Almodóvar es reconocido en Venecia con el máximo premio el león de oro.

Por Natacha Scherbovsky, Redacción de Revista TU VOZ, Rosario, Argentina.

Qué emoción que siento! Que felicidad tan profunda! Almodóvar es reconocido en Venecia con el máximo premio el león de oro. Premio merecidísimo x su trayectoria, x todo lo que ha hecho en todos estos años x el cine, y x nosotras las mujeres.

No puedo parar de llorar porque cada video que veo me genera más emoción. En el film.»La habitación de al lado» elige abordar la relación de dos mujeres: una está muriendo de un enfermedad (no me gusta la palabra terminal porque terminal somos todxs) que no tiene cura y la otra decide acompañar este proceso final. Quedarse ahí, acompañar y ayudar a morir.

No he visto la peli, solo el tráiler. Realmente me resulta difícil un Almodóvar en ingles, con actrices muy hollywoodense y una producción yanki. Me resulta desafiante xq nunca me gustó Tilda Swinton (lo lamento amigxs cinéfilxs pero no me gusta esa frialdad y todos sus personajes son idénticos.

Nunca puede hacer de una mujer calida, apasionada, con humor, excepto en «la Crónica Francesa» q está muy muy bien. +Igual da lo mismo, no tengo feeling con ella como nos puede pasar con cualquier actor/actriz o cineasta q x más q la crítica, el mundo del cine y demas consideran q es el/la/le mejor, lo más, no se qué, si a unx no la conmueve ya está, es muy personal y es válido) y por lo opuesto adoro a Julianne Moore a quién le creo todos los personajes me parece súper versátil, brillante, conmovedora, tiene una calidez actoral impresionante.

Su mirada ya me impacta, me genera mil emociones, sentimientos y pensamientos. No por nada quizás Almodovar elija a Juliane M. para encarnar el personaje q acompaña, q sostiene, q no se va, q es inmensamente solidaria en estar ahí y a Tilda S. le da el papel de la que muere y decide morir. Y aquí me detengo.

Lamentablemente y no (es de difícil evaluar) nos tocó a mi hermana Nadya del Bosque y a mi que nuestra mamá se enfermara de cáncer de pancreas que terminaba en muerte. He laburado 8 años en análisis todo esto, desde el resultado del diagnóstico hasta ayer jajaja. Por eso hoy puedo escribir y decir. No es fácil, no lo fue antes, quizas es un poquito más sencillo (pero muy poquito) ahora.

De todos modos lo q me interesa hacer foco aquí es en esta capacidad que tenemos las mujeres de acompañar, de estar, de sostener escenas de mucho dolor, de quedarse con alguien cuando se sabe que el final es muy desgarrador. Y más siendo hijas, muy jovenes entre 30 y 33 años. Con una madre enferma a los 56 años. Toda la escena es durísima (voy a obviar muchos detalles x cuestiones personales y xq quiero escribir con tiempo esto más adelante y aquí hacer algunas reflexiones nomás).

Las mujeres realmente nos hacemos cargo de aguantar, de quedarnos, de transitar los años o meses q duren estas enfermedades. La mayoría de los varones abandonan (como le pasó a mi vieja) exceptuando algunos amigos, ex estudiantes, colegas, que le escribían, la iban a visitar sistemáticamente, la llamaban x teléfono, estaban PRESENTES. Y se los agradeceré eternamente: Daniel Fermani González @Lisandro levstein, Diego Niemetz Leandro Hidalgo @claudiomaiz, Ramiro Esteban Zó Leonardo Dolengiewich Luis Darío Salamone Sergio Cara Velazquez Gastón Ariel Cottino No me acuerdo de otro varón. Perdón si me falta alguien y no se sienta ofendido (simplemente no recuerdo todo y pueden sumarse).

