Argentina “Protectorado colonial o Nación soberana”

Por Mario Mazzitelli candidato a diputado nacional por CABA con el Partido Socialista Auténtico.

Protectorado colonial o Nación soberana, esa es la cuestión. El resto del mundo (_EEUU_) debe proveer de apoyo financiero a Argentina.

Pero lo debe hacer condicionado a la aceptación por parte de Argentina de reformas radicales y que manos extranjeras asuman el control y la supervisión del gasto público, la impresión de dinero y la administración tributaria”, “Los argentinos deben entender que sin asistencia masiva e intromisión externa no pueden salir de este desastre”, “Un comité de experimentados banqueros centrales (_POTENCIAS EXTRANJERAS_) deberían tomar control de la política monetaria en Argentina”, “los nuevos pesos no deberían ser impresos en suelo argentino”, “Otro agente extranjero es necesario para verificar la performance fiscal y firmar los cheques de la Nación a las provincias”, “una privatización masiva de puertos, aduanas…” etc.

Estos párrafos son parte de un plan explicitado públicamente en el año 2002 por Rudi Dornbusch, alemán, economista jefe del FMI, amigo de Ricardo López Murphy y Domingo Cavallo. Como se puede intuir, el imperialismo no improvisa. Trabaja sigilosamente para llevarnos a la crisis y de allí sacar la mejor tajada posible.

En otros términos; ¿Cómo podría ser que los responsables de hundirnos en la crisis, tuvieran tan a mano una solución para los problemas de Argentina? ¿Y cuál era esa solución? Un *protectorado con intervención extranjera* para superar la crisis. En aquel tiempo funcionaron (_bien o mal_) las instituciones argentinas; la Iglesia, trabajadores, empresarios, Rodríguez Saa, Duhalde, Alfonsín, Remes Lenicov, Lavagna, Kirchner…… (_bien o mal_) fueron encontrando una salida nacional. Suspensión del pago de la deuda, tipo de cambio competitivo, superávit fiscal y comercial, bajas tasas de interés, precios internacionales convenientes, buen crecimiento económico, recomposición salarial, mayor cobertura social, mejora del mercado interno, etc. Estábamos bien encaminados. Después vinieron los desvíos.Mientras tanto, el imperio no descansó.

Con uno u otro matiz, Rudi Dornbush no hizo otra cosa que desempolvar y poner en el tapete el viejo plan colonial de apropiarse de las áreas estratégicas de los países de la periferia capitalista en favor de los capitalistas dueños del centro del sistema.

Decía Rudi Dornbush en otro párrafo de su plan de 2002: “Alguien tiene que manejar el país con mano firme; una dictadura no sería creíble ni deseable”. Así fue que una sucesión de gobiernos permisivos, dubitativos o pusilánimes dieron lugar a la llegada de un bufón (_que fue presentado como un outsider, pero respondía a los intereses estratégicos de potencias extranjeras; como se verificó a posteriori_) con el que lograron sus objetivos sin despeinarse.

Mario Mazzitelli candidato a diputado nacional por CABA con el Partido Socialista Auténtico.

Un protectorado en 2025, a través de un nativo despeinado, podría ser mucho peor que en 2002. En aquel tiempo la hegemonía omnímoda le daba a los EEUU una capacidad de benevolencia que hoy no tiene. Desafiado el imperio norteamericano por la emergencia de un poder que lo está superando, necesita imperiosamente de varios de nuestros recursos estratégicos para su pelea contra China y aliados.

Así, a la artificial crisis cambiaria y financiera (_responsabilidad de la inducida ineptitud de Milei-Caputo_) pasaría el control de nuestras principales fuentes energéticas, del litio, del cobre, la minería en general, la pesca, etc. a manos extranjeras. Repartija de rapiña como tantas veces se vió a lo largo de la historia. Privándo a los argentinos del uso de nuestros bienes comunes para el desarrollo económico, la elevación social, la prosperidad común, el relanzamiento industrial, la defensa del ambiente y una inserción virtuosa en el mundo. Estamos en una lucha infinitamente más profunda que la posibilidad de acceder a un cargo legislativo, como piensan algunos. Estamos en la lucha por ser dueños de nuestro destino o espectadores del mayor saqueo del que tenga memoria nuestra Patria.

Con consecuencias sociales y económicas funestas para el presente y futuro de nuestros habitantes. En esa lucha estamos y el 26 de octubre no debe ser tomado con resignación por el pueblo. El 26 de octubre debe ser transformado en un suceso significativo, donde los argentinos votemos a las fuerzas soberanistas. Fuerzas hoy divididas y mal representadas, pero con posibilidades de estar unidas y con un buen programa para el futuro. «Votar por una Nación Soberana, esa es la cuestión». Lo demás vendrá por añadidura.

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