Por Walter C. Medina
ENTREVISTA A GABRIELA MONTAÑO, Subdirectora de CELAG-Data -y tertuliana del programa “La Pizarra” (Radio 10)-, dialogó con Francisco López respecto de la función que cumple ese organismo en Latinoamérica. Durante el bloque “La Entrevista”, del espacio radial “Cenizas de Babilonia.
Diáspora Española” (AM830), Montaño repasó la historia reciente de la región, haciendo hincapié en la necesidad de recordar que los gobiernos de izquierda no deben olvidar mantener un brazo en la calle. “Tener un brazo en el gobierno y otro en la calle permite al progresismo mantener las estructuras de organizaciones sociales o sindicales de las que provenimos la gran mayoría de los movimientos de izquierda en el continente”, aseguró durante la entrevista.
Para quienes no conocen qué es la CELAG, ¿qué es y qué función cumple?
Básicamente la CELAG es un centro de pensamiento. En inglés se suele usar el término “think tank”, pero yo prefiero explicarlo en español. Somos un centro de pensamiento que ha venido construyendo desde posiciones progresistas, de izquierda, datos que permitan mostrar la realidad en Latinoamérica y proponer a los pueblos, a los tomadores de decisión que en esta época afortunadamente hay muchos gobiernos que se parecen a sus pueblos, y a los que acercarles humildemente algunas lecturas de la realidad y algunas propuestas que pueden ser útiles para cambiar la vida de millones de personas.
Eso hacemos. Se nos conoce mucho porque hemos llevado adelante muchísimas encuestas en países de Latinoamérica, la última que hemos publicado ha sido en Colombia. Nuestras encuestas no están vinculadas solamente a etapas electorales sino también en qué piensa la gente sobre determinadas políticas, sobre las políticas estatales y gubernamentales; esta es una de las actividades de CELAG -DATA que más se conoce hacia afuera.
Trabajamos mucho el ámbito económico, social y político y estamos felices de poder hacer aportes de pequeños granitos de arena. Nos interesa mucho que la izquierda se sustente en ideas y datos, no solamente en ideas y debate, sino en información dura que ayude a sustentar nuestras posiciones políticas.
Pepe Mujica dice que la derecha se une por intereses y la izquierda se divide por ideas. ¿Crees que estos estudios pueden contribuir a que la gente se oriente y que no se pierda en discusiones innecesarias?
Así es. Esa es una de nuestras intenciones, porque muchas veces en el debate político, sobre todo en etapas electorales, se pierde la dimensión de lo que la gente está viviendo en la calle, en las comunidades, en los barrios.
Y lo que nosotros tratamos de poner en primer plano siempre es esa realidad que vive la gente Por otro lado también hay cuestiones que son operativas y que la izquierda a veces descuida. Nosotros hemos hecho ya en varios países de la región apoyo técnico en conteo electoral rápido, y en muchos casos hemos vivido que por primera vez el progresismo y la izquierda logran tener conteos rápidos propios. Y esa herramienta puede defender un resultado político que le cambia la historia a un país.
Ese tipo de tareas, que consideramos muy importantes, muchas veces son débiles en la operativa de los partidos políticos progresistas o de izquierda, y nosotros nos sentimos felices de ir poco a poco teniendo un espacio propio que apoye al progresismo en Latinoamérica.
Juan Carlos Monedero considera que el futuro de las izquierdas está en el impulso de los partidos en movimiento. ¿Compartes este punto de vista? ¿Y por qué crees que en cada país se está dirigiendo de distinta manera, cuando todo es lo mismo, por qué cada uno lo interpreta de distinta manera?
Porque nuestras realidades también tienen sus propios matices y sus propias historias, aunque tenemos muchas cosas en común en Latinoamérica, también tenemos nuestras especificidades. Por ejemplo, una composición mayoritaria de la población indígena boliviana que además traía ya una historia larguísima de consolidación de organizaciones sociales campesinas e indígenas, logra consolidar una estructura partidaria que proviene de organizaciones sociales, que se identifica con un movimiento de movimientos sociales, y que puede tener algunas diferencias de lo que carga el kirchnerismo, el peronismo, el progresismo en Argentina.
Entonces tenemos nuestras especificidades. La gran lección que podemos sacar de esto es que cuando llegas al gobierno no tienes que abandonar la calle. Es una lección fuerte, dura como lo fue en Bolivia en 2019 con un golpe de Estado que logra consolidarse. Tener un brazo en el gobierno y otro en la calle permite al progresismo mantener las estructuras de organizaciones sociales o sindicales de las que provenimos la gran mayoría de los movimientos de izquierda en el continente, y permite también que el gobernante no se aleje de la realidad, que no se aleje de sus pueblos que son finalmente quienes le dieron la legitimidad de origen a esos gobiernos.
