Conspiración climática: ¿la guerra que se viene?

Juan Luis Pérez , Redacción Revista TU VOZ

Declaraciones preocupantes de Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, preocuparon a la comunidad internacional cuando expresó frente a la ONU su agradecimiento por no utilizar el clima como arma de guerra.

¿Hay un mensaje oculto detrás de sus palabras?

Ante la asamblea de la ONU, el presidente de Ucrania Volodimir Zelenski causó conmoción al denunciar que Rusia está empujando al mundo a una «guerra final».

En esa misma línea sostuvo que Vladimir Putin utiliza los alimentos y la energía como armamento, dos frases que generaron preocupación, pero fue una tercera la que más llamó la atención de los presentes y también de los expertos.

Esto ocurrió cuando Zelenski le agradeció a Dios porque el clima aún no puede ser utilizado como arma. «Se puede adiestrar a la Inteligencia artificial para usos bélicos. Imagínense, gracias a Dios que todavía no hemos aprendido a usar el clima como un arma», expresó el mandatario frente a la ONU.

Junto con sus declaraciones, empezaron a correr los rumores de teorías conspirativas que revivieron viejos acontecimientos y conflictos, teniendo muchos países señalándose entre sí.

En contexto, cabe destacar que hasta ahora no se conocen de manera oficial las denominadas «armas climáticas» y que sólo hay sospechas de que estas ya están en desarrollo y que podrían provocar desde devastadores incendios como los que ocurrieron este año en Hawái o los del año 2021 en la Siberia rusa.

Las armas climáticas, Estados Unidos, Rusia, China, Corea del Norte, Japón, Francia, Reino Unido y Alemania son solo algunos países que sospechan o se acusan de haber utilizado rayos láser satelitales o antenas de alta frecuencia para provocar desastres naturales.

Operación Popeye: cuando el clima se usó como arma de guerra.

En la Guerra de Vietnam y por primera vez, fuerzas militares modificaron el ambiente con fines hostiles. Cuando se supo, la humanidad acordó prohibir manipular el ambiente como un arma.

Este es un ejemplos que ya paso del plano de los ensayos hacia la práctica, es el más viejo de ellos, se remonta a la guerra de Vietnam cuando en 1967 Estados Unidos modificó el clima del lugar para evitar el avance logístico del Vietcong (Frente Nacional Liberador de Vietnam) produciendo intensas lluvias y extendiendo la temporada de monzones en la región.

Denominado «Proyecto Popeye», que en ese entonces era ultrasecreto, se trató de inyectar gránulos de hielo seco a las nubes para que a los pocos segundos estas puedan disiparse en forma de lluvia; maniobra descubierta por el premio Nobel de física Irvin langur en 1946.

Esto fue lo que hicieron los militares de Estados Unidos en Vietnam y después en Camboya, pero añadiendo letalidad al experimento. Al hielo seco le agregaron yoduro de plata y yoduro de plomo para envenenar el lugar y así destruir los cultivos de arroz.

La logística de las fuerzas comunistas era imparable. El Ho Chi Minh era un conjunto de senderos y caminos de 16.000 km de longitud total, controlado por la República Democrática de Vietnam (Vietnam del Norte, comunista) que, atravesando territorio de Laos y Camboya, llegaba a la República de Vietnam (Vietnam del Sur), por el que transitaban combatientes, armas y material de guerra destinados a la resistencia comunista.

Para los norteamericanos era prioritario cortar esa cadena logística para vencer la guerra.Las tácticas y estrategias militares empleadas por las fuerzas norteamericanas no estaban dando resultados. Había llegado el momento de mirar al cielo, pero no precisamente en búsqueda de ayuda divina.

Sembrar nubes, cosechar lluvias.

El 13 de noviembre de 1946, Irving Langmuir experimentó una alegría similar a la del día en que se enteró que había ganado el Premio Nobel de Física.

Estando en el aeropuerto de Schenectady, Nueva York, observaba el vuelo de una avioneta desde la que su asistente, a unos 4000 m de altura, lanzaba gránulos de hielo seco sobre una nube.

Luego de unos segundos, la nube comenzó a disiparse, transformada en lluvia. La alegría de Langmuir era lógica: había encontrado una forma de controlar el clima.

Cuando en 1972 se descubrió la maniobra, el Pentágono tuvo que dar explicaciones frente al Senado de los Estados Unidos, a lo que se sumó la resolución del cuerpo legislativo de 1973, prohibiendo el uso militar de cualquier técnica de modificación ambiental o geofísica.

Teorías conspirativas y realidad actual

Otro ejemplo, y mucho más cercano, ocurrió el 7 de abril de este año, cuando Corea del Norte anunció que volvió a probar su dron submarino nuclear capaz de generar tsunamis y tsunamis radioactivos. Un artefacto similar al submarino ruso conocido como «Poseidón» y que es capaz de generar olas lo suficientemente letales que en cuestión de minutos podría inundar una superficie equivalente a la de Reino Unido.

En agosto de 2021 el gobierno de Putin sospechó que las llamas sin precedentes que devoraron los bosques de Siberia fueron producidas por el gran calentador ionosférico que la fuerza aérea de Estados Unidos instaló en Alaska.

El Kremlin hace referencia a un misterioso proyecto conocido por las siglas «HAARP», que traducido al español significa «Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia».

¿De qué se trata HAARP?

Este proyecto consta de 180 antenas ubicadas en instalaciones militares que funcionando en conjunto actúan como una sola antena que emite un billón de ondas de radio de alta frecuencia, las cuales penetran en la atmósfera inferior, y que, por ejemplo, direccionado en una región como Siberia podría producir un calentamiento muy elevado del medio ambiente local; capaz de generar una atroz sequía y los consiguientes incendios.

Algo similar ocurrió tan pronto se desataron los incendios que devoraron parte de la isla de Hawái, donde circularon versiones de que estos habían sido provocados por la emisión de un rayo láser desde un poderoso satélite chino.

Hasta ahora es solo una teoría conspirativa, ya que expertos aseguran que ningún satélite que se mantiene en órbita por celdas de energía solar tiene la capacidad de producir un rayo láser de tal intensidad como para provocar un incendio.

Por otro lado, es cierto que rayos satelitales de Rusia, China y Estados Unidos fueron apuntados contra objetivos en la tierra y que incluso fueron filmados y vistos por las noches.

Después de este recorrido por varias de las teorías conspirativas internacionales, las armas climáticas que mencionó el mandatario ucraniano no parecen tan lejanas sino, que abren la puerta a un peligro que puede resultar inminente.

Aparte ¿Quien nos dice que ya no se estuvieran probando y son las causantes en gran medida del Cambio Climático y la destrucción de nuestro planeta Tierra?.

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