No habla con sorna Arturo Peinado cuando sostiene que las dos personas que más han trabajado por la República han sido el rey emérito, Juan Carlos de Borbón; y su yerno, Iñaki Urdangarín. “Con esto quiero decir que el republicanismo en España ha vivido más de los errores ajenos que de los éxitos propios”, sostuvo el Presidente de la Federación Estatal de Foros por la Memoria.
En una entrevista concedida a “Cenizas de Babilonia-Diáspora Española” (Radio del Pueblo, AM 830), y efectuada por Roberto San Martín, Arturo Peinado se refirió, además, a los avances de la Ley de Memoria Histórica, a la relevancia de su aplicación en el escenario político español y al siempre polémico debate “monarquía o república”.
¿Cuál es la actividad que desarrolla la Federación Estatal de Foros por la Memoria?
Somos 16 asociaciones de diferentes puntos de España, incluso hay algunos compañeros de Argentina, en Buenos Aires. Nos dedicamos a trabajar en la organización de actos conmemorativos. Nos definimos como organización política; es decir, exclusivamente política de Memoria, no de política partidista, porque tenemos compañeras y compañeros que pertenecen a diferentes partidos políticos, pero todos nos ponemos de acuerdo en estos temas de reivindicación de la Memoria Histórica. Hacemos denuncia de los temas que aún están sin resolver, por ejemplo al de las víctimas del franquismo, trabajamos en conmemoraciones, en la exigencia de lugares de Memoria, en reivindicaciones frente a algunas políticas de determinadas instituciones contra esa Memoria Histórica”
¿Cuáles son las diferencias entre una República tradicional y una Monarquía Parlamentaria?
La diferencia fundamental es que en una República tradicional, el jefe de Estado es elegido por la gente. Tenemos que tener en cuenta un elemento del que no se suele hablar. Desde febrero de 1936 hasta la actualidad, al pueblo español se le ha impedido elegir a su jefe de Estado. Primero porque se impuso una dictadura, y posteriormente ese dictador eligió a un sucesor, el rey emérito Juan Carlos de Borbón, y luego por la línea hereditaria de la monarquía, pues al actual Jefe de Estado español tampoco lo ha elegido nadie. Mucha gente piensa que este es el elemento central que marca la diferencia entre tener un jefe de estado electo o uno impuesto. Nadie se piensa que cuando en 1931 cayó la monarquía de Alfonso XII y se proclamó la Segunda República, el único cambio que se produjo fue un cambio en la titularidad de la jefatura del estado, si no que se estableció un nuevo proceso constituyente y se creó una República Española con un programa reformista que pretendía hacer reformas a todos los niveles de la vida social. Hubo un reconocimiento de derechos civiles y de derechos sociales y colectivos como nunca antes había habido, y se aplicaron una serie de políticas reformistas como la reforma agraria, las relaciones de la Iglesia con el estado, la educación, la cultura. Nosotros lo que decimos es que, en el momento en el que se produzca la sustitución del actual sistema monárquico que impera en España. La Tercera República Española no solamente va a consistir en el cambio de la titularidad de la jefatura del Estado, sino que traerá consigo un proyecto reformista y de justicia transicional con respecto a la dictadura y a lo que ha sucedido en el proceso de transición a la democracia. El cambio de la Monarquía a la República va a ser mucho más profundo por el propio funcionamiento histórico.
¿Se trataría entonces de un cambio institucional?
Entendemos que sí, que obviamente tiene que producirse un proceso constituyente. Y aunque puedan existir algunos elementos de la Transición de 1978, que fueron avances que se consiguieron gracias a la movilización social y popular en defensa de la democracia, en un proceso constituyente se podrán adaptar, se podrán recoger algunos elementos interesantes de aquel proceso del 78, aunque se deberá ir muchísimo más lejos.
En España siempre se dice que la Monarquía es barata, que es mucho más cara la República Francesa. ¿Se trata de falacias? ¿Cuáles pueden ser los pros y los contras de República versus Monarquía?
