Por Walter C. Medina
ENTREVISTA A ALEJANDRO OLMOS
El Catedrático e Historiador Alejandro Olmos fue entrevistado por Alex Flores para el programa radial “Cenizas de Babilonia. Diáspora Española”.
Olmos, responsable en 2007 de la auditoría de la deuda externa en el gobierno del ex presidente Rafael Correa; y de a la denuncia de los Tratados de Libre Comercio en Ecuador, entre 2009 y 2017, reflexionó sobre las consecuencias de las políticas económicas del gobierno de Javier Milei al cumplirse su primer año de mandato. “A los éxitos del gobierno, sólo los pueden ver algunos incautos”.
¿Qué opinión te merece el presidente Javier Milei?
Hablar del actual presidente es extremadamente difícil porque tiene un conjunto de aristas muy complicadas. Ayer por la noche dio un discurso mostrando los “éxitos” de su plan de gobierno, que se traducen únicamente en la baja de la inflación.
Ya sabemos cómo los economistas manipulan los números, y la baja en la inflación tiene que ver con que en el mes de diciembre, cuando él asumió, la inflación fue del 25 por ciento. Después bajó un poco y después siguió bajando. Ahora, ese 25 por ciento fue generado por una brutal devaluación de la moneda del 110 por ciento: no es una inflación originada en el gobierno anterior, aunque él sostiene que sí.
Además, el hecho de que él asumiera la presidencia ya había determinado que los formadores de precios estuvieran aumentando las cosas con la debida anticipación para tratar de cubrirse ante cualquier circunstancia que ocurriera. Otra de las cosas de las que también hace gala, y también lo hizo ayer, es el superávit fiscal, que ha llegado en los últimos once meses a 10 billones de pesos.
Ese superávit se logró cortando las transferencias a las provincias en un 76 por ciento, disminuyendo la inversión en obra pública en un 70 por ciento, licuando salarios y jubilaciones, y postergando una cantidad de pagos. De todas maneras ese superávit de 10 billones de pesos sirvió para pagar más de ocho en intereses de la deuda pública; y él permanentemente sostuvo que el superávit era para pagar la deuda; una deuda de origen francamente espurio, que fue durante años investigada por la Justicia Federal.
Por otra parte hay algunos periodistas que han calculado que el nivel de insultos y descalificaciones a toda aquella persona o institución que no coincida con el presidente ha llegado al bonito número de 4.179. Porque Milei es el único presidente en la historia argentina que insulta permanentemente con los peores calificativos; ha utilizado expresiones de vulgaridad sexual incluso en colegios secundarios.
Todo aquel que no coincide con su visión de los hechos es un zurdo de mierda, es comunista, es lo peor de lo peor. Esto en cuento a sus formas operativas, pero hay realidades que no se pueden desconocer: ha caído la inversión pública el consumo –que en los últimos once meses ha llegado la caída a más del 15 por ciento-, la pobreza aumentó entre un 12 y un 14 por ciento en los once meses en que él es presidente, la indigencia ha aumentado y en este momento está en un 19 por ciento, y la pobreza en un 52 por ciento, la deuda pública ha crecido 92 mil millones de dólares; el presidente hizo una curiosa referencia a los que habían endeudado a la Argentina, pero daba la casualidad que al lado de él estaba su actual Ministro de Economía, Luis Caputo, que como Ministro de Economía del gobierno de Macri, endeudó enormemente a la Argentina y le encajó un préstamo con el FMI, el más grande la de historia del Fondo Monetario Internacional, por 57 mil millones de dólares. De modo que esto de “los éxitos del gobierno”, sólo lo pueden ver algunos incautos.
Lo que me llama la atención es que las últimas encuestas dicen que el presidente tiene una intención favorable del 56 por ciento, casi igual a cuando fue elegido. Nunca he creído demasiado en las encuestas, son muy mentirosas, y en algunos casos pagas por los factores de poder que son los que lo sostienen a Milei.
Entonces esto de que el pueblo argentino en este momento lo apoya como al principio, yo no me lo creo. Yo vivo en Buenos Aires, que es el centro del poder económico en la Argentina, y uno recorre las calles, ve la gente durmiendo en las calles, ve que en los supermercados cada vez se compra menos, habla con las personas y nadie quiere saber nada con Milei, pero las encuestas parece que dicen lo contrario.
Otra de las cosas del presidente es su falta absoluta de respeto por Estado de Derecho. Milei gobierna con Decretos de Necesidad y Urgencia, que es una forma establecida por la Constitución Argentina para situaciones claras de emergencia y supuestamente cuando el Congreso no funciona.
El Congreso ha funcionado estos últimos once meses, pero la manera de obviar al Congreso es emitir decretos. Es el presidente que más decretos ha emitido desde que existe el periodo constitucional argentino. Son cuarenta y dos decretos de necesidad y urgencia; además de un mega decreto de necesidad y urgencia, de diciembre el 23, que le permite hacer lo que quiera, sin limitaciones; ese decreto fue rechazado por el Senado de la Nación pero todavía la Cámara de Diputados no se anima a tratarlo Basta que una cámara no lo anule para que el decreto siga teniendo vigencia.
