SITUACION ECONOMICA MUNDIAL Y LATINOAMERICANA con la Guerra de Ucrania.

AUTOSUICIDIO COLECTIVO ECONOMICO.

«Crisis energética, económica y de valores, desinformación y carrera armamentística causas y efectos de políticas belicista «

GAS Y ALIMENTOS y una economía mundial desvastada con los EEUU enriqueciéndose con las desgracias de EUROPA

Por Alex Flores , Círculo Podemos Ecuador-Perú , Coordinador de Grupo Comunicación Red de Círculos Podemos Latinoamérica

Vaya por delante nuestra solidaridad y pesar por el sufrimiento aplicado de forma cruel al pueblo ucraniano y también al pueblo ruso, víctimas de una ambición netamente económico-financiera de unos pocos oligarcas… de lado y lado.

Mis compañer@s me han delegado la difícil tarea de escribir un artículo en base al impacto económico de la invasión rusa a Ucrania. Misión complicada por lo complejo del tema, pero que desde TU VOZ no podíamos pasar por alto y que, sin ser ni mucho menos un especialista en el tema, intentaré dar una visión desde los de “a pie”, de los “de abajo”, desde el pueblo.

En esa perspectiva, reafirmamos la posición de PODEMOS, que estamos en contra de cualquier acción bélica en cualquier parte del mundo y que apostamos sí o sí por el diálogo, la diplomacia, el derecho internacional y por consiguiente en la PAZ.

Todo conflictos bélicos, toda guerra, tiene su origen, su detonante, que cuando se inicia en este caso la invasión de Putin a Ucrania, estos orígenes se pierden, se dejan de analizar y se pasa únicamente en el “análisis” de la guerra en función de la propaganda bélica de uno y otro bando. Pero si no conocemos o al menos delineamos sus orígenes, se difumina todo, que es lo que se intentará aquí de recapitular para entender mejor, sino todo, al menos poner el foco en dónde y cómo se originó este desastre sobre todo humano.

Pero antes de entrar el tema del brutal impacto económico, motivo de este artículo, es necesario anclar a breves rasgos algunos aspectos históricos, para intentar comprender de dónde viene todo este desastre y que pone en grave riesgo incluso la supervivencia humana, en un posible conflicto nuclear a gran escala.

Es así que como en el pasado, con Sadam Husein en Irak o Muamar Gadafi en Libia, aliados mimados por occidente, cuando no les fueron útiles o serviles, fueron aniquilados; por poner sólo dos ejemplos, lo que está sucediendo en Ucrania tiene similares orígenes y donde occidente, más concretamente EE.UU., está “cosechando” su propia estrategia de codicia y saqueo internacional.

Esos orígenes se remontan 42 años atrás, cuando en la ex Unión Soviética se inicia un proceso de “reestructuración económica”, que es concretada en 1985 por Mijaíl Gorbachov, quien anhelaba un sistema híbrido entre el capitalismo y el comunismo, una especie de quedarse a mitad de camino entre uno y otro… una apuesta del todo ingenua, que raya en la estupidez; porque o se es una cosa o la otra, no las dos.

Esa “apertura” soviética rápidamente fue aprovechada por los máximos representantes del capitalismo salvaje de aquel tiempo: Ronald Reagan y Margaret Thatcher, quienes mimaron y cobijaron a Gorbachov, a sabiendas que esto abría las puertas para apropiarse de los recursos naturales e infraestructura soviéticas.

Pero Gorbachov no brindaba todas las “garantías” o mejor dicho no era lo suficientemente avezado para instaurar un cambio radical, un shock económico y financiero a gran escala en la ya desintegrada Unión Soviética. Así que en 1991 EE.UU. y el Reino Unido propiciaron que Boris Yeltsin se hiciera con el poder de la Federación Rusa, incluso con un golpe de Estado y que en 1993 bombardeando el mismísimo parlamento ruso con tanques, se proclamase a efectos prácticos dictador “temporal”, asesinando a decenas de congresistas y encarcelando a los supervivientes. Occidente miró esto con beneplácito, a fin de cuentas, Yeltsin era el personaje que requerían: corrupto y ambicioso de poder.