Es completamente falso eso de que la Monarquía es más barata. Si hacemos cuentas y miramos los presupuestos generales del Estado, el gasto del presupuesto que va para la Monarquía conlleva un coste enorme. La Casa Real, con esa especie de sistema de cortesanos, lleva una parte inmensa del presupuesto, y no solamente van al apartado “Casa Real”, sino que afecta a otras muchas instituciones, como el Ministerio de Asuntos Exteriores, como Patrimonio Nacional que paga las múltiples viviendas de estas familias. No se trata solo de costes, para nosotros es una cuestión de principios. Considerar que una persona sea jefe del estado, de forma arbitraria, que sea producto de una carrera de espermatozoides, que el que llegó primero va a ser el jefe del estado de millones de personas, al día de hoy es bastante impresentable. Es cierto que hay otras monarquías europeas como británica, la danesa o la holandesa, que han funcionado bien durante un montón de años. Pero podríamos decir que esas monarquías se ganaron en buena parte su prestigio y su continuidad por el papel que tuvieron en torno a la Segunda Guerra Mundial en el proceso de ocupación nazi. Fueron monarquías ejemplares que estuvieron del lado de la democracia y del pueblo, en líneas generales. Ese no es el caso de la monarquía española, en la que Alfonso XII, el Rey en el exilio, financió el golpe de Estado franquista; su hijo, que fue el padre del rey emérito, intentó varias veces incorporarse al ejército franquista. Hay que tener en cuenta que Francisco Franco muere el 20 de noviembre de 1975 y a España la democracia no llega hasta las elecciones de 1977, incluso hasta la promulgación de la Constitución de 1978. Con esto quiero decir que la dictadura en España ha tenido dos jefes de Estado. El primero fue Francisco Franco, y desde 1975 a 1978 fue Juan Carlos de Borbón. Además de la impunidad más absoluta y legalizada al haberse conocido las actividades privadas de Juan Carlos de Borbón, que son absolutamente escandalosas: Cobro de comisiones, robo de dinero, fuga de capitales, sus relaciones con las mujeres, su dudosa participación en intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981…
¿Por qué en España, a nivel general y popular, se piensa que los republicanos somos progresistas y de izquierda, y los monárquicos de derechas, cuando la República no tiene nada que ver con las tendencias políticas individuales?
Supongo que se trata de la herencia histórica. Normalmente la monarquía ha significado o ha consistido en un sistema conservador y poco asequible a los cambios, con lo cual yo creo que las fuerzas políticas y los grupos sociales conservadores de derechas se consideran mucho más cómodos en una monarquía. Es más, yo creo que todavía queda el peso de lo que pasó en la Segunda República, en donde hubo un proceso reformista y de cuestionamiento de su estatus social y de la relación de la derecha española con el poder. La derecha española sigue teniendo aquel recuerdo de no abrir la veda a una segunda república, no sea que vaya mucho más lejos de cuestionar el entramado institucional.
¿Cómo ves el futuro republicano en España?
De momento lo veo complicado. Las fuerzas conservadoras siguen siendo muy fuertes, están muy cercanas a la monarquía, y fundamentalmente tenemos un partido, el PSOE, que formalmente en algún momento dice que es republicano pero que acepta la monarquía, uno de los pilares de lo que damos en llamar “el régimen del 78”. Yo creo que la razón terminará por imponerse y se producirá ese cambio, pero es bastante complicado. Hay que reconocer una serie de cosas. A pesar del inmenso trabajo que el movimiento republicano español ha venido haciendo en los últimos años, las dos personas que más han trabajado por la República han sido el Rey emérito Juan Carlos de Borbón y su yerno, Iñaki Urdangarín, a quien pillaron con las manos en la masa. Con esto quiero decir que el republicanismo en España ha vivido más de los errores ajenos que de los éxitos propios. De todas formas el movimiento republicano es casa día más consistente y en unos pocos años será socialmente mayoritario.
¿Qué opinión tienes de la aplicación de la nueva Ley de Memoria Histórica?
Nosotros valoramos lo que era el proyecto de ley, colaboramos manteniendo contacto con muchas fuerzas políticas, fundamentalmente progresistas y nacionalistas, y en cierto modo hemos podido influir en el resultado final de una manera bastante seria. La Ley de Memoria Histórica supone un importante avance con respecto a la ley de 2007. Se abre un camino bastante amplio para la realización de políticas públicas de Memoria. Tiene el gran defecto de que sigue impidiendo el acceso a las víctimas del franquismo. Los torturadores que aún siguen vivos, los jerarcas de la dictadura que fueron responsables de pena de muerte, entre otras cosas, siguen impunes, porque hay elementos como la ley de amnistía de 1977 que es paralela a las leyes de punto final. De todos modos hay elementos muy interesantes y puede haber grandes avances con la Ley de Memoria. Pero depende en primer lugar que en las próximas elecciones generales no se produzca una victoria de las fuerzas de derecha o de extrema derecha que ya han anunciado que derogarán la ley para sustituirla por lo que ellos llaman la Ley de Concordia (nosotros decimos siempre que por qué hablan de concordia cuando de lo que están hablando es de impunidad). Y en segundo lugar hace falta voluntad política para llevar la ley adelante y un reglamento que la desarrolle, la ponga en marcha y se pueda avanzar.
Transcripción hecha por Walter Medina. Redacción Revista TU VOZ, Argentina.