Frente a este pequeño número, la cantidad de amigas, colegas, ex estudiantes, que estuvieron, que la acompañaron a quimioterapia, a consultas médicas, q la venían a ver, le escribían mensaje de muchísimo amor, la cuidaban, estaban horas y horas, es infinita. Seguro me quedo corta pero intentaré nombrar a las más cercanas y por supuesto me voy a olvidar de otras. Simplemente espero q entiendan q me mueve mucho y siántanse convocadas dentro de este grupo: Adriana Messina Silvia Morresi, Cucha Cristina Silventi Miriam Armentano Estela Rodriguez Marcela Naciff Susana Tarantuviez Carmen Toriano Amor Hernández Pia Barros, la Bruja ?, Patricia Sepulveda, Silvia Sandra Guajardo Pérez Patricia Fragapane Federiconi Anna Fresu Grazia Fresu Gisella Ferraro Sofía M. Civit Federica Scherbosky Sara Bisquert Victoria Di Raimondo Laura Fiochetta Masuzzo Mariana Benitez Reig. Amigas de Mendoza, de Santiago de Chile, de Valparaíso, de Bs. As.

Por lo tanto, algunas vivían muy cerca otras lejisimo, cordillera de por medio. Pero todas estaban, viajaron cuando parecía que se ponía grave. Estaban, estaban, estaban. A su vez las cuidadoras eran todas mujeres y las médicas también: la clínica primero, la médica de cuidados paliativos después. Excepto el Fito Capó que fue su oncólogo y los médicos varones q la operaron Jorge Aguirre y el que la acompañó cuando hizo metástasis en higado, Jorge Buffaliza.

Todos muy amorosos, cuidadosos, serios, muy respetuosos y muy humanos para tratarla a ella y a nosotras con la información que nos iban dando a medida q pasaban los años. A diferencia de otras personas nuestra mamá vivió 2 años y medio con ese cáncer.

El primero, después de la operación difícilisima en donde extrajeron el tumor, lo vivió muy bien (dentro de lo posible), se fue de viaje, fue feliz, iba a congresos.

El segundo, ya no porque empezaron las sesiones de quimioterapia x la metástasis. Y la mitad del tercero fue en cama. Después del 19 de marzo del 2018 (día de mi cumpleaños y de la última internación) no se pudo levantar más. Y ahí la Licky (siempre la Licky) la mejor y mas adorada psicoanalista y grandísima mujer, me enseñó a cómo tramitar todo ese proceso. Me ayudó a buscar una silla de ruedas, de hecho me prestó una suya. Me sugirió q armara un grupo de WhatsApp en donde estuvieran las amigas mas cercanas y el Dani para garantizar que siempre hubiera alguien, además de nosotras y las cuidadoras, que pasara aunque sea un ratito a tomar un té, a charlar, a darle un beso. Y así fue.

La Licky me ayudó hasta el final con todo. Siempre. A hacer acto y ayudarle a mi mamá a tomar la decisión de irse a vivir a un lugar lindo con personas q la íbamos a cuidar y acompañar cuando la abandonó su pareja. Más adelante cuando decidió que quería morir xq no soportaba más ese sufrimiento, como plantea Almodóvar, xq la vida se puede convertir en algo invivible y todxs tenemos derecho a vivir y morir libremente, fue muy complicado.

Porque en Argentina no existe la eutanasia y no entraba en la ley de muerte digna no recuerdo por que. Ahí la Licky también fue fundamental. Me comentó acerca de ese proceso pero en nuestro país no se podía. Aúnque escuchamos el pedido de nuestra mamá e intentamos pensar mil modos no fue posible lamentablemente. Finalmente la Licky me ayudó a hacerme muy fuerte y si llegaba a pasar, prepararme para acompañar a mi mamá a morir.

Y así fue, así sucedió. Es de las escenas más horribles y más increíbles que he vivido. Realmente siento que no hay gesto de amor más grande, como decía mi adorada analista, que ayudar a morir a alguien. Lo pude hacer. Agarré la mano y le dije todo lo que la quería y no la solté hasta el último suspiro.

La sensación de tristeza que sentí inmediatamente fue profunda pero la de alivio también, como ya me había advertido la Licky. Con la mayoría de las amigas con las que he hablado y sobre todo mi amiga oncóloga Cari Oca me han comentado que ayudaron y/o acompañaron a morir a otras personas. La Cari me dijo una vez que estadísticamente la mayoría de las mujeres se quedan y no abandonan mientras que el 70 u 80% de los varones dejan a sus parejas enfermas de cáncer.

