LA ENCRUCIJADA PATRIÓTICA, Argentina

Por Jorge Rachid, director del IOMA e integrante del Instituto Patria.

La historia argentina está plagada de ejemplos de luchas, con abnegación y entrega a las causas del Pueblo y de la Libertad.

No de la libertad boba, planteada, por ésta nueva oleada de sectores reaccionarios, llamados de derecha extrema, funcionales a las élites locales y a los apetitos imperiales de potencias extranjeras.

La libertad es un acuerdo de partes del contrato social para convivir, como comunidad, bajo la tutela de un Estado que asume la potestad de los hechos administrativos que rigen la vida de las personas, desde el certificado de nacimiento hasta los pasaportes y los DNI, ordenando el funcionamiento ciudadano, brindando servicios, cuidando el bien común e impidiendo los abusos de clase o económicos.

Flamear la libertad absoluta como eje de construcción política, sólo tiene un destino que es la diáspora social, la ruptura de la convivencia y el retiro del Estado de sus responsabilidades primarias, en función del control del “gasto”, como excusa.

Así se abandonan a las comunidades a nuevas jerarquías de poder, territoriales en general, narcos, delincuentes, punteros, barras bravas, que ocupan los espacios vacíos dejados por la ausencia estatal, supliendo esos grupos las necesidades de esa comunidad como contrapartida, de sus propia impunidad, en especial los narcos, que aparecen como los Robin Hood modernos, apuntalando comedores comunitarios, generando festejos sociales, ofreciendo “trabajo” de distribución a los jóvenes desocupados, cuando en realidad esas comunidades son producto de la descomposición social, ante el retiro del Estado y del ajuste económico nacional.

La pregunta es entonces, cual es el lugar ocupa la Patria en la dirigencia política y militante, en la formulación de una construcción política del modelo social y productivo que necesitamos como comunidad, ya que se impone una discusión profunda sobre si la base de la misma es solidaria o individual.

Se debe discutir si contiene criterios de soberanía nacional o se rige por el Mercado internacional como eje, si el modelo es productivo industrialista y de avances científicos tecnológicos o por lo contrario nos transformamos definitivamente en un modelo productivo primarizado, agro exportador y de recursos fósiles y minerales, sin valor agregado de trabajo argentino, o sea destino de colonia periférica.

Jorge Rachid, director del IOMA e integrante del Instituto Patria.

Ésta discusión se inscribe en el sistema de inserción geopolítica, en el diseño estratégico del país, lo cual implica definiciones sobre el proyecto de levantar la Argentina Bicontinental, proponer su incorporación al BRICS, promover la reconstrucción del UNASUR, además una política de Defensa Nacional, de regulación estatal del Comercio exterior y del sistema financiero o si por lo contrario seremos un país entregado a las demandas estratégicas de EEUU y sus potencias aliadas, diseñando ellos el futuro de la Patria.

No son discusiones menores, ni que se pueden dar sólo en el marco de la supuesta “relación de fuerzas”, dentro de lo “políticamente correcto”, cuando es una disputa que viene del principio de los tiempos, marcando el rumbo, por momentos en escenarios dominados por el enemigo colonizador, a través de dictaduras, imposiciones, extorsiones, claudicaciones, traiciones, proscripciones, persecuciones, asesinatos, fusilamientos y financiamientos a las élites locales del Círculo Rojo, siempre adeptas a las necesidades del enemigo, pese a vivir del mercado interno nacional.

Una contradicción en sí misma, que siempre confronta con el movimiento nacional y popular, generado alrededor del peronismo, con objetivos estratégicos de soberanía y justicia social, usando como herramienta la construcción del pensamiento vigente, de la cultura nacional y popular de Patria Matria Grande.

Ésta encrucijada se resuelve en el seno del pueblo, en paz y en democracia plena, no limitada como la actual, condicionada por esos factores de poder, que controlan los espacios simbólicos de la conciencia colectiva del pueblo en redes y medios hegemónicos.

Una democracia plena sólo puede ser tutelada por el pueblo, con poder popular instituyente, como protagonista de la historia, con respaldo constitucional, siendo actor activo en cada instante de la historia, con el voto, pero también en la calle, movilizado, luchando por sus derechos y reclamando por los amputados por un Gobierno de Milei, que llegó mintiendo y transcurre entregado al poder real, financiero buitre y a las demandas del EEUU, Israel, Inglaterra y la OTAN.

La encrucijada la resuelve el pueblo construyendo su historia, ya que es el único sujeto que determina los nuevos paradigmas, para los nuevos tiempos.Así fue en cada período de nuestra Patria, cuando el pueblo recuperó el protagonismo político, construyendo períodos de felicidad y tranquilidad, junto a la grandeza de la Patria

Fuentes;

BIBLIOTECA Pierre Bordieu: La eficacia simbólica

Ed. BIBLOSZygmunt Bauman: Modernidad Líquida

Ed. FCE Horacio González: La Argentina Manuscrita Ed Colihue

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