Por Jesús Rivero, Redacción revista TU VOZ, Rosario , Argentina.
El gigante asiático es especialista en táctica internacional, sus movimientos tienen un solo objetivo, el statu quo.Mientras el país del norte americano impone aranceles a sus vecinos del Sur, en Latinoamérica crece el deseo de una mayor cooperación con Pekín.
La presencia e inversión China en Latinoamérica ha aumentado y se ha diversificado en el último tiempo. Brasil planea conectarse por vía ferroviaria con el nuevo puerto peruano de Cháncay, financiado por China; Colombia está considerando unirse al llamado proyecto chino de la Ruta de la Seda; y Venezuela busca cooperar más estrechamente con compañías petroleras chinas.
Los aranceles impuestos por Estados Unidos, entre otros factores están provocando que Sudamérica establezca una alianza con Pekín.A principios de marzo el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, subrayó la importancia de la cooperación entre China y América Latina, una “relación basada en el respeto, la igualdad y el beneficio mutuo».
El contraste con las órdenes ejecutivas del presidente de Estados Unidos desde que asumió el cargo en enero no podría ser mayor.Ambas superpotencias revelan diferentes enfoques sobre los países de la región: el gobierno de Estados Unidos ve a Latinoamérica como un problema.
Desde Pekín ve a la región con oportunidades económicas.Este patrón no acaba de empezar con Trump sino que se viene produciendo al menos desde principios de este siglo, sin embargo las políticas nacionalistas del actual presidente han exacerbado diversas tensiones con Latinoamérica en áreas como el comercio, la migración y el crimen organizado.
Pekín es el primer o segundo socio comercial de los países de Latinoamérica. El volumen del comercio bilateral con Brasil, por ejemplo, ha pasado de mil millones de dólares en el año 2000 a más de 130.000 millones en la actualidad.Las exportaciones de China han caído más del 60% desde el inicio de la guerra comercial.
América Latina se convertirá en el foco de atención de los chinos, que necesitan desarrollar nuevas estrategias y diversificarse geopolíticamente para no depender de la economía del país del norte.
