Crimen sin castigo o la impunidad como trending topic.

Si el venerado Dostoievski volviera a escribir su famosa novela en estos tiempos de invasiones geoestratégicas, matones disfrazados de presidentes legítimos y eurodiputados comprados para acallar los gritos de poblaciones masacradas, su título sería más bien “Crimen Sin Castigo”. Es más actual y como el Mercado lo convierte todo en trending topic y business, pues igual le acabarían dando el premio Planeta. 

Aunque ahora, al parecer, la falta de inteligencia en la conducción de los países y de la Humanidad en general va a ser suplida por alguna nueva aplicación de Inteligencia Artificial. A lo mejor así nos libramos de las atrocidades y rectificamos el rumbo al abismo al que nos llevan los pilotos de esta nave perdida en la inmensidad del océano estelar. ¡Qué buen invento! Una máquina que, introduciéndole una mezcla de normas éticas incuestionables, los principios democráticos constitucionales, un tomo de la Declaración de los Derechos Humanos y algunos discursos de Mujica, Chomsky y Petro, pudiera dirigir nuestros paises así como la desnortada ONU, sin que nadie ni nada pudiera alterar o corromper el rumbo de sus propósitos.

Sin embargo, al margen de las polémicas desatadas por las posibles consecuencias en nuestras vidas del invento de moda con nombre de escupitajo, “chatPGT”, ya vemos que no siempre la tecnología es convenientemente utilizada al servicio del Progreso y la Humanidad, como se decía antes de la Era de la Globalización y las distopías.

Esa especie de bombardero bonsai que los ejércitos de Putin, Zelenski y los Estados Unidos han venido utilizando cada vez con mayor precisión y capacidad destructiva, es el mismo aparatejo que nos avisa de los incendios forestales, rescata a náufragos e inmigrantes o entretiene a miles de niños sonrosados a quienes sus papás instruyen para de mayores controlar el mundo con un simple botón.

¿Qué inteligencia artificial nos librará de que mentes enfermizas tengan planificados ataques con centenares de drones cargados de armas de destrucción masiva lanzados al unísono cuando uno de los dos contendientes en Ucrania sobrepase por fin las tan temidas “líneas rojas”? ¿Necesitamos experimentar en nuestras vidas la tragedia de los millones de ucranianos, palestinos, etíopes, yemeníes y kurdos sometidos a los “avances” de la creciente industria armamentística, o saldremos a la calle a protestar masiva e internacionalmente de una vez para poner freno a esta escalada belicista al servicio del lobby criminal y de una casta de psicópatas?

Dentro de esta moda de ensalzar y perpetuar dirigentes de novela de terror, tenemos otra tendencia o trending topic, que se lleva mucho últimamente, especialmente en América, aunque muchos de VOX la están pidiendo a golpes de moción de censura y de agitar las cloacas mediáticas a ver si cae la fruta de la democracia con tanto bandazo desestabilizador. 

Ahora se imponen los Golpes de Estado a gusto del consumidor y del contexto del país que se trate. Si los quieren en plan algarada subrealista y Trumpista, tienen los de Brasil. Si los prefieren preparados a fuego lento desde las cocinas del Parlamento con puñalada trapera final al Presidente, tomen el del Perú. Nuevas modalidades están en estudio y pronto saldrán al Mercado. Los de Argentina y Colombia están en proceso, el de Ecuador se ha ido acelerando, por si acaso. ¿Quién sabe si en este 2023 habrán otras intentonas preparadas para el Paraguay y Guatemala?

Y es que las ultraderechas, las élites que las parieron y alimentan y las potencias que las protegen y garantizan su impunidad planetaria tienen una bonita Agenda común, la que justamente las mayorías sociales y las izquierdas que dicen representarlas no han sido capaces de confeccionar por muchos aullidos y ruidos de sable que escuchan tras las débiles puertas de las Democracias Parlamentarias. El lobo (pobre especie, tan vilipendiada y en peligro de extinción, lo siento) ha llamado con voz suave y piel de cordero para que una opinión pública intoxicada de fakenews, realidades paralelas y promesas fallidas, le abra la puerta de los derechos y libertades y así poder acabar con ellas al menor descuido. El cuento, como la vida misma.

Por todo ello, para que la impunidad de los crímenes y las amenazas a la Humanidad no sigan siendo trending topic, es hora de que vayamos tomando de nuevo conciencia colectiva. Ni los extraterrestres más altruistas y compasivos, ni la Inteligencia Artificial, ni la reconciliación de Shakira y Piqué, ni la madre del cordero, nos va a venir a solucionar la peligrosa deriva en la que esta nave de Noé del siglo XXI nos tiene embarcados. Quedamos avisados y avisadas. 

Miguel Ángel Ferris, Redacción de la Revista TU VOZ  y columnista Cenizas de Babilonia-Diáspora Española en Radio Argentina AM570.

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