por Amir Alonso Pinardel
Pasadas las Elecciones Generales en España del último 23 de Julio y de cara a las Primarias Abiertas, Simultaneas y Obligatorias (PASO) del próximo 13 de agosto en Argentina, siento la necesidad de reflexionar sobre los desafíos de las formaciones progresistas de allá y acá, con el fin de quienes las integramos podamos preguntarnos como también encontrar algunas respuestas sobre hacia donde vamos en un mundo cada vez más desigual y reaccionario.
Por eso y antes de razonar en este articulo junto a ustedes, les advierto que escribo desde la histórica Córdoba de la Nueva Andalucía, como se la supo nombrar un 6 de Julio de 1573 en su fundación, 450 años atrás, hoy es el corazón productivo y universitario de los argentinos y las argentinas.
Así mismo, de apellido español, aunque sin mucha claridad sobre los orígenes de mis antepasados por cuestiones estrictamente personales que no vienen al caso, evidentemente y como solemos decir “la sangre siempre tira” pero, sobre todo, hago el presente análisis desde mi filiación con el Peronismo y Podemos lo que claramente significa expresarme desde una verdad relativa.
Ahora bien y sin mucho más preámbulo, sabemos que la ilusión sobre un proyecto político motiva, aun cuando encuestas de opinión como el humor social golpeado por políticas públicas cuestionables, pero también influido por la supuesta prensa independiente que desinforma, nos invita a creer en que un freno a la derecha siempre es posible con organización y militancia.
De hecho, en la previa al 23J, se generó un clima de triunfo arrollador para el Partido Popular, sin embargo, esto no sucedió aunque ganaron, quedaron lejos de sus mejores resultados, algo que sumado a la caída de Vox con Abascal a la cabeza, dejo a Feijóo de Los Populares, sin chances de alcanzar una investidura, pero si al PSOE y Sumar (Podemos), ante la posibilidad de reeditar la actual coalición de gobierno.
Evidentemente, la movilización del electorado, principalmente a aquellas personas que no participaron en las municipales y autonómicas de mayo como la advertencia del riesgo a que se produjera un retroceso democrático, logro que la gente saliera a defender con felicidad sus derechos mediante el voto, a pesar de la temporada de verano con altas temperaturas propiciadas por el cambio climático que tanto cuestionan desde la derecha negacionista.
Si bien, los espacios progresistas españoles, sienten que se ganó y probablemente haya gobierno como hace cuatro años atrás, el camino será arduo porque definitivamente el adelantamiento de los comicios realizado por Pedro Sánchez no permitió lugar para demasiado debate lo que significa un factor determinante en la construcción de un frente político amplio (en el caso de SUMAR con Yolanda Diaz, Podemos más IU entre otros) y ni hablar de un programa de gobierno con el PSOE.
Entonces, me pregunto si vale la idea de unidad hasta que duela, aunque salvando distancias se ve que también la experimenta Argentina con los extinguidos Frente Para La Victoria, Frente de Todos y ahora Unión Por La Patria.
Creo que definitivamente la política es dinámica en cualquier latitud y las fuerzas progresistas deben ordenarse hacia adentro para poder tomar impulso hacia afuera, aunque las circunstancias obliguen a esfuerzos impensados, pero sin dejar de escuchar lo que dice el pueblo en su conjunto. ¿Qué somos? ¿Qué queremos? ¿Hacia dónde vamos?.
Sin dudas, el movimiento de indignados fue un punto de inflexión en España y en dicha línea, no se puede comprender la situación actual en el Estado español, ni las elecciones generales de finales de 2015 como la conformación en 2019 del primer gobierno de coalición progresista de la historia, sin tomar en cuenta el 15 de mayo de 2011 y a Podemos como promotor de un programa que avance hacia una sociedad con mayor justicia social.
Esta ola inesperada de color violeta, amenazante para el establishment es heredera de miles de españoles que salieron a las calles para protestar contra las políticas de austeridad, el poder de los bancos, la corrupción, el desempleo creciente, los afectados por las hipotecas, entre una larga lista de recorte de derechos sociales, debe volver a tomar dichas banderas para articular una respuesta política capaz de estar a la altura, sabiendo leer con lucidez el tiempo que vivimos para seguir siendo una opción, por fuera del bipartidismo neoliberal, porque solo así, las nuevas generaciones abrazaran la causa y defenderán el legado demócrata como el sueño de una república que de vuelta la página de la transición.
No obstante, Argentina transita un camino similar en cuanto a la disputa política entre dos modelos de país. Uno, el de desarrollo con inclusión social que representa la actual administración y el del desguace de lo público (Estado Mínimo) más la entrega de soberanía e independencia económica (Libre Mercado) que encarnan los mismos actores que hicieron volar por los aires a los argentinos y las argentinas en 2001 o quienes trajeron nuevamente en 2018 al Fondo Monetario Internacional (FMI) para contraer la deuda más grande de la historia.
Para ir concluyendo y sabiendo que, frente a tanta incertidumbre, la única certeza es la esperanza que el presente como futuro de nuestras tierras está en seguir construyendo colectivamente, también debemos entender que es indispensable como ya lo dije, abrir una etapa de discusión interna, independientemente de la coyuntura electoral o de cualquier desafió gubernamental, porque la inacción o ausencia de democracia partidaria nos puede convertir en aquello que siempre cuestionamos.
Por supuesto, que aplica en los dos caos y en relación a España, entiendo que también es necesario fortalecer como potenciar las acciones de la diáspora española en el exterior y particularmente en Iberoamérica ya que está a la vista que el voto CERA tuvo algún peso en el resultado electoral tras el fin del voto rogado.
En definitiva, ante la embestida de una derecha que redoblara sus ataques de odio, si anhelamos sociedades más justas, igualitarias, plurales, respetuosas del ambiente, con mayor distribución de los ingresos, la salida es siempre desde la política y sus instituciones, pero sin caer en vanguardismos, para articular una dinámica que nos permita ser pueblos felices.
Redacción Revista TU VOZ, Córdoba, Argentina
Excelente