El Pacto de Estabilidad y la Unión Bancaria en la Eurozona generó una tensión entre Fratelli d’Italia y la Liga Norte en la búsqueda de un desenlace que podría crear las condiciones, según Meloni, de cara a un rediseño de las negociaciones con la Unión Europea.
El Mecanismo Europeo de Estabilidad fue creado por un tratado intergubernamental, al margen del marco jurídico de la UE, en 2012. Su función básica es conceder, en condiciones precisas, ayuda financiera a los países miembros que –a pesar de tener una deuda pública sostenible– encuentren dificultades temporales para financiarse en el mercado.
La condicionalidad varía según la naturaleza del instrumento utilizado: en el caso de los préstamos, adopta la forma de un programa de ajuste macroeconómico, especificado en un memorando específico; es menos estricta en el caso de las líneas de crédito precautorias, destinadas a países en condiciones económicas y financieras fundamentalmente sólidas.
Unas condiciones exigentes que han tenido como consecuencia que Italia, cuya situación financiera sigue siendo comprometida, se haya convertido en el único país europeo que sigue sin ratificarlo.
Su cumplimiento estricto podría sembrar una ola de descontento social entre los votantes más «populares» de Meloni. De ahí su voluntad de ganar tiempo para poder negociar ciertas modalidades y evitar brechas entre sus socios de Gobierno.
Nadie quiere que Italia entre en barrena y arrastre a Francia y España del sur Europeo, ya Alemania se encuentra en recesión en todos los aspectos.
El problema es que la deuda pública italiana, que el FMI prevé que acabe el año en el 148% de la renta nacional, está cerca de ser insostenible. Ha llegado ahí desde el 104% de 2007 a raíz de la crisis financiera, el colapso de la zona euro o la pandemia. Además, le ha resultado difícil salir de su deuda.
En términos reales, la renta nacional del país está casi exactamente donde hace 20 años.Los optimistas señalan que la inflación y la recuperación de la recesión inducida por la pandemia han ayudado a reducir la deuda desde el 155% del PIB en 2020. Pero son factores temporales.
El BCE está decidido a devolver la inflación a su objetivo del 2% pero el aumento de los costes de la energía empujaron a Italia al inicio de otra recesión con el gobierno fascista de MELONI y sus aliados al frente gobierno italiano.
Con unas cifras en la tasa de desempleo en el 7,8% en abril de 2023. De la cual la tasa de paro juvenil entre personas de 15 a 24 años esta en torno al 20,4%. Y una inflación en el 6,4% en junio de 2023 con respecto al mismo trimestre del año anterior las estrategias y viabilidad económica se complica por momentos , a esto hay que añadir las protestas en ITALIA tras una nueva decisión de Meloni en contra de su propio pueblo al eliminar la renta Básica una medida introducida en el 2019 y que afectara a más de 160.000 familias en especial a zonas más desfavorecidas de Napoles o Palermo.
En Europa hay buenas noticias para la eurozona ya que la economía de la región ha salido de la recesión técnica en la que se había enfrascado al inicio del año y ha conseguido crecer un 0,3% en el segundo trimestre del año.
Por el contrario, los países con peor desempeño en el trimestre han sido Suecia (-1,5%), con un gobierno donde la ultraderecha Demócratas por Suecia aún no estando en el gobierno si que marca las líneas de política económica o Letonia (-0,6%), Austria (-0,4%) e Italia (-0,3%) con un gobierno de ultraderecha con Meloni a la cabeza y una economía que funciona como arrastre en la Zona Euro.
En el conjunto de la Unión Europea, el PIB se estancó entre abril y junio, después del crecimiento del 0,2% en el primer trimestre del año, y lo mismo ocurrió con Alemania ya en recesión y Portugal.
Una encuesta reciente mostró que el apoyo al partido Hermanos de Italia de Meloni –que ganó las elecciones con el 34% de los votos– se redujo a poco más del 27% en las encuestas de opinión.
En el lado contrario está España que según el FMI confirma que liderará el crecimiento económico en la eurozona en los dos próximos años.
El organismo internacional prevé que la actividad en nuestro país se incrementará un 1,1% en 2023 y un 2,5% en 2024, frente al 0,7% y 1,6%, respectivamente, de los socios del euro en conjunto.
Con estos datos se confirma que la ultraderecha de Meloni como otras en el resto de Europa, no tiene la fórmula mágica para resucitar la economía italiana y por el contrario sus políticas neoliberales de espalda al pueblo acrecento el sufrimiento y condiciono el crecimiento y estabilidad de las clases medias.
Al igual que VOX que solo con propuestas anti desarrollo, derechos y recortes poco o nada aportan para el desarrollo de su PATRIA, que con sólo nombrarla pareciera que está todo solucionado.
Redacción Revista TU VOZ, Juan López, Argentina.
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