Por Jesús Rivero, Rosario , Argentina
Un día de mucha tensión se vivió en el Congreso, efectuado por la derecha, para evitar que el progresista Bernardo Arévalo de León fuera investido como presidente y una marcada represión a los militantes y ciudadanos que estaban en la plaza esperando su asunción.
Finalmente el presidente de Guatemala tomo posesión de la presidencia del país en la madrugada del lunes.La toma de posesión estaba programa para la tarde del domingo, pero se atraso en más de 10 horas y varios jefes de Estado dejaron el país sin poder presenciar la ceremonia.
Fue un día de tensión política en Guatemala y más de 10 horas de retraso en la toma de posesión presidencial de Bernardo Arévalo, efecto de la suspensión de la juramentación de diputados electos al Congreso por maniobras políticas de sectores de la derecha legislativa que conforman la Comisión de credencialización y pidieron documentos que exceden los requisitos habituales, lo que frenó la calificación de credenciales de legisladores entrantes.
Con esta juramentación debió realizarse desde temprano la primera sesión del Congreso con los nuevos diputados al frente y eligiendo la presidencia directiva, cargo en disputa por la derecha para imponer a un representante del partido oficialista Vamos, afín al presidente saliente, Alejandro Gianmattei.
En una nueva maniobra de la derecha, la corte de Constitucionalidad dictaminó el mismo domingo la suspensión del Movimiento Semilla lo que impedía a los 23 nuevos diputados de este partido ocupar las bancas y ser parte de la Junta directiva durante el periodo 2024-2025, dictamen que los obliga a ser independientes sin partido durante el periodo 2024-2028.
Además les fue negado un amparo contra esta determinación, a pesar de que la propia corte había determinado en 2023 que podrían ocupar el cargo del mismo modo en que fueron electos.
Con el correr de las horas la mayoría de los países y OEA (Organización de los Estados Americanos) emitieron comunicados llamando a que se reconozca el proceso democrático en Guatemala y que Arévalo finalmente fuese investido.Tanto el Congreso con el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, donde se esperaba la investidura de Arévalo, había una multitud de militantes y conciudadanos, los cuales sufrieron una brutal represión.
Ante el retraso, el vicepresidente de la Comisión Europea Borrell Fontelles, impulsó una declaración conjunta de representantes internacionales presentes en respaldo a Bernardo Arévalo de León, y también se realizó una reunión de emergencia de cancilleres donde se exigía que se avanzará en la toma de protesta.
El retraso impulsado desde la derecha y con el apoyo del Ministerio público fiscal tenía el objetivo de evitar la toma de posesión de Bernardo Arévalo de León, o que ocurra una situación de extrema debilidad para marcarle la cancha al nuevo gobierno.
La propia Fiscalía viene emitiendo fallos contra la bancada del Partido del presidente electo, Semilla, y dejando en duda la legitimidad, nacido en las protestas contra la corrupción que se registraron en 2015.Según, la ley guatemalteca estipula que el presidente debe dejar su puesto cuatro años después de asumir sus funciones es decir el 14 de enero de 2024, luego de asumir el 14 de enero de 2020.Giammattei, hizo entrega de un informe del Gobierno el pasado viernes 12 de enero, pese a que desde que se instauró la apertura democrática (tras los acuerdos de paz) en 1986 todos los presidentes que se despiden han asistido el 14 de enero al Congreso para ser relevados.
Lo que destravo la maniobra que frenaba la investidura fue la negociación parlamentaria que avanzada la tarde termino en con la elección de uno de los miembros de Semilla para presidir la nueva legislatura.
El diputado del partido de Arévalo, Samuel Pérez Álvarez fue elegido presidente del Congreso de Guatemala para el periodo 2024-2025. Tras lograr acuerdos con distintas bancadas y sumar los 90 votos necesarios (teniendo en cuenta que el Movimiento Semilla, sólo cuenta con 23 diputados de los 160 que componen el organismo legislativo).
La planilla opositora, con 75 votos, fue la de la diputada Sandra Nivel, del partido Valor, de la ex-candidata presidencial Zury Ríos, y aliada a la agrupación política Vamos, del presidente saliente, Alejandro Gianmattei.
Luego del intento de golpe jurídico de la derecha coloquial contra la asunción (investidura) de Bernardo Arévalo de León. Las protestas en las calles, en conjunto con el apoyo internacional y sobre todo el empuje del voto popular, es decir la democracia, hicieron posible lo obtenido en las urnas.