Es así como de inmediato la cúpula oligarca corrupta rusa se hizo con todos los recursos naturales e infraestructura estatales, un proceso agresivo de privatizaciones que hizo multimillonarios a unos pocos y sumergió a la población rusa en general en la pobreza y a cerca de 210 millones de personas en la extrema pobreza… excepto claro los nuevos oligarcas multimillonarios rusos y sus socios (transnacionales) norteamericanas y europeas ¿Derechos humanos, derechos sociales del pueblo ruso? No importaban, ni a George Busch (padre)l sucesor de Reagan y luego a Bill Clinton, sólo les interesaba el impune saqueo haciendo de paso ricos a sus socios “locales”.

Pero en esta literal borrachera de poder e impunidad, Yeltsin sacaba a relucir esto en sus continuos grotescos y bochornosos “deslices” diplomáticos, producto de su alcoholismo que los servicios secretos de occidente ocultaban, pero que cada vez eran más difíciles de cubrir. De hecho, a la aguda crisis económica de Rusia allá por los ’90, se le llamó “el efecto vodka”. Por lo que era necesario sacar a Yeltsin ¿Y a quién pusieron en su lugar? Pues a Vladimir Putin, pupilo y amigo cercano de Yeltsin.

Con lo cual, Putin es puesto en el 2000 como Presidente de la Federación Rusa, quien obviamente no cambiaría nada de la senda marcada por sus mentores y hasta la actualidad mantiene una política ultraconservadora, neoliberal y evidentemente manteniendo a la oligarquía rusa y occidental “contentas”.

En la desintegración de la ex Unión Soviética, las repúblicas resultantes no dudaron en asumir el mismo esquema de saqueo y corrupción a gran escala, entre ellas Ucrania, que sumieron al pueblo ucraniano a una constante inestabilidad política, con presidentes corruptos (Yúshchenko, Yanukóvich, Turchínov, Poroshenko y Zelenski) con denuncias de fraudes electorales, disoluciones ilegales del parlamento, huidas fuera del país, presidentes unos pro-Rusia, otros pro-Occidente. Si acaso lo único “estable” era la corrupción, el saqueo y que al igual que en Rusia el sistema neoliberal enriquecía a unos pocos de la élite oligarca ucraniana.

Rusia, EE.UU. y la UE se sentían muy “cómodos” con este esquema de corrupción ¿Derechos humanos, derechos sociales del pueblo ucraniano? Sin importancia, igual que con el pueblo ruso, mientras todos sacasen su multimillonaria tajada era lo de menos y mientras el esquema no se saliese mucho de contexto para los intereses de unos y otros.

Este esquema de saqueo y corrupción de los oligarcas ucranianos era caldo de cultivo propicio, el “efecto llamada”, para que “empresarios” occidentales llegasen a Ucrania a sumarse al “festín”. Entre ellos uno relevante: Hunter Biden, hijo del actual Presidente de EE.UU. Joe Biden.

Según el New York Times, Hunter Biden fue parte del consejo directivo de la empresa Burisma Holdings, que controla el gas en Ucrania. Según este informe, Hunter Biden está siendo investigado con relación a su participación en esta empresa por evasión fiscal, banqueo de capitales y tráfico de influencias; algo que también publicó el diario El País de España.

Se conoce que estos delitos estaban siendo también investigados por un fiscal ucraniano, Viktor Shokin, a quien Joe Biden ordenó sea destituido, todo esto cuando era Vicepresidente de EE.UU. en el gobierno de Obama, chantajeando al gobierno ucraniano que de no hacerlo paralizaría unas ayudas de varios miles de millones de dólares del gobierno estadounidense. El fiscal en efecto fue despedido.

El origen de esta masacre y riesgo mundial de aniquilación.

Es precisamente éste el origen de la masacre en Ucrania, los intereses económicos y financieros de unos y otros, que para nada tienen que ver con la defensa de los derechos humanos o sociales del pueblo ucraniano en general.

Por Ucrania atraviesan gasoductos desde Rusia, por los que Rusia paga un “peaje” para que su gas llegue a Europa de varios miles de millones de dólares y este esquema se ha mantenido inalterable, ya que empresas como Burisma Holdings obtiene inmensos beneficios.

Y todo iba bien para estos emporios rusos y occidentales, hasta que se firmó el acuerdo entre Alemania y Rusia para la construcción del gasoducto Nord Stream 2, el segundo gran gasoducto que atravesando el mar Báltico conectaría directamente los yacimientos de gas rusos al norte con Alemania. Una inversión donde los dos países invirtieron a parte iguales cerca de 12.000 millones de dólares.

