El futuro de toda Europa pasa por una renovación demográfica. El estancamiento en la natalidad y el envejecimiento de nuestras poblaciones obligan a Europa a buscar otras opciones aparte del aumento de natalidad y se han de incluir unos planes de inmigración que renueven nuestra fuerza laboral y capacidad productiva.
Aparte de los flujos migratorios naturales hay que buscar ‘explorar’ otras migraciones por parte de trabajadores en otros continentes que lleguen ya con las habilidades y capacidad productiva que ayudarán a nuestros países a crecer.
En el caso de España hay un continente que podría ayudar a rellenar esta falta de recursos con el beneficio de lograr fuerza productiva que ya tiene el control de nuestro idioma y conocimiento de nuestra cultura.
En 2020 una noticia nos dejaba claro la necesidad de buscar mano de obra allende los mares y de Uruguay se trajeron a 300 profesionales para ayudar en la esquila de nuestra cabaña ovina. Personal altamente cualificado y capaz de esquilar de manera individual a más de 200 ovejas por día durante dos meses.
En 2021 se contrataron a cientos de trabajadoras y trabajadores ecuatorianos que igualmente llegaron para trabajar en el sector agrícola, en la recogida de fresas, frutos rojos y cítricos. Esta contratación iba dirigida a la franja de edad de entre 18 y 41 años y el periodo para solicitar estos trabajos se extendió desde diciembre de 2021 a junio de 2022.
En el actual gobierno, el ministro de Inclusión, Migraciones y Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha incorporado la idea de facilitar la llegada de mano de obra desde el exterior para incrementar la capacidad productiva en áreas donde hay margen de crecimiento.
La leña para el fuego de la economía viene de la mano de obra y la falta de esta mano de obra se paga cara… que se lo digan a Reino Unido tras el Brexit y su incapacidad por lograr cubrir más de 3 millones de vacantes en muchos sectores de su economía.
El esfuerzo en España ha de ser a nivel gubernamental e interministerial y por eso se trabajó en 2022 en mejorar las condiciones en materia migratoria. Durante el verano se anunció a bombo y platillo la reforma del reglamento de la ley de Extranjería.
Esta ley permite una mayor facilidad en la obtención de papeles a los inmigrantes que ya viven en España siempre que se formen en sectores necesitados de personal.
La regularización de inmigrantes en nuestro país es una necesidad y a través de esta ley cientos de miles de personas podrán acogerse a esta reforma, y así lograríamos matar dos pájaros de un tiro: primero otorgando más facilidades para incorporarse al mercado laboral y segundo, y más importante, ofrecer la posibilidad de que puedan vivir regularmente en España.
Tendremos que encontrar las vías para regularizar a todos aquellos que viven en nuestro país. No sobra nadie.
Toda esta contratación del exterior puede tener de frente dos cuestiones muy importantes: la posición de los sindicatos, que muestran sus reticencias ante atraer mano de obra en un país con una tasa de paro aún alta, y también la ética, o mejor dicho posible falta de ética en el caso de traer trabajadores cualificados o no cualificados de economías que están en desarrollo y también necesitan mantener a su fuerza laboral.
En ningún caso se debería utilizar esta vía como una manera de reducir costes utilizando a personas dispuestas a ofrecer su capacidad laboral por cantidades muy inferiores a las que determina el mercado.
Toda esta población que llega para estas tareas desde el exterior en muchos casos descenderá de emigrantes españoles. El Ejecutivo debería ofrecer o acelerar los trámites para poder nacionalizar a muchos de estos trabajadores y trabajadoras que, aparte de cubrir puestos de trabajo necesarios y pagar impuestos, renovarían un país que necesita de sangre nueva.
La ley de memoria democrática va a ofrecer la posibilidad de otorgar la nacionalidad a muchos descendientes de españoles, pero los que queden fuera deberían ser tenidos en cuenta para poder incorporarlos en nuestro mercado laboral y en nuestra sociedad… y hace falta ser generoso y creativo para encontrar las vías para atraerles.
Muchos de estos trabajos están localizados en la España vaciada donde el beneficio será inmenso y se podrían instalar familias en lugares donde ya existen los recursos o no se necesitaría más que una inversión mínima en infraestructuras para hacerlos volver a un estado óptimo.
Esto formaría parte de una idea de país, como un todo, no solo centrándose 3 o 4 capitales de provincia y recuperaríamos un mundo rural que sigue ahí… esperando a que alguien le dé la importancia que una vez tuvo y que en pleno siglo XXI debería recuperar.
Recuperaríamos un mundo rural de la mano de los descendientes de aquellos que fueron expulsados y dejaron vacíos estos pueblos y así han permanecido décadas.
La potencialización de nuevas energías, donde España deberá ser líder gracias a nuestro posicionamiento geográfico, con una red fluvial que ya es clave en la producción de energía hidroeléctrica pero que tiene mucho margen de crecimiento, una producción en energía eólica que nos sitúa en el top 5 a nivel mundial, y la energía solar, pueden ir de la mano con políticas de repoblación de la España vaciada, ya que estas áreas son las que más nuevas energías limpias podrían producir abaratando la vida a su ciudadanía.
Los extranjeros adinerados ya vienen a jubilarse en nuestro país por cuatro perras, pero para asegurar nuestro futuro como país hay que atraer a trabajadores.
Los cambios legislativos siempre deberán incorporar una inversión para lograr los objetivos. Proyectos sin recursos no funcionan y no son más que un ‘brindis al sol’.
La España del futuro la tenemos frente a nuestros ojos y no hace falta ser muy listo para saber dónde invertir y cómo reconectar nuestra economía con los recursos naturales y la mano de obra potencial que podría incorporarse a nuestro mercado laboral.
David Casarejos Moya
Presidente de la Comisión de Derechos Civiles y Participación del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior y presidente del del Consejo de Residentes Españoles de Manchester.