olvides de dónde vienes, para que no te acuerdes de la clase social que representa. Una vez que llegas allí tienes cinco mil Euros de sueldo, las alfombras, las tablets, los móviles gratuitos, tienes tus secretarios, tu despacho, tu seguro de vida, estás inmunizado, no te pueden juzgar… Y yo por supuesto, renuncié a todo eso; incluso renuncié a estar dado de alta en el Congreso de los Diputados para que nadie cotizara por mí una cantidad que no cotiza un jornalero.
Me he mantenido firme con mis ideas y las voy a mantener mientras que el cuerpo me haga sombra. Porque tú representas a un sector de gente, a los jornaleros, al campo, a los pobres, a los que no tienen nada; y no puedes estar por encima de ellos, porque aunque tú hables en nombre de ellos y quieras defenderlos, en el fondo te conviertes en otra casta, y yo quiero ser la casta de los jornaleros.
Entonces toda esa experiencia que he acumulado es la que quiero llevar al Parlamento Europeo, porque yo entiendo la política para servir al pueblo y no para servirme de él. La política es como los misioneros, esos que se van a algún lugar del mundo y no piden nada a cambio. La política no puede ser una profesión, la política es devoción.
¿Con qué temas está conectando más la gente en los mítines y debates entre partidos a los que tú estás asistiendo en representación de Podemos? ¿Cómo se puede evitar que la extrema derecha se apodere de la agenda agrícola? ¿Ha logrado la extrema derecha comerse a los sectores más desfavorecidos del campo en sus discursos?
Hay una cosa que la gente quiere oír, y es la posición de Podemos con respecto a las guerras, tanto en Europa como en Oriente, aunque más que guerra en Oriente, en Gaza, eso no es una guerra, esos son crímenes.
Yo cuando escucho al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, decir que han aprobado el derecho al Estado Palestino, ya había 153 países que la habían aprobado, y ahora finalmente lo aprobaron. Pero eso es una cosa simbólica, porque por ahora en Palestina hay un montón de escombros y cadáveres. Por qué no cortar las relaciones diplomáticas, económicas y militares, o no venderle ni un arma o romper el tema de las embajadas.
Por qué a Rusia sí y a Israel no, pues esa es la hipocresía de la política y sobre todo de la social democracia en España y en toda Europa, que están en manos de Estados Unidos para limpiarle un poco las botas. Lo que está conectando mucho en los mítines de Podemos, a parte del no a la guerra, es el discurso claro desde el punto de vista de la izquierda, y creo que Podemos ha recuperado el discurso de lo sensato.
La izquierda no se puede esconder. Ante la dificultad y los problemas hay que hablar claro. Si queremos cambiar y transformar la sociedad tenemos que señalar los problemas que hay, le moleste a quien le moleste, porque los bancos no aportan dinero y los ricos no aportan suficiente para los impuestos, y resulta que no podemos hacerle frente a los precios que se le pone al gas y a la electricidad, y no podemos subir el salario mínimo, ni quitar la ley mordaza y ampliar las libertades