He aquí el inicio del conflicto ¿Por qué? Porque evidentemente al trasladarse el suministro de gas a Europa por este nuevo gasoducto, el “peaje” del gasoducto que atravesaba Ucrania se reducía, en detrimento de los oligarcas ucranianos y de sus socios occidentales. Además, esto ponía en riesgo el comercio de gas licuado que EE.UU. vende a Europa a un precio el doble del precio del gas ruso y que incluso es de menor calidad, producto de su esquema de explotación inducida vía fracking.

Si bien Hunter Biden, hijo del actual Presidente norteamericano Joe Biden, aseguró que a inicios de 2020 se desvinculó de Burisma Holdings, puede, como en muchos otros casos, seguir vinculado vía paraísos fiscales, testaferros, ingeniería financiera y fideicomisos; con lo cual, el interés del entramado Biden es evidente, sin mencionar el interés detrás de bambalinas del otro entramado corrupto norteamericano: los Bush.

Y es evidente este interés, porque una de las primeras acciones que realizó Joe Biden al llegar a la Casa Blanca a finales del 2020, fue amenazar a Alemania y a Rusia que no dejaría que el nuevo gasoducto Nord Stream 2 entrase en operación y que haría “lo que fuese necesario” con tal objetivo; amenaza que la mantuvo durante todo el 2021.

Alemania y Rusia desoyeron estas amenazas y continuaron con la construcción del gasoducto, incluso con todos los palos en las ruedas que desde el Parlamento Europeo se hacía en este sentido, como el continuo retraso de los permisos de operación europeos. Hasta que a inicios de 2022 estaba listo para entrar en operación.

Es entonces que Joe Biden da un paso más y efectiviza sus amenazas, advirtiendo que de entrar en operación el gasoducto agilitaría todo para que Ucrania ingresase al OTAN con la complicidad y el apoyo de los corruptos oligarcas ucranianos en el poder, con el Presidente Zelensky a la cabeza. En respuesta Putin moviliza buena parte de su ejército a la frontera de Ucrania.

Es así que en medio queda expuesto el pueblo ucraniano, a merced de la avaricia y la codicia de unos y otros, dado que de un lado los oligarcas rusos son los que controlan el gas ruso y del otro lado, pues lo mismo; ya que cuando se habla de la venta de gas licuado de EE.UU. a Europa, no se trata de una empresa estatal y que estos enormes beneficios irían al pueblo norteamericano; no, son emporios privados donde unos pocos se hacen multimillonarios.

De aquí en adelante el resto de la historia, por desgracia la conocemos y ahora estamos inmersos en una propaganda bélica de unos y otros, en la cual es muy difícil saber a ciencia cierta qué tanto de verdad hay. 

Y claro, inmersos en esta macabra propaganda bélica, como si de un videojuego se tratara, se difumina el origen de todo este desastre.

El costo humano y el costo económico.

Lo diré alto y claro: a estos psicópatas de lado y lado les importa un bledo si para defender sus míseros intereses económicos-financieros tienen que masacrar y asesinar a miles de personas inocentes, en este caso al pueblo ucraniano… aunque no es el único pueblo víctima de esta barbarie, hay al menos diez conflictos bélicos similares en el resto del mundo, que se los ocultan, Yemen o Palestina son sólo dos ejemplos.

En lo económico, ya se siente uno de los peores escenarios para cualquier economía de cualquier país: la estanflación, que significa que se detienen bruscamente el crecimiento y a la para existe una subida estrepitosa de la inflación. Teniendo en cuenta que recién se estaba saliendo de los efectos económicos producto de la pandemia, un impacto de estas características, con incremento brutal de los costes de energía, hacen que las proyecciones sean desastrosas se mire por dónde se mire.

Y en tremenda situación, a Alemania no se le ha ocurrido mejor cosa que incrementar su presupuesto bélico en varios miles de millones de euros; cuando no están precisamente en un período de bonanza.

España es un ejemplo de los más patéticos, porque al Presidente Pedro Sánchez no se le ocurrió mejor cosa que, yendo contra la posición histórica de España respecto al Sahara e incluso yendo contra una de sus propuestas de campaña, retiro su apoyo al pueblo saharaui y se posicionó del lado del corrupto monarca marroquí.

Pero ¿Por qué hizo esto Sánchez en pleno inestabilidad geopolítica mundial? Para literalmente obedecer la orden de la Casa Blanca, de tal forma que España entrase en conflicto con Argelia, su principal proveedor de gas y aliado del pueblo saharaui; con el objetivo de conducir a España a la inevitable decisión de comprar a EE.UU. su gas licuado, dado que a España no llega el gas ruso.

