Por Jesús Ariel Rivero desde Rosario, Argentina.
Las elecciones del pasado 22 de octubre, en las que se impuso el candidato de Unión por la Patria Sergio Tomás Massa parecen corresponder con algo más de coherencia a la historia política nacional.
Igual no dejan de presentar aristas insólitas que suman incógnitas en el camino que se haber ahora, con la vista en el balotaje del próximo 19 de noviembre.En la votación de lo que finalmente será la primera vuelta, el ganador de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) repitió su 30%, mientras que Massa protagonizó una espectacular remontada de diez puntos para imponerse como primera fuerza con un 36,7 % de los votos. Patricia Bullrich la candidata de Juntos por el Cambio, que en la primaria había quedado segunda (sumando los votos del derrotado Jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta), se desplomó más de cinco puntos (23,8%) quedando fuera de la carrera presidencial. Mientras que Juan Schiaretti sumó 6,8 y por último Myriam Bregman con un 2,7%.
Después de acusar el tremendo impacto de las PASO, el peronismo movió su estructura poniendo en marcha su máquina quedando plasmado en las urnas.
Es cierto que la de este domingo fue la peor elección de su historia, perdió provincias que solían ser su bastión e incluso quedo sin mayoría en el Senado.Pero también es cierto que cuando se decide poner en juego algo de su aparato a nivel nacional, alineándose tras un candidato que por fin parece decidido a dar la pelea por la Presidencia, es capaz de eventos que rompen toda predicción.
El pasado domingo Sergio Tomás Massa sumo casi tres millones de votos respecto de las Primarias e imponerse en ocho provincias en las que había sido derrotado (lo espectacular de ésta recuperación, además, confirma indirectamente las múltiples acusaciones sobre la complicidad peronista con los armados de Milei en varios distritos para las elecciones primarias, justificada cómo estrategia para restarle votos a Bullrich).
La coalición del expresidente Mauricio Macri fue la gran derrotada de la jornada. Los votos de su candidata, Patricia Bullrich, alcanzan la mitad de lo que obtuvo Macri al despedirse del poder en el 2019, una cosecha que bien podría leerse como el final de la carrera política de la ex ministra de Seguridad.Más allá de una campaña electoral absolutamente desmantelada y de las denuncias de traición contra Mauricio Macri el cual no paro de coquetear con Javier Milei el candidato de La Libertad Avanza, abriendo una crisis interna que podría derivar en un eventual quiebre del espacio.
Es imprescindible tener en cuenta el voto emocional, ya que fue el que jugo en las Primarias Abiertas Simultáneamente y Obligatorias y en las Generales del pasado 22 de octubre. En la primera se expresó la bronca y en la segunda el miedo.Esto explica la sorprende elección de Sergio Massa que pudo imponerse con claridad pese al lastre de su doble rol de ministro de Economía, Un caso inédito en la historia electoral moderna.
La etapa que eventualmente puede abrirse después de evitar el abismo ultraderechista no habilita ningún optimismo ingenuo, ya que la profunda crisis económica, el contexto internacional y el ahogo de la deuda externa ejercerán brutales presiones hacia una profundización del ajuste en curso.
Los mismos votantes de Unión por la Patria, las fuerzas políticas y organizaciones sociales tendrán que ser los reguladores de que los costos no recaiga sobre los trabajadores, los sectores más vulnerables.En vista al 19 de noviembre el triunfo de Sergio Massa por más de 6 puntos lo deja mejor posicionado que al candidato liberal Javier Milei, pero la lucha por los votos será encarnizada.
En lo que respecta a una eventual victoria de Javier Milei implicaría una derrota estratégica para los trabajadores, la eliminación de los derechos democráticos más elementales, es decir un retroceso histórico a nivel nacional.La tarea de la hora sigue pasando por evitar a toda costa el acceso de la ultraderecha al poder.
Las elecciones generales del pasado 22 de agosto indican que el país no está dispuesto al suicidio político. El Pueblo argentino, que ha sido protagonista de gestas históricas, con su identidad de marcada conciencia social buscará impedir el ascenso de la derecha.
La elección del 22 de octubre fue un paso importante, pero queda por delante mucho trabajo. De acá al 19 de noviembre falta muchísimo y en la politica Argentina es un montón de tiempo, puede devenir cualquier contingencia, siempre inducida por los factores de poder.