Hay cosas extremadamente preocupantes; por ejemplo, hay una ley de acceso a la información pública por la cual cualquier persona, sin necesidad de justificar por qué lo hace, puede pedir a cualquier organismo del Estado que le dé información sobre decretos, contratos, resoluciones y acuerdos que haga el gobierno. Milei por decreto modificó la ley, y ahora hay cosas que no se pueden pedir.
Despues emitió otro decreto, el 846, que es extremadamente peligroso porque la Ley de Administración Financiera en su Artículo 65establece que en todo canje de deuda pública deben mejorarse los montos, los intereses y las condiciones de contratación. Milei, a través del decreto 846, modificó el Artículo 65, y ahora todo canje de deuda será realizado de acuerdo a las condiciones del mercado.
Y el mercado siempre pone condiciones que no son favorables para los países, sino para ellos mismos y para los inversores. Nos encontramos con un personaje que vino a destruir al Estado, que su posición es la de un topo que desde adentro quiere aniquilarlo. A veces pienso en las contradicciones del presidente, porque él es un gran admirador de los Estados Unidos; y si hay un país que tiene un Estado fuerte, sólido, es Estados Unidos. “The Economist” declaró que Milei tiene un soberano desprecio por el Estado.
Este es Javier Milei; y a mí me llama la atención cómo ha convencido a mucha gente. Por otra parte dijo que venía a aniquilar a la casta política: dirigentes, senadores, diputados; pero gobierna con la casta, porque todo su gabinete está integrado por personas de larga trayectoria política, muy cuestionados.
¿Crees que a futuro debería hacerse una auditoría de la deuda externa dejada por el gobierno de Macri para determinar qué parte de la deuda es legítima y qué parte es ilegítima?
La deuda nosotros la tenemos el 55 por ciento en moneda extranjera, el 45 en moneda local indexada; es decir que es una deuda que se actualiza permanentemente. Pero a esto se suma que como el presidente quiso supuestamente sanear el estado del Banco Central, transfirió deuda del Banco Central al tesoro. Y a los efectos de esa transferencia emitió unas letras que se llaman Lecap, que capitalizan intereses mes a mes. Esas Lecap, dicho por un asesor de Milei, que se fue espantado del lado de Milei, generan una deuda de dos billones de pesos mensuales que se va acumulando permanentemente.
Hablar de auditoría en Argentina yo diría que es una especie de delirio, porque jamás ningún gobierno constitucional quiso auditar la deuda pública. Y todos los proyectos que se presentaron para hacerlo ninguno quisieron hacerlo. Además en este momento tenemos un Congreso que, salvo excepciones, está integrado por mediocres, por trepadores, por gente que le interesa su situación personal y no el país.
Todo esto determina que el presidente puede seguir haciendo lo que quiere porque nadie se le anima. Es como que hay una especie de miedo subyacente a criticarlo, a cuestionarlo. Para él todos los periodistas, sin excepción, son una basura, son ensobrados, reciben plata de otros, Y se ha enfrentado nada más y nada menos que a los dos diarios principales de la Argentina que son La Nación y Clarín, diciendo que sus periodistas son esbirros de los intereses que quieren perjudicar a la Argentina. Esto te da una pausa de lo que es este presidente.
¿Cómo ves de aquí a futuro la posición de Milei respeto al sionismo israelita?
El alineamiento de Milei con Israel; él es seguidor de una de las ramas más fundamentalistas de la religión judía y cada vez que va a los Estados Unidos va a visitar la tumba de ese grupo que es uno de los grupos más ortodoxos del judaísmo.
Milei, a pesar de ser fundamentalista en un montón de cosas, ejerce el pragmatismo. Hace unos meses cuando vencía el swap de China, y el gobierno no tenía dinero para cancelarlo, consiguió que China renovara el swap.
Y Milei, que había dicho que nunca se iba a acercar a los chinos, que eran una basura, que eran comunistas, etc, etc, ahora arrugó; ahora va a sentarse con los comunistas. Primero va a viajar su hermana y seguramente va a viajar él, porque ha dicho hace unas semanas que los chinos son buena gente, que mientras uno no los moleste puede hacer negocios. Como a veces se da cuenta que su discurso y que sus políticas pueden traerle graves problemas, empieza a girar. Y con China ha sido categórico.
El tema preocupante es la alineación con Estados Unidos y con Israel. Si la Argentina vota siempre de acuerdo a estos dos países, entonces ya sabemos los que nos espera. El fundamentalismo de Milei va más allá de esto, porque hace poco en una reunión en Naciones Unidas sobre los derechos de las mujeres y de los niños el único país que votó en contra fue la Argentina, porque hasta Estados Unidos, Israel y Gran Bretaña votaron a favor. Así que, ese es Milei.