Pedro Sánchez sigue así una larga y perenne historia del PSOE y del PP de obedecer sin rechistar al Tío Sam, en una posición de falta de dignidad y soberanía. En este punto Sánchez debería al menos declarar que España ha sido, es y será un país vasallo de los EE.UU. y comunicarlo al pueblo español, para que al menos él sea reconocido como “gobernador norteamericano” y que al menos se les deje votar como Estado adherente en las próximas elecciones gringas… ya puestos a quitarnos las caretas ¿No?

Argelia ya anunció que mantendrá el precio de su gas a los países a los que lo vende… excepto a España, al que aplicará en represalia un incremento considerable. Esto si no decide cortar dicho suministro, dado el acuerdo con Italia de construir urgentemente un gasoducto y así dejando expedido el camino para que las trasnacionales norteamericanas vendan a un precio mucho mayor su gas licuado a España.

Las cifras oficiales para España respecto a la inflación galopante, producto de la guerra en Ucrania y sus efectos, se sitúa cerca del 10%, aunque hay expertos que señalan que esta cifra puede superar el 14,8%, una barbaridad. A la par, descontando el “rebote económico” de la pandemia, efecto obvio luego de tocar fondo en 2020 y 2021, sitúa el crecimiento de España en poco más de 0,2%, claro ejemplo del efecto de la estanflación antes referida.

Ante un escenario de estas características ¿Cómo podrá España financiar el inducido incremento de energía que deberá pagar? Una alternativa es abrazar el modelo neoliberal, reduciendo inversión pública y elevando los impuestos, algo que políticamente no le conviene a Pedro Sánchez ¿Y entonces? ¿Cuál sería la otra alternativa? Financiarse en los mercados internacionales, vía deuda externa, a fin de cuentas, Rodríguez Zapatero ya reformó entre gallos y medianoche el artículo 135 de la Constitución española, para que el endeudamiento agresivo sea cubierto como prioridad estatal, allá por septiembre del 2011.

Según el último dato publicado por el FMI, la deuda externa de España supera el 118% de su PIB; es decir, puede estar en torno a los 2 billones de euros (sí, con “B” de a lo “bestia”) o dicho de otra forma, aún cuando (algo inverosímil) España destinase todo, absolutamente todo de lo que produce en bienes y servicios durante un año entero, no le alcanzaría para pagar la actual deuda externa.

En este contexto, España se dirige a ser otra Grecia, país que ya no es país, es un conglomerado de personas que son propiedad del FMI y sus acreedores, que básicamente es la banca alemana, británica, española y norteamericana, los “fondos buitre”. Si a esto se suma el tremendo incremento del precio del petróleo, el panorama para España es aterrador.

El ejemplo español se aplica a todos los países de la zona euro, con la diferencia que unos sabrán sacarle mejor “partido” en detrimento precisamente de la Europa pobre, de la Europa mediterránea, pero sin que esto quiera decir que el pueblo europeo en general tenga que pagar los verdaderos efectos económicos de esta guerra.

Pero no sólo está el drama energético, también está el alimenticio. Ucrania y Rusia son los principales proveedores de cereales y otros alimentos a Europa (y al mundo), que incrementarán los costes en muchos alimentos que dependen de este suministro paralizado.

En este contexto, en el agrícola, hay otro factor tremendo del que la élite europea y norteamericana calla: los fertilizantes, cuyo precio está yéndose por las nubes, lo que implica que existirá dentro de poco una crisis alimentaria a gran escala, más de la que ya se está sintiendo. Si a esto se le suma la crisis de los contenedores, uno de los terribles efectos del confinamiento en la pandemia, la cosa se pone muchísimo más dura.

Y si Europa “tose”, a América Latina le da una pulmonía, continente donde si bien el tema energético es menos acuciante que en Europa, el saqueo de sus recursos naturales está a la vista, más del que de por sí las grandes potencias hacen. Latinoamérica puede afrontar de mejor forma la crisis alimentaria; pero no está exenta de esto e igual será golpeada, porque también necesita de esos fertilizantes que no es capaz de producir y que depende de las importaciones del norte.