Una segunda gran lección es que cuando entras a gobernar desde la izquierda y desde el respaldo de las mayorías populares, no puedes gobernar para intentar contentar a quien no te votó y que te odia, que son esos sectores privilegiados con privilegios económico y políticos históricos, sino que tienes que gobernar para quienes te votaron; cambiar la calidad de vida de la gente como lo ha hecho Andrés López Obrador en México, sacar a miles de personas de la pobreza son tareas que no puedes dejar hacia adelante, sino que hay que tomarlas desde el primer día de gobierno porque es cuando mayor fuerza tienes para hacer transformaciones profundas y no solamente maquillajes superficiales.
Esas transformaciones no las tienes que defender sólo como gobierno, sino que el pueblo te ayuda a defenderlas, y el pueblo te respalda, y te apoya y te sigue, ya sea tratando de frenar una intentona golpista como está sucediendo hoy en Colombia, o dándote un triunfo con más del sesenta por ciento como sucedió con Claudia Sheinbaum Morena que garantiza otro período de transformaciones en México. Estas son dos lecciones aprendidas en estas dos olas progresistas que hemos tenido en el continente.
Estamos viendo lo que sucede en Perú, en donde a Pedro Castillo se lo detuvo por intento de golpe de Estado, supuestamente. ¿Por qué crees que existe esa doble vara de medir con respecto a la situación que se está viviendo en Perú que una golpista que está en el poder y nadie levanta la voz, y parece lo más legal del mundo, y por qué en otros países es totalmente diferente este acoso y derribo contra proyectos progresistas de América Latina?
Yo creo que en el caso de la OEA no hay una doble vara para medir a los gobiernos progresistas; contra los gobiernos progresistas de izquierda la OEA siempre ha actuado en contra, siempre ha sido un factor que en el mejor de los casos se ha quedado callada, y en el peor de los casos ha sido un factor activo para dar golpes de Estado, para romper procesos democráticos a los que se ha llegado con gobiernos de izquierda.
Sí hay una doble vara para medir a los gobiernos progresistas versus los gobiernos de derecha, y ahí si levantan la voz cuando sienten que está en peligro cualquiera de sus gobiernos de derecha, ya sea porque la gente se levanta para reclamar derechos o cuestiones justas que van perdiendo con gobiernos de derecha, como es el caso argentino en esta etapa en la que la gente está perdiendo derechos a la educación, a la salud, a las pensiones, etc; y cuando la gente se levanta, la advertencia primera es la que hace una ministra como Patricia Bullrich, tildando o metiendo en una bolsa del terrorismo a la gente que legítimamente exige su derecho.
Y luego eso se acompaña de voces internacionales que no tardarán en llegar de Estados Unidos, de la OEA, etc, etc, defendiendo las acciones de esos gobiernos que destruyen la economía de los sectores populares. Ahí sí hay una doble vara, pero creo que cada vez es más clara, tiene menos disfraces, y termina siendo terriblemente torpe. Lo fue en el caso de la OEA en 2019 con el golpe de Estado en Bolivia, también con el caso de Pedro Castillo que está injustamente detenido.
Luis Arce y Evo Morales ¿Crees que se puede arreglar la situación de Bolivia y que se pueda enfrentar a la derecha?
Yo creo que se complejiza cada vez más. En Bolivia la situación política interna del Movimiento al Socialismo se ha complejizado porque inicialmente no eran evidentes diferencias políticas o ideológicas entre Luis Arce y Evo Morales. Hoy esas diferencias son muy claras, en relación inclusive a las organizaciones sociales que son la base fundamental desde donde se construye el Movimiento al Socialismo como partido político.
Tú no puedes imaginarte que en un gobierno progresista -que proviene del Movimiento al Socialismo- pueda haber una persecución política tan dura contra la dirigencia sindical campesina, que terminen sentenciando a dirigentes campesinos a tres o cuatro años de cárcel por una movilización social.
Estas diferencias no tienen que ver solamente con la posibilidad de postulaciones de uno u otro candidato, tiene que ver con la habilitación o inhabilitación de Evo Morales para las elecciones del 2025. Hemos vivido congresos campesinos que han terminado con cuatrocientos heridos por intervención policial; son situaciones que parecen incompatibles con los valores y principios de ese Movimiento al Socialismo que inició su participación en elecciones hace poco más de veinte años en un congreso campesino.