Por Miguel Ángel Ferris, Redacción de Revista TU VOZ, París, Francia.
En aquel momento, se le comparó con la deidad Júpiter, quien según la mitología romana controlaba todos los poderes sobre la Tierra.
En su discurso de toma de posesión éste aseguró que Europa necesitaba “una Francia fuerte y segura de su destino, que porte la voz de la libertad”. En tan sólo siete años, la deriva de su concepción del ejercicio del Poder y sus políticas neoliberales han dejado a la democracia del otrora país de la Declaración de los Derechos del Hombre y la Ciudadanía a los pies de los caballos de una ultraderecha que acelera la crisis larvada de la V República y abre paso al desmembramiento de la Unión Europea en múltiples identidades nacionales previsiblemente confrontadas.
El riesgo de repetir la Historia, con actores y países cambiantes pero bajo el mismo libreto, pone en guardia a las izquierdas políticas y sociales del país y alerta la opinión pública europea.Las pasadas elecciones al parlamento de la Unión Europea del 9 de junio han dejado un panorama confuso, cuyo desenlace ha puesto a amplios sectores de la ciudadanía en alerta.
Precisamente, cuando las brasas del Brexit se van apagando y se espera el ascenso del laborismo británico de nuevo al gobierno, la Europa del Bienestar, los Derechos y Libertades que este país abandonó dividido y confrontado por las fakenews y el pensamiento neocon, ahora se encuentra con un escenario posible de regresión histórica y reforzamiento de los otrora imperios con los que compitieron en dos Guerras Mundiales.
Volviendo al agitado escenario francés, Macron, acostumbrado al capitalismo financiero y de casino, ha decidido redoblar su apuesta en un ‘todo o nada’ que se asemeja más a la llamada ‘ruleta rusa’ de los acorralados oficiales rusos ante su segura derrota que al simple juego de inversiones, beneficios o pérdidas del tradicional sistema de Libre Mercado. Pero en realidad guarda un Plan bajo su almohada, lugar en donde los deseos se convierten en pesadillas cuando la realidad desmiente tus pretensiones.Ciertas ‘malas lenguas’ de la amplia oposición del país sospechan que la convocatoria inesperada y poco entendible de un adelanto electoral a mitad de su periodo presidencial, lo que se propone en realidad es la subida al gobierno de la ultraderecha para que ésta se queme políticamente en una gestión tortuosa en una Francia agitada y confrontada en la calle por las izquierdas, de manera que su figura vuelva a ser valorada como el único freno posible al nombramiento de Marine Le Pen, su verdadera contrincante.
Dicha jugada ya la llevó a cabo en el 2002 el candidato conservador Jacques Chirac, cuando la división del progresismo impidió una segunda vuelta con el socialista Lionel Jospin, favorito en las encuestas, y la reacción ante el ascenso del Frente Nacional fue la abrumadora mayoría obtenida por este primero en la segunda vuelta. Macron ya ha gastado dos cartuchos en anteriores presidenciales y se dispone a utilizar la misma coartada.
Con un altísimo desprestigio personal, fruto de su desgaste contra la voluntad popular, y un reciente apoyo electoral del 14%, el riesgo que asume para el modelo de Estado del Bienestar francés y su tradicional régimen de derechos y libertades, es máximo, quizás suicida.
Pero, aunque los riesgos personales que corre Macron son mínimos, puesto que personajes como él tienen asegurados futuros puestos en organismos internacionales, la gran Banca o consejos de administración de empresas públicas francesas, su apuesta no hace más que acelerar el final de la Vª República, cuya Constitución aprobada en referéndum el 1958 por el Pueblo galo, se basa en la mencionada Declaración de los Derechos Humanos (1789) y la Carta del Medio Ambiente (2004), cuya negación es parte del discurso y la práctica política en la Agenda internacional de la extrema derecha, ahora en ascenso.
Por tanto, estamos a las puertas de una confrontación múltiple que además se produce en un escenario europeo larvado por el belicismo, la sumisión a los intereses geoestratégicos y comerciales norteamericanos, el lawfare mediático y judicial y la construcción de un nuevo ‘chivo expiratorio’ que canalice el descontento y la frustración de las mayorías sociales golpeadas por las sucesivas crisis, es decir la inmigración y el ‘peligro islamista’ ya adoptado por los programas electorales de las derechas.
Hace dos meses en Paris se constituyó una Coalición de todos los Movimientos Sociales y Sindicales progresistas, con el objeto de parar la deriva liberticida y autoritaria de Macron. Nada hacía presagiar el ascenso brutal de las extremas derechas, con la suma de un 36%, en un país en donde había venido funcionando siempre el “cordón republicano” anti Le Pen.
Al dia siguiente del shock de las Europeas se aceleró el proceso de convergencia de LFI, Verdes, socialistas y comunistas, al que se sumarán cinco fuerzas sindicales con mayoría representativa y la sociedad civil organizada. Las manifestaciones hasta la fecha de las Legislativas van a ser una prueba de fuego para las fuerzas conservadoras, gobernantes y con opciones.
Por si faltara poco para complicar el panorama las protestas antifascistas se celebrarán en la antesala de la celebración de los Juegos Olímpicos de Paris cuyo inicio el 26 de julio vendrá precedido de numerosos actos públicos y la implantación de un sistema extremo de control ciudadano y limitación de libertades bajo la excusa del mantenimiento de la seguridad y la evitación de cualquier atentado.
Las acciones reivindicativas locales, internacionales y contra la participación del Estado genocida de Israel pondrán a prueba la “cohabitación” entre la coalición de izquierdas (Partido Socialista-Verdes-Comunistas) de la alcaldesa de Paris, Anne Hidalgo y la trayectoria represiva del Ministerio del Interior del gobierno de Macron.Todo está en juego. La ruleta ha empezado a girar y ya los tramposos y oportunistas de última hora están alzando sus apuestas. Alea Jacta est!
005 in the 20 corn oil diet and 2 buy priligy in the usa then moved on to IVF