Si a todo esto se suma que, tanto el BCE en Europa como la FED en EE.UU., han anunciado una potente subida de los tipos de interés como nuca antes se haya visto, provocará que los mercados financieros estén medianamente protegidos, la élite, más no los pueblos. En España, por ejemplo, cuya ley hipotecaria está sujeta a la variación del euribor, con estas subidas de interés que podrían darse en los próximos meses, el incremento de un día para el otro de las hipotecas podría estar entre 400 y 500 euros más al mes, algo que para las maltrechas economías familiares españolas serían un caos. Se avizora, por desgracia, un durísimo e inhumano incremento de los desahucios en España.

Los mercados financieros, concentrados en el S&P500, IBEX 35, Nasdaq, Wall Street, UK 100 y NIKKEI, ya están en números rojos, la subida de las tasas de interés por tanto es urgente para estos mercados; que los protegerán muy temporalmente, para desplomarse de nuevo, por una “implosión”, dado que ya no habrá dónde colocar sus capitales y esto hará que la mortal crisis del 2008 parezca un juego de niños.

El panorama es por tanto sombrío, muy sombrío y desesperanzador.

La III Guerra Mundial.

A efectos prácticos estamos ya en una III Guerra Mundial, en lo económico, que está afectando seriamente a los pueblos a nivel mundial, sólo que no se ha llegado a apretar el “botón rojo”.

Algo que podría darse en cualquier momento, porque Rusia ha dado un paso letal para el sistema FIAT a nivel mundial y al sistema mismo de esta Matrix: evadir el dólar y exigir que, si quieren su gas y petróleo, deben pagarles en rublos. Esta es quizás la mayor razón para las invasiones en antaño de EE.UU. a Irak y luego a Libia, cuando Husein primero y Gadafi después, quisieron apartarse del dólar ara la venta de su petróleo.

Es exactamente que ahora ha hecho Rusia, ir en contra del modelo del petro-dólar, que es una seria amenaza para la hegemonía de EE.UU. a nivel mundial con su moneda y que puede llegara la cabeza de estos psicópatas comandados por Biden a “razonar” que, si no son ellos los amos del mundo, pues que no haya mundo. Y por el otro lado, los corruptos oligarcas rusos y ucranianos, puede que también tengan este mismo “razonamiento”. Así que el peligro de una guerra nuclear a gran escala es muy serio.

Rusia ya ha cumplido una de sus amenazas, cerrando el suministro de gas a Polonia y Hungría. En este sentido, Alemania y Francia han dicho que intensifican las sanciones contra Rusia y que ya no comprarán el gas ruso… hasta ver cómo va el primer trimestre del 2023.

Además Rusia en estos días ha logrado salir del “default” para poder pagar sus bonos de deuda externa, burlando las sanciones impuestas por occidente, a través de una maniobra del Banco Central de Rusia y que los bonistas no han desaprovechado en cobrarlos. Este dato es sumamente importante, porque pone en entredicho el sistema de pagos internacional swift y que no le hace nada de gracia a EE.UU.

Esto último es muy relevante (y con esto ya termino), porque pone de manifiesto que una nueva forma de comercialización es posible, con modelos de pagos internacionales fuera del chulquero norteamericano, el “contable” que sólo registra las transacciones de todo el mundo que, por certificarlo en su libro, cobra una comisión (el swift).

Es quizás lo único “positivo” en todo este desastre, porque esto permitiría a Europa y a América Latina, poder comercializar mejor y a precios más razonables, sus productos y mercancías tanto a nivel regional como transatlántico… pero claro, con los gobernantes que tenemos a los dos lados del charco, esto es casi que una utopía, salvo que los pueblos se organicen de verdad, luchemos por nuestra propia supervivencia y desterremos a tanto psicópata a base de la lucha social y popular.

Es ésta la razón por la que los mas media a nivel mundial nos “informan” cada vez menos de lo que ocurre en Ucrania, más allá de la propaganda bélica, intentando ocultar lo grave de la situación para que los pueblos no se rebelen en todo el mundo y sigamos como simples espectadores de una macabra obra de la OTAN y del nacionalismo ultraconservador ruso, que si seguimos así de impávidos podrán un buen día desaparecernos definitivamente como especie humana y con nosotros, el resto de vida que conocemos.

Hay dos fichas en este tenebroso puzle que no he abordado: China y la India, pero eso es ya tema de otro análisis… por lo pronto y tal como se están dando los acontecimientos, no nos toca más que de momento exclamar: que Dios nos pille confesados.

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