Tal y como proclama el conocido himno de la Internacional, tras los últimos resultados de la ultraderecha en Europa y las amenazas de golpismo y regresión en Brasil y Chile, el llamamiento más urgente y necesario que recorre el espectro mundial es a la reconciliación de las izquierdas y la presentación de un único Frente ante las próximas citas electorales, muy cercanas en el caso de España.
La demostración de que el uso de la violencia irracional es tan sólo un complemento del complot mediático y judicial de las élites conservadoras en sus intentos de derrocar gobiernos del Pueblo y para el Pueblo, como en Argentina contra Cristina FK o en nuestro país, contra la Coalición progresista, con Pablo Iglesias y Podemos como diana, es tan incuestionable como alarmante.
Tras los efectos de la ‘Doctrina del Shock’, empleada por los diferentes bloques de poder del escenario geopolítico occidental para silenciar y desactivar las movilizaciones ciudadanas ante las medidas de reestructuración económica y laboral y el austericídio posteriores a la crisis de 2008, los círculos que manejan de verdad el Poder planetario (por cierto, muy bien retratados en las reuniones secretas del Club Bilderberg y las Cumbres del G-20) han decidido claramente restaurar el fantasma del fascismo.
La llamada Democracia liberal, cuyos márgenes han transitado desde el pacto interclasista que posibilitó el ascenso de la socialdemocracia después de los 60, a la imposición ‘urbi et orbe’ de las doctrinas neoliberales, ya no les es útil a sus señorías y ellos, encerrados en sus castillos y mansiones de lujo, prefieren contemplar desde la distancia como en un otoño venidero previsiblemente caliente, las llamas de su Roma particular son ahogadas en las calles con legiones de policías imponiendo la “Seguridad Nacional” desde sus recién estrenados Gobiernos autoritarios europeos desacomplejados ya de toda su dramática trayectoria histórica.
La Democracia, como sistema de gobierno más extendido, deseado y adoptado en la era actual posterior a la II Guerra Mundial, está siendo abandonada sin tapujos como aspiración de los gobiernos, y por lo tanto, los ideales de Derechos y Libertades y los avances conquistados por todas las generaciones de precursores y luchadores que nos precedieron han sido y están siendo ninguneados con ayuda de los poderes mediático y judicial. El objetivo es que tarde o temprano, a las buenas o a las malas, la Humanidad acepte con resignación un escenario distópico donde la libertad, igualdad y la fraternidad sean tan sólo un apenas un recuerdo lejano en una asignatura de Historia a suprimir posteriormente en las escuelas e institutos.
Tras la deriva neoliberal del llamado ‘socialismo democrático’ y el derrumbe de los Regímenes del ‘socialismo real’ con la caída del Muro de Berlín en el 89, las izquierdas occidentales no han sabido recomponer un verdadero escenario o proyecto mundial alternativo al Neoliberalismo y al capitalismo salvaje. Han existido propuestas novedosas, eso sí, como el Ecologismo y el Feminismo, que han cambiado el lenguaje y la agenda de muchos gobiernos incorporando nuevas conquistas a las tradicionales del discurso progresista.
Sin embargo las heridas no cerradas entre las múltiples corrientes y formas de entender el proyecto siempre utópico, en el buen sentido, de la izquierda, y la falta de empatía y reconciliación entre dirigentes de las formaciones incluso coaligadas para acceder a gobiernos e instituciones, han impedido hasta el momento un acto de sanación internacional que permita un reencuentro histórico de las mismas y dé esperanza a las mayorías populares ante el avance inexorable del monstruo que ya viene instalándose de nuevo a las puertas de Europa
Fascistas de otros tiempos convertidos sin memoria
Ni la débil y ambigua construcción de una Unión Europea alejada a menudo de las preocupaciones y urgencias de su ciudadanía, ni los intentos de crear una identidad progresista común entre las corrientes y gobiernos de Latinoamérica (desde los Foros Sociales de Portoalegre a las numerosas cumbres progresistas en la región) han podido parar el ascenso del fascismo, ni construir una respuesta ilusionante y satisfactoria que movilice en la calle y en las urnas a esas masas sociales que escriben los capítulos del progreso y la conquista de libertades en la Historia.
Cuando contemplamos las disensiones entre dirigentes como Yolanda Díaz y Ione Belarra de Podemos en España, así como otras muchas similares en Ecuador, Argentina, Chile o Brasil, y ante las amenazas presentes y los negros horizontes anunciados, no tenemos más remedio que exigir con cordura el lema de la Iª Internacional, de la que partieron luego las distintas familias de la izquierda. Por lo tanto, de nuevo, como una sola voz, en las plazas, las manifestaciones y las redes sociales…”¡Agrupémonos todos!”.
Miguel Angel Ferrís
Portavoz Red de Circulos Podemos Europa.