Por Walter C. Medina
ENTREVISTA A MAR CAMBROLLÉ
Entrevistada por Ximena Donamaría y Noelia Morinigo para el programa radial “Cenizas de Babilonia. Diáspora Española”, que emite AM850 Radio del Pueblo, la activista por los derechos del colectivo LGTBI, Mar Cambrollé, se refirió al discurso de odio de la extrema-derecha y a sus consecuencias. “El discurso de odio tiene un efecto brutal y criminal en nuestras vidas, porque son los que hacen posible que nos agredan en las calles, en los transportes públicos, en los centros de ocio, en los centros de trabajo y de estudio”, sostuvo.
¿Qué efecto tienen en el colectivo trans los discursos de odio que se viralizan en las redes? El discurso de odio está claro que es la antesala, la preparación del escenario para poner en la diana a una población; la población que recibe ese discurso de odio: Las personas migrantes, las personas racializadas, contra las personas trans.
El discurso de odio tiene un efecto brutal y criminal en nuestras vidas, porque son los que hacen posible que nos agredan en las calles, en los transportes públicos, en los centros de ocio, en los centros de trabajo y de estudio. Hemos recibido palizas brutales; la última a una mujer a la que le dejaron la cara en una discoteca, y después de haber sido víctima la tiraron por la puerta de atrás como si fuera un perro, negándole el auxilio cuando tenía una hemorragia; algo que podría haberle costado la vida.
Hace unos tres meses, otra chica en el Metro de Barcelona recibió una paliza. Todas estas palizas pueden tener el desencadenante trágico de que acaben con tu vida. Y esto lo hacen posible los discursos de odio. Nuestro ámbito de denuncia es España, pedir a la Fiscalía que no mire hacia otro lado, pedirle al gobierno progresista que no les ponga alfombra roja a la ultra-derecha.
En esos países donde se producen cambios tan bruscos, como ha pasado en Argentina lamentablemente con el triunfo de Milei. A veces los gobiernos progresistas por no hacer bien sus deberes están abriendo las puertas a la ultra-derecha. Yo creo que esto responde a una campaña internacional contra los avances del movimiento feminista, contra el avance del colectivo LGTBI, donde la parte más vulnerable somos las personas trans; aquellas que a pesar de poner el cuerpo para el avance de derechos para todo el colectivo, nos vemos solas.
Es una guerra cultural. Hay dos guerras que ya hemos ganado las mujeres y el colectivo LGTBI, aunque perdamos algunas batallas, pero la guerra ya está ganada. Y es que la igualdad entre hombres y mujeres es algo incuestionable, y por eso creemos en esto, somos más que los que siguen negando esta posibilidad.
El haber ganado este espacio y esta guerra cultural hace que despierte esta gran reacción y esta violencia por parte de la ultra-derecha a nivel global, y que tiene plataformas para difundir estos discursos de odio por Twitter, Instaran, Facebook. Los voceros de los discursos reaccionarios y negacionistas de la igualdad hace cuarenta años provenían de los sectores utra-religiosos; y hoy no es que no vengan de ahí, pero ya no tienen el púlpito para pregonar estos discursos, hoy tienen plataformas radicadas fiscalmente en Estados Unidos; la mayoría de países dicen que se sienten atados para poder regularizar.
Pero yo pienso que no, que en el Estado Español seguir permitiendo estos discursos, en las redes sociales seguir diciendo que las mujeres trans somos “tíos con peluca”, que los hombres trans son mujeres a las que se han arrancado los pechos. Son discursos vejatorios y humillantes, contrarios a la libertad de expresión. En España la libertad de expresión está acotada cuando se atenta contra la dignidad de las personas o cuando se intenta vejar a un colectivo.
Por lo tanto entra en conflicto con nuestra propia Constitución, con una Ley que lleva vigente desde 2023 y que es para blindar nuestros derechos, para protegernos de la discriminación. El Estado Español de manera valiente, y como le corresponde a un gobierno progresista, primero la Fiscalía debería actuar de oficio ante estos discursos de odio. Porque tiene consecuencias muy graves en nuestras vidas.
Es importante acotar a estas redes sociales que son las plataformas donde se está llevando a cabo esta contra-reacción, esta otra guerra cultural que ha levantado la ultra-derecha contra los derechos de las mujeres, de los inmigrantes y contra el colectivo LGTBI, siempre poniendo en el foco a las personas más débiles de este colectivo, que somos las personas trans. La vida de las personas trans también importan.
Hay gente que cree que acotar las redes sociales es atentar contra la libertad de expresión, ¿cuál es tu opinión al respecto? No se puede hacer demagogia de la libertad de expresión. Nuestra Constitución dice que todo el mundo es libre para difundir sus ideas y sus opiniones por cualquier medio siempre que no atente contra la dignidad, siempre que no se atente contra colectivos vulnerables.
Está claro que decir que “una mujer trans es un tío con peluca” es una humillación, una vejación, un atentado contra la dignidad de esa persona. Por lo tanto no es libertad de expresión. No podemos camuflar el odio bajo el paraguas de la libertad de expresión. Libertad de expresión son opiniones que nunca deben atentar contra la dignidad de las personas por su raza, du etnia, su identidad o su orientación. La libertad de expresión nunca puede atentar contra mi libertad.
Cuando hablamos de los derechos de las personas trans estamos hablando del derecho al acceso al empleo, a la salud, a la educación, a participar en la vida cultural y política. Negar esos derechos atenta contra las normas de convivencia y contra las libertades. En España, desde 1978 que comenzamos el ciclo democrático, todavía no ha habido ninguna persona trans en el Congreso de los Diputados. Sí a nivel de comunidades autónomas, como la de Madrid.
Yo creo que la discriminación de las mujeres ha sido siempre estructural porque henos vivido en un mundo hecho por hombres y solo para hombres, donde las mujeres fueron apartadas a los márgenes de todo. Solamente a través de esa herramienta magnífica y fabulosa que es el feminismo se han abierto grandes cotas de igualdad.
Las personas trans vivimos en un mundo donde hemos sido expulsadas a los márgenes de la cultura, de la ciencia, de la política. Por eso desde aquí anuncio como activista, con esta “furia trans”, que desde esos márgenes a los que nos expulsaron hoy venimos para exigir el aire que nos robaron; venimos a derrumbar todas las puertas que nos cerraron.
Por eso celebro que esta compañera en Puebla, México, haya sido elegida como diputada, lo mismo que celebro cuando en Argentina, en Brasil o en México hay más personas trans en política. Es el momento de los derechos trans, de la reparación, de la furia trans.