Desde que Honduras ha dejado de ser el clásico portaaviones del imperialismo norteamericano contra los pueblos de la región, es objeto de la hostilidad y las maniobras desestabilizadoras de Wáshington.
A la decisión soberana del gobierno que preside la señora Xiomara Castro de rescindir el pacto de extradición que tenía con Estados Unidos, la respuesta injerencista y las presiones de todo tipo no han cesado. “La extradición es una valiosa herramienta de aplicación de la ley que ha beneficiado tanto al pueblo de Honduras como a Estados Unidos.
Urgimos firmemente (negritas nuestras) al Gobierno de Honduras a reconsiderar esta decisión», dijo a EFE un portavoz del Departamento de Estado de EEUU. “Urgir firmemente” es la voz de orden del imperio a quien sigue considerando parte de su patio trasero.
El gobierno de Castro ha advertido contra el intento de Estados Unidos de utilizar el pacto que acaba de derogar, como arma política contra sus funcionarios y dirigentes bajo el pretexto del combate al delito y el narcotráfico.
La embajadora de USA en el país istmeño Laura Dogu, en una expresión de injerencia descarada en los asuntos internos de Honduras, criticó la reunión de funcionarios hondureños con el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López.
El revés sufrido por Estados Unidos con la derrota de su candidato González Urrutia el 28 de julio en las presidenciales de Venezuela, ha exacerbado su agresividad y sus maniobras desestabilizadoras contra toda la región. Con el antecedente del golpe contra Manuel Zelaya en 2009, las fuerzas democráticas de Nuestra América deben estar alertas para defender la democracia y la soberanía de Honduras.
Dante Alfaro- Integrante del Encuentro Internacional de Escritores por la Libertad y de la Internacional antiimperialista de los Pueblos.