Se ve que hay algo vinculado al deterioro del cuerpo (antes vital, deseante, sexuado) que con la enfermedad se vuelve insoportable para ellos. Cuesta aparentemente poder ver y atravesar esa situación. No lo sé, no indagué tampoco tanto porque la escena de estar, sostener, acompañar, demandaba mucho laburo físico, psíquico, anímico.

Y eso que pasé x muchas etapas en esos dos años y medios. Momentos de mucha bronca con mi mamá frente a su ambivalencia ante al tratamiento (después entendí que ella quería curarse pero la quimio es espantosa xq el cuerpo sufre. Entonces ese querer/no querer era comprensible. Solo que estando tan cerca me daba mucha bronca e impotencia no saber qué hacer porque quería q la persona q más amaba quisiera curarse y a veces es todo más difícil y no tan clarito) momentos de mucha tristeza, de acercamiento y alejamiento por unos dias, semanas y hasta un mes entero cuando la Licky me pidió q me fuera a Rosario, solo un mes a ocuparme de mi. A escribir un proyecto para presentar a CONICET porque, según ella, de una muerte se salía con un proyecto sino temía que muriera con mi mamá por el lazo y la relación tan cercana y fuerte que teníamos.

Y así fue, no estuve en Mendoza ese tiempo, pero estaba presente a la distancia. Llamaba, no me desvinculaba. Cuando la enfermedad avanzo y ya no se podía hacer más nada, solo esperar, con mi hermana decidimos cuidarla dividiendo la semana: por ejemplo ella iba cuatro dias, yo tres.

A la semana siguiente ella estaba tres días y yo cuatro.Mientras las cuidadoras estaban las 24 hs y las amigas iban a verla. Es decir, la Licky me enseñó a que era importante que ningúna de las dos dejara totalmente sus trabajos ni los lugares donde viviamos: mi hermana en Córdoba y yo en Rosario.

Me recomendó q mi hermana siguiera atendiendo pacientes y que en mi caso, siguiera siendo docente en la facultad y avanzara una vez que entré a CONICET (porque efectivamente entré. No sé bien por qué ni cómo porque eso es del orden del azar, pero la Licky estaba muy segura de sucedería) con algo del proyecto de tesis .Según ella, era fundamental oara seguir cuidando a nuestra mamá lo más sanamente posible, q intentáramos no parar nuestras vidas completamente, no poner todo en pausa, sino viajar y volver xq descomprimíamos unos días, tomábamos aire, veíamos a amigxs/parejas, dormíamos y volvíamos al ruedo.

Por supuesto siempre en estado de alerta permanente. Nuestra mamá murió un 6 del 6 a las 6 de la tarde. Muy horrible esa combinación de números. Junio era un mes que nunca me había gustado.Después de su muerte lo odio profundamente y muy pocas veces pasa algo lindo durante estos 30 días desde hace 6 años para acá. Suele ser espantoso, De hecho no sé por qué es un mes en q muere muchísima gente. Es impresionante: si lo buscan, verán.Para terminar este relato autobiográfico y que tenga sentido para el resto, que ayude a pensar como atravesamos los procesos de enfermedad y muerte como sociedad, quisiera retomar las palabras de Almodóvar: cuesta estar y acompañar y es una decisión hacerlo o no.

Que, a su vez, no está exenta de conflictos porque es muy complicado para todo el entorno lo que está pasando. Nadie puede realmente con la muerte o con su inminente llegada pero algunxs intentamos. Los conflictos forman parte de la vida y unx se pelea con quién ama y le importa, con lxs otrxs somos indiferentes. Forman parte de ESTAR VIVX porque lo terrible fue darme cuenta que la muerte significaba, entre miles de cosas, q nunca más me iba a pelear o enojar con mi mamá, nunca más iba a escuchar su voz ni recibir sus abrazos, ni escuchar sus consejos ni proponerle: «ma se estrenó la última peli de Almodóvar ¿vamos?»*Almodovar significa/ba mucho para las tres.

