» EN ESPAÑA LA SOMBRA DEL FASCISMO ES MUY LARGA”

Por Walter C. Medina.

Entrevista a Eva Mañez

La fotografía le ha servido a Eva Mañez para expresar su compromiso con causas que ha hecho propias. Como si se tratara de un arma contra el olvido, con su cámara ha conseguido retratar una España que algunos pretenden sepultar. Sus imágenes testimoniales explican por qué es fundamental mantener viva la memoria y vigente el recuerdo de quienes experimentaron en carne propia la brutalidad del franquismo.

Entrevistada por Francisco López y Miguel Ángel Ferris para el programa radiofónico “Cenizas de Babilonia-Diáspora Española” (AM830 Radio del Pueblo), Mañez se refirió a su mirada feminista, con la que, según sostuvo, “Intento contar el mundo, siempre poniendo en valor los derechos humanos, que es la medida con la que tenemos que juzgar y valorar lo que nos acontece”.

En el País Valenciano hemos pasado 24 años de derecha extrema que dejó sus consecuencias.

En pocos días vas a aterrizar en un país en el que la Memoria Histórica ha sido trascendental, aunque el negacionismo haya ganado una importante batalla electoral recientemente.

¿Cuál es el motivo de tu llegada en un momento tan difícil para la recuperación de esa Memoria Histórica?

Yo empiezo en el 2016 a documentar los procesos de exhumaciones en las fosas de Paterna; y gracias a la Ley de Memoria Democrática es en el 2016 cuando se puede comenzar a exhumar fosas de una manera científica, legal y pública.

Empiezo también a especializarme en este tema de la Memoria Democrática, de las fosas de los represaliados del franquismo. Tengo un trabajo que se llama “Paterna la memoria del horror” que se ha podido ver en Castellón, en Valencia en el Instituto del Carmen, en la Fototeca Nacional de Cuba, en La Habana; y que próximamente se podrá ver en el Centro Cultural Parque de España, que está en Rosario.

Es una entidad mixta, argentina-española; allí están celebrando desde la cultura los cuarenta años de democracia. La cultura siempre se plantea preguntas para que la gente piense.

En medio de estas actividades para reflexionar, construir memoria y visibilizar el acceso a la cultura de todo el mundo, pues me han invitado a mí para hacer un diálogo entre las democracias española y argentina, y cómo hemos tratado la Memoria en ambos países.

En este centro cultural de Rosario, que es un colegio que comparte con el Ministerio de Educación Español, vas a llevar a cabo una exposición y unas charlas y talleres, ¿cuál de estas actividades van a ser abiertas al público?

Van a ser todas abiertas. La exposición la inauguraremos el día 7 a las 19 horas. Luego, el día 8, habrá una visita guiada, abierta al público y también a las 19 horas. Y los días 11 y 12 habrá taller con visionado de fotografías, y una charla sobre la situación en la que está la Memoria Democrática.

Mi tema es la cuestión de género, estoy especializada en ello; de modo que es la Memoria Democrática desde la mirada feminista. El 18, pero ya en Buenos Aires, y esta vez organizado por la querella argentina que, a través de varios abogados y abogadas de Argentina, está intentando poner una querella en los juzgados de ese país, para poder encausar a los victimarios de crímenes de Lesa Humanidad.

Estos abogados y abogadas han organizado una charla el día 18 en Buenos Aires.

Tú te has dedicado al fotoperiodismo, has viajado, has estado en distintos países en conflicto, pero existe un tópico que es que los medios tienen que ser neutrales ante la realidad. ¿Qué piensas tú de esto, habiendo elegido este perfil profesional?

Yo no creo que los medios tengan que ser neutrales. Los medios de comunicación tienen que ser veraces, honestos; y tienen que ser una herramienta para la ciudadanía; tienen que garantizar el derecho que la ciudadanía tiene a la información. Los medios de comunicación tienen que ayudar a fortalecer el Estado de Derecho y la democracia.

¿Cuáles han sido tus prioridades en el campo del fotoperiodismo cuando has asistido a estos conflictos?

Yo siempre tengo una mirada feminista. A mí lo que me define, aparte de ser más o menos de izquierdas, es un pensamiento feminista que es trasversal, y con esa mirada es como yo intento contar el mundo, siempre poniendo en valor los derechos humanos, que es la medida con la que tenemos que juzgar y valorar lo que nos acontece.

¿Qué aporta una perspectiva de género y feminista a la denuncia de los crímenes cometidos por el franquismo?

Pues es muy importante. Mi trabajo, el que van a ver en Argentina, se centra en Paterna; no por nada, simplemente porque a veces pones el foco en un sitio para contar algo más grande.

Yo me entrevisté con un centenar de mujeres, en la exposición y en el libro se pueden ver los testimonios de sesenta de ellas. También se pueden ver en www.guardianasdelamemoria.com Ellas, con su propia voz cuentan su testimonio.

Incluso mujeres que descendientes de fusilados y a las que yo les preguntaba cómo había hecho su abuela para sobrevivir y para resistir cuarenta y cinco años de dictadura y cuarenta años más de democracia, sin haber hecho el duelo.

Allí empiezan a surgir muchas historias de resiliencia, de subsistencia, salen las historias de las mujeres que fueron represaliadas mediante la rapada de pelo y todo tipo de violencia; con violaciones, con el robo de los niños y un montón de vejaciones que no habían sido contadas.