No recuerdo cómo empezó mi hermana a ver su cine pero mi mamá me llevó con 13 años a ver «Carne trémula» que era muchísimo jajaja pero bueno ella hizo esa apuesta y desde ahí hasta mis 34 años y los 31 de la Nadya que compartimos la vida juntas, fuimos a ver sus pelis o muchas veces la volvíamos a ver si alguna la había visto en su lugar o la comentábamos inmediatamente que se estrenaba. Hoy con mi hermana seguimos viendo sus estrenos.

La primera peli que Almodovar presentó luego de la muerte de nuestra madre fue «Dolor y gloria*. Fuimos juntas y con su ex pareja. No parábamos de llorar. En silencio, en el cine, el Lichi nos pasaba pañuelitos. Y trataba de contenernos.Una por amor hace muchísimas cosas y por amor a una madre miles más.

Pero lo que me queda siempre resonando y no puedo aceptar, me duele y re-pienso una y otra vez es cómo se perpetua la enseñanza patriarcal acerca de que las mujeres tenemos que cuidar y los varones no. Y las preguntas sin respuestas pero que me parecen válidas compartirlas: ¿ por qué frente a ls muerte casi ningún varón puede y casi todas nosotras lo intentamos y muchísimas podedemos quedarnos y despedir a alguien de este mundo. ¿por qué la mayoría de las mujeres no abandonamos y la mayoría de los varones sí? No es fácil, no es justo, duele ver eso. Realmente.

Al mismo tiempo valoro inmensamente la capacidad de amor que tenemos las mujeres entre nosotras, que se traducen en actos: tomar un avión x 24 horas, cruzar la cordillera a cómo dé lugar, llamar siempre, ir de visitas con un chocolate, un libro, una flor, con detalles que alegren un ratito o esos instantes. Pasar con una sonrisa y acompañar a tu amiga a mirar el sol un momento.

Prestarle una peluca e inventar toda una historia para q se sienta una actriz (frente a la caída del cabello q es espantosa y que también me costó comprender lo que implicaba subjetivamente). Traer amuletos de la suerte, compartir canciones, ver miles de películas o series en una habitación x horas….Sigue siendo cierto como plantea el feminismo que nos salvamos entre nosotras, que nos cuidamos entre nosotras, que la solidaridad que tejemos es muy fuerte y que estamos presentes hasta el final. El feminismo para mi hermana y para mí es fundamental. Entendemos la vida desde esa posición política.

Por eso como dijo Pedro Almodóvar nuestra vida o nuestro cuerpo es nuestra decisión. Por eso, hubiéramos querido ayudar a nuestra madre a morir porque ese fue su deseo cuando ya no era una buena calidad de vida lo que estaba transitando. Pero la medicina, paradójicamente, no acepta la muerte sino que lucha contra la finitud y elabora miles de herramientas para q los cuerpos permanezcan. Lo cual nosotras no avalabamos pero era lo que sucedía.Por eso, como dice nuestro cineasta amado, tenemos derecho a vivir y a MORIR cuando queramos.

Los gobiernos tienen q sancionar leyes que nos habiliten esa posibilidad. Nadie nos tendría que obligar a permanecer en una agonía. Nadie. Ojalá que pronto en Argentina (y en otros lugares del mundo) logremos ese derecho. Ojalá que las iglesias se aparten de esa discusión y que entiendan que tenemos derecho a tener hijxs o no, a vivir o a morir. Dejen de ser HIPÓCRITAS porque después ocultan niñas embarazadas y las hacen abortar a escondidas. Sus ideas son opresivas, castradoras, autoritarias.

La libertad es lo más hermoso que tenemos como seres humanos y siempre seguirá valiendo la pena y la alegría luchar porque cada vez sea más inmensa. El amor, la solidaridad, la amistad, los lazos de compañerismo, de cercanía, la alegría, la música, la libertad que construimos así como el cine, la poesía, la danza, la pintura, el arte, nos sigue salvando, nos sigue permitiendo cuestionar/resolver/actuar/brindar herramientas para generar efectos y a su vez para entender, procesar, hacer frente a estas escenas durísimas de la vida y la muerte que son parte de un mismo proceso y ciclo.

Luego, también, ayudan a duelar y atravesar todo ese proceso que es otra historia.A muchos años de distancia nos abrazo fuerte, nos felicito porque hicimos todo lo que pudimos entre todxs: amigxs varones y mujeres (suena muy binario en un contexto donde ya no hablamos ni pensamos así sino mucho más transversal y teniendo en cuenta el transfeminismo.

Pero permítanme compañeras sin juzgarme que use estos términos medio en bloque porque la experiencia fue mas o menos así… No había mucha gente q se identificaba como queer en ese momento de la historia. Luego sí pero hasta ese instante seguía siendo muy dicotómico) Seguro que hoy es muchísimo más complejo. Y ojalá que así sea.Termino con esta frase de Claudia Piñeiro; «NUNCA nadie se arrepintió de ser valiente» y acompañar a alguien que está muriendo requiere de mucha valentía. Lo logramos amigxs.

Gracias eternamente. Gracias infinitas a todas nuestrxs amigxs que nos ayudaron a mi hermana y a mi a ser lo más valiente q pudimos: Trin Katrín Anabe Lla Lucas Nazrala Anita Mun Anita Cerva Fris Susana León Submarina Nautilus Hebe Jakob Julia Dayub Romina Andrea Cristian Argüelles entre otrxs. A la Licky siempre, a la Edith. A mis tías Frida y Diana Dana Day, a mis primxs Tania Saez y Pablo. A mi papá que sin él todo hubiera costado el triple.

En esos años durísimos estuvo con nosotras acompañándonos siempre, preguntando qué necesitábamos, qué podía hacer para ayudarnos y nos ayudó muchísimo. Gracias pa te quiero infinitamente! Hermana te amo con todo el corazón y nos abrazo profundamente para seguir sanando.

Ojalá la peli, estos relatos y miles de historias más, nos ayuden a romper con miedos, prejuicios, ataduras, y sigamos apostando colectivamente a sanar, a vivir y a morir. Un abrazo grande Natacha

3 comentarios sobre «Almodóvar es reconocido en Venecia con el máximo premio el león de oro.»

  1. Querida Cari gracias por el comentario, no lo había leído. Gracias por explicar desde tu experiencia como oncóloga que 9 de cada 10 mujeres que mueren con un diagnóstico de enfermedad incurable es otra mujer la que le sostiene la mano en el final.De alguna manera refuerza lo que planteo. Sigue siendo un problema de género, no como algunos me discutieron que no dependía del género sino de la calidad humana. Los datos duros, en estos casos, justamente, permiten disputar estos sentidos y aunque a los varones les duela leer que solo un varón se queda al lado de una mujer en esa instancia límite o solo un 20% se banca todo el proceso, en rodo caso, espero, que en vez de hacer resistencia porque no les gusta leer lo que leen, eduquen a sus hijos varones de otro modo. Y las mujeres también porque el machismo y las reglas patriarcales las reproducimos nodotras también todo el tiempo. En el sentido se,como decías, mejoremos como sociedad (lo pongo en estos términos porque no es algo de la especie es lo que sucede en este territorio, wn nuestro país. Realmente no sabría qué pasa en Cuba, en México, ni en India). Por eso intento no generalizar más que en nuestro espacio y en los hábitos sociales aprendidos, construídos y reproducidas aquí. Gracias por todo el amor y cariño, por tener también la valentía de acercarte a una mujer que está cuidando a su familiar (mujer, varón, trans, lesbiana, queer, homosexual, bisexual) a darle la noticia de la muerte. En algún punto si somos las que nos quedamos, es justo con nosotras, recibir esas noticias primeras. Somos más fuerte de lo que nos hacen creer. Y efectivamente pienso que el amor nos guía para actuar en esos casos extremos. Ya ahí Cari, en esas instancias finales, me parece que nadie se queda por otra cosa más que amor. Lxs que no pueden con la muerte o la agonía dejan antes y bueno, también es entendible, porque no puedo juzgar si de cinco hijas mujeres una puede y cuatro no. Pero sí puedo seguir preguntando y cuestionando cómo nos enseñan a llegar a estos lugares, a responder muy cercanamente o a huir. Nada es fácil y pienso en voz alta y puedo equivocarme pero si no viviéramos la muerte con tanto terror, como quiebre total y fuera entendida como otro proceso del ciclo de la vida, sino la separaramos tanto y la opusiersmos fuertemente a la vida al punto de no poder incoporarla sino rechazarla, convertirla en algo opuesto, quizás otra sería la relación. Como sucede
    en la cultura mexicana que cantan en la despedida, que celebran día de muertos con tequila, guitarras, ofrendas. O en España, siguiendo con Almodóvar, cuando las mujeres van a limpiar juntas las lápidas y mientras: rien, chismosean, comparten trapos, lo viven como parte de su vida cotidiana, muy naturalmente, como la escena que aparece en «Volver». Quizás para esas culturas, no lo sé, hipotetizo, es un poco más sencillo o resuelven mejor el finsl. Quizas, si esa fuera nuestra relación con la muerte, no padeceriamos tanta soledad en el final. No lo sé. Ojalá lea algún amigx de otro lugar y pueda narrar otra experiencia. Sería hermoso. Un abrazo grande y siempre gracias! ????