Son tres generaciones; una primera que sufre la violencia, que no podían decir nada porque nadie se iba a apiadar de ellas. Estábamos en el franquismo y simplemente decir que habían sido víctimas de violencia y de agresiones, de insultos, solamente iba a servir para significarlas, para señalarlas más todavía.

Estas mujeres solo tuvieron la opción de apretar los dientes y de resistir. Luego hay una segunda generación que es la generación del silencio; es la generación de la gente a la que no le han contado nada, que no sabe nada, que ve a las mujeres enlutadas, gente a la que siempre le han dicho que no fuera a esas manifestaciones, que no se significara; siempre con el miedo por delante.

Luego hay otra generación de los que hemos nacido en democracia y que hacemos nuestra la memoria de ese abuelo fusilado o esa abuela que tuvo que resistir en la dictadura, porque necesitamos cerrar esas historia familiares para poder estar bien; pero también porque necesitamos cerrar esa época tan oscura de nuestra historia para poder crecer realmente como un país democrático.

Ya es el momento, ya toca hacer esa épica de las mujeres, de poner valor las historias de sobrevivencia y de resistencia que las mujeres han estado llevando adelante. ¿Crees que la deuda con el olvido, la estigmatización y el desprecio que se vivió durante los cuarenta años de dictadura, y luego en los cuarenta años de democracia, se salda con la Ley de Memoria Democrática o crees que todavía falta mucho recorrido para que la gente conozca esta historia y no se vuelva a repetir, como ha sucedido aquí en Argentina con el triunfo de Milei?

Yo creo que la sombra del fascismo en España es muy larga, y esa resaca del fascismo la seguimos sufriendo, sobre todo las mujeres. Instituciones como el Patronato de la Mujer, en donde se metía presas a mujeres simplemente por ser díscolas o por estar embarazadas sin estar casadas, siguieron funcionando en España hasta más allá de 1986, por ejemplo.

Muchas de las mujeres que pasaron por el Patronato le están pidiendo responsabilidades al Estado, porque hasta el día del hoy a nadie le había preocupado lo que era el Patronato de la Mujer.

Hoy en día hay un número ingente, no sabemos qué cantidad de niños que han sido robados desde el momento en que acabó la guerra por todo un sistema que puso en marcha el franquismo y la falange para quitarle los niños a las mujeres rojas para evitar que se propagara lo que ellos llamaban “el gen rojo”, y así estuvieron haciendo una eugenesia para evitar que las mujeres que habían sido Republicanas pudieran procrear.

Y les quitaban los niños a las mujeres que estaban en las cárceles, les quitaron los niños a mujeres cuyos maridos habían sido fusilados. A partir de ese momento se empezó con toda una dinámica de robar bebés y les decían a sus madres que sus hijos habían muerto; y eso continuó hasta el año ’90. Hay una ley de bebés robados que todavía está a la espera de ser aprobada.

Es una vergüenza que en un Estado de Derecho sigan sucediendo estas cosas. Tenemos una Ley de Memoria Democrática que por fin nos ha permitido, al menos, abrir las fosas, aunque los abogados de España dicen que se trata de crímenes que están prescriptos, cuando el derecho internacional dice que los crímenes de lesa humanidad no prescriben.

Los victimarios del franquismo siguen siendo aquellos militares que la semana pasada estaban diciendo que están dispuestos a dar un golpe de Estado.

Menos mal que son cuatro y nos les hace caso nadie, pero aquí la extrema derecha está saliendo a la calle y está amenazando.

Hay una connivencia entre el poder judicial, que se ha heredado del franquismo, la jerarquía de la Iglesia Católica que niega a las familias conocer las actas de nacimiento parroquiales, y luego las regiones de Valencia y Andalucía, donde ha ganado la derecha con apoyo de la extrema derecha, quitan facilidades y ayudas para que se haga algo que debió de hacerse hace mucho tiempo. ¿Cuál tema quedaría desde tu criterio por rescatar del olvido forzado?

Lo que hay que decir es que la Ley de Memoria Democrática que empezó en 2016 ha demostrado que con voluntad política se puede hacer un montón. En la Comunidad Valenciana, con ocho años de un gobierno de izquierdas que tuvimos, el ochenta por ciento de las fosas de la Comunidad Valenciana fueron abiertas.

Con una legislatura más, hubiéramos dejado a la Comunidad Valenciana sin fosas. La Memoria Democrática no solamente debería de ser abrir fosas. Un fallo que tiene esta ley es que no habla de victimarios; habla de víctimas, pero nunca de victimarios.

En España no hay un solo espacio de Memoria, no hay un museo de la Memoria, no hay un sitio en donde podamos ir con la gente joven a pasear, a recordar, a reflexionar; un espacio en donde hayan debates, eso no existe. ¿Cuál es la reacción emocional de la diáspora española, especialmente de quienes tuvieron familiares perseguidos o represaliados, a los relatos fotográficos que vas trasladando de país en país a través de esta muestra?

En La Habana me sorprendió que la gente se arrancara a llorar. En la inauguración de la exposición hicimos una conferencia con dos descendientes de represaliados; fue muy emotivo y al mismo tiempo muy bonito. Yo creo que se trata de historias que hay que contar y que vale la pena hacer este diálogo de dignidades de resistencias.

Fotos de Eva Mañez.

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