  2. La mujer cuidadora y descuidada, recientemente arrollando todos los campos de la medicina, siempre me he sentido más cómoda al dar las malas noticias a la familiar mujer, quienes suelen acompañar a sus familiares en esos momentos terminales.
    Lo puedo confirmar, cada 10 pacientes fallecidos con protocolo de muerte digna, a 8/9 les sostuvo la mano una mujer.
    Espero q podamos crecer como especie (esto no me suena muy antropología, pero no se como expresarlo) y acompañarnos mutuamente, sin roles de cuidador/a .
    Solo guiados por el amor.
    Un abrazo grande querida Nati.

    1. Querida Cari gracias por el comentario no ko había leido. Gracias por explicar desde tu experiencia como oncóloga que 9 de cada 10 mujeres acompañan a morir a una persona con un diagnóstico de enfermedad incurable. De alguna manera refuerza lo que planteo. Sigue siendo un problema de género, no como algunos me discutieron que no dependía de género sino de la calidad humana. Los datos dueos, en estos casos justamente, permiten disputar estos sentidos y aunque a los varones les duela leer que solo un varón se queda, acompaña a morir o un 20% se banca todo el proceso. En rodo caso, espero, que en vez de hacer resistencia porque no les gusta leer lo que leen, wduquen a sus hijos varones de otro modo, para como decías, mejores como sociedad (lo pongo en estos términos porque no es algo de la especie es lo que sucede en esta sociedad. Realmente no sabría que pasa en Cuba, en México, ni en India). Por eso intento no generalizar más que en nuestro espacio y los habitos sociales construídos y reproducids. Gracias por todo el amor y cariño, por tener también la valentía de acercarte a una mujer que está cuudando a su familiar a darle la noticia de la muerte. En algún punto si somos las que nos quedamos, es justo con nosotras, recibir esas noticias durísimas primeras. Somos más fuerte de lo que nos hacen creer. Y creo efectivamente que el amor nos guía para actuar. Ya ahí Cari, en esas instancias finales nadie se queda por otra cosa más que por el amor, me parece. Lxs que no pueden con la muerte o la agonía dejan antes.y bueno, también es entendible, porque no puedo juzgar si de cinco hijas mujeres una puede y cuatro no. Pero sí puedo seguir preguntando y cuestionando cómo nos enseñan a llegar a estos lugares, a responder muy cercanamente o huir. Nada e facil y pienso en voz alta y me puedo equivocar pero si no viviéramos la muerte con tanro terror y fuera entendida más como un orden de la vida, sino la separaramos tanto de la vida y la volviéramos opuestas, forma opuesta a la que entienden la cultura mexicana, quizás sería u. Poco más sencillo y no padeceriamos tanta soledad en el final. No lo sé. Ojalá lea algún amigx de otro lugar y pueda narrar otra experiencia. Sería hermoso. Un abrazo grande y siempre